Ni coherentes, ni lógicas, las luchas de Junio de 2013 sobreviven a la ausencia de comprensión de la izquierda

Entrevista especial a Giuseppe Cocco
Por: Ricardo Machado

Van a ser 5 años de las movilizaciones de Junio de 2013. A diferencia de una perspectiva que pudiese comprender el fenómeno como algo aislado, las jornadas de Junio parecen emerger a cada tentativa de invisibilizarlas. Así fue con la huelga de los basureros de Rio de Janeiro en 2014, con las calles contra el fraude electoral en 2015, con las ocupaciones universitarias y secundarias en 2016 y, más recientemente, con la huelga de los camioneros, rememora Giuseppe Cocco en esta entrevista realizada vía e-mail por la IHU On-Line. “Ahora, esa brecha era, en 2013, claramente democrática. Hoy es mucho más complejo e indeterminado. En Junio de 2013, la multitud declaro que ‘quería todo’, quería las ciudades como espacios comunes de su reproducción productiva e indicaba claramente como obstáculo esa apropiación del común por el bloque mafioso del biopoder. En Junio, todas las luchas que soñábamos acontecían, empezando por la contestación general del bloque del biopoder y de la gubernamentalidad mafiosa”, destaca.

Cocco plantea que la izquierda tiene una enorme dificultad de comprender los movimientos sociales, especialmente los de Junio de 2013. “La insurrección de Junio –a pesar de las responsabilidades petistas en el agravamiento de las condiciones de vida metropolitanas – no veía al PT como una pieza fundamental del pacto de poder mafioso, sino que apenas como una pieza marginal y constreñida. Es por eso que la insurrección, inicialmente, no era declaradamente anti-PT ni anti-Dilma. Quien entendió que la insurrección solo podía ser anti-PT fue el propio PT y Lula, que sabían cuál era el real pacto de sangre (para usar las palabras de Antonio Palocci) al cual el PT habia mas que adherido, fortalecido una nueva fuerza, con la Nueva Matriz Económica y los dos Programas de Aceleración del Crecimiento –PACs”, critica.

Otra paradoja que se establece es que la misma elite que apoyo los megaeventos –Copa del Mundo y Olimpiadas- manifestó “sorpresa” ante las revelaciones de Lava Jato. En este impasse, en que la clase política salva la propia piel vendiendo la nuestra, la huelga de los camioneros puso a la vista el desmoronamiento institucional que vivimos. “Aunque la huelga no se haya consolidado como la insurrección que sus bases autónomas buscaban, ese pacto se acabó. Del puente hacia el futuro ni siquiera quedo la viga de la que hablaba Fernando Henrique Cardoso, solo hay un abismo: los huelguistas afirmaron, pues, que la economia no es contabilidad, sino que economia política. Dicen también que la política no es pura racionalidad y aún menos una marcha hacia un futuro ya dado. Lo que cuenta es la invención del futuro”, puntualiza Cocco.

Además de eso, encuentra una fisura donde busca una salida a la crisis en la petición de intervención militar. «La única institución que tiene fuerza y al mismo tiempo está fuera de ese juego: las Fuerzas Armadas. La «popularidad» de la intervención en Río de Janeiro es quizás emblemática de esa primera dimensión. Se trata de una demanda constituyente.

Por supuesto, una demanda ‘paradojal’, pues nada que sea ‘demanda’ es constituyente y el Ejército, que está siendo legitimado por esa difusa demanda popular, será el mismo que reprimirá a los camioneros si eso es necesario para el restablecimiento del ‘orden’. Pero las luchas no son ni coherentes ni lógicas. Lo que importa es aprehender por donde pasan las líneas de las paradojas y de las contradicciones «, añade.

IHU On-Line – Cómo Junio de 2013 sobrevive pasados cinco años?

Giuseppe Cocco – Junho de 2013 sobrevive hoy en el sentido propio de la palabra: “súper” vive. Después de Junio de 2013, quien sobrevive, en el sentido tradicional del término, es la gubernamentalidad mafiosa de la cual el “PT realmente existente” se habia convertido vergonzosamente una pieza articuladora, juntamente con aquellas tradicionales heredadas del régimen colonial y esclavista. El apoyo que el PT, PCdoB y PSOL ofrecen a (Nicolás) Maduro hoy no es solo el marco del cinismo de esas fuerzas para con la tragedia del pueblo venezolano reducido al hambre por el “socialismo realmente existente”, es incluso una señal de lo que la izquierda realmente es, inclusive el “voto crítico”.

La formidable movilización de los camioneros así como la increíble aprobación popular de ese movimiento son los marcos de la vitalidad de la insurrección de Junio. Y cada vez que se intenta enterrarlo, Junio reaparece con toda su potencia: recordemos la huelga autónoma de los barrenderos en Rio de Janeiro de 2014, las multitudes en la calle contra el fraude electoral en 2105, el movimiento en apoyo a Lava Jato y por el impeachment en 2016. No se trata, obviamente, de repeticiones de Junio, sino que de reaperturas de aquella brecha en términos cada vez más diferentes y más complejos.

Ahora, esa brecha era, en 2013, claramente democrática. Hoy es mucho más complejo e indeterminado. En Junio de 2013, la multitud declaro que ‘quería todo’, quería las ciudades como espacios comunes de su reproducción productiva e indicaba claramente como obstáculo esa apropiación del común por el bloque mafioso del biopoder. En Junio, todas las luchas que soñábamos acontecían, empezando por la contestación general del bloque del biopoder y de la gubernamentalidad mafiosa

Toda la crítica que circulaba horizontalmente en las redes y en las calles paso a expresarse mediante el ataque directo al sistema que parasita la vida de las multitudes. Fue una revuelta de la sociedad contra los partidos y contra el Estado en tanto dispositivos parasitarios de acumulación primitiva continuamente renovada. Después de esto, sabemos cómo el bloque mafioso que nos gobierna reacciono: inicialmente pacificó la Copa del Mundo; en seguida consiguió polarizar las elecciones de 2014 por medio de la gran victoria que le ofreció a la nebulosa del “voto crítico”; finalmente echando mano de la narrativa del “golpe” para envolver la reorganización del pacto de gobierno.

Pero no adelanto nada, pues el efecto de poder generado por las elecciones compradas por lo billonarios desvíos de dinero publico apareció nítidamente como un fraude y eso impidió cualquier forma de ajuste: cuando la arrogancia autoritaria de la presidenta Dilma Rousseff intento adecuarse a la experiencia del mentor (Lula), ya no habia mas márgenes y el ajuste se desajusto: las multitudes estaban en las calles y en las ventanas contra el fraude (en 2015) y por el impeachment (en 2016). La brecha fue continuamente reabierta, pero ella misma paso a ser atravesada por señales intercambiadas.

IHU On-Line – Como las izquierdas comprendieron el movimiento de Junio de 2013? En que mantiene su potencia creativa y en que mantiene su potencia destructiva?

Giuseppe Cocco – En general, las izquierdas no comprenden los movimientos y, en el caso de Junio de 2013, no entendieron nada.

Junio de 2013 decreto la muerte política del sistema de poder, pero el bloque de poder está vivo y determinado a defenderse. Lo que hubo de nuevo en Junio fue el hecho de que los objetivos, las manifestaciones, las practicas, autorganizadas entre las redes sociales y las calles, no pasaban más por la pausterización de las izquierdas: ni de la dogmática y supuestamente radical, ni de aquella corrupta y supuestamente pragmática. Esa fue la gran novedad: las multitudes iban a las calles cuando y como querían, y atacaban el poder por lo que el realmente era (y continua siendo), sin mediaciones. Esto fue mortal para las izquierdas.

Por un lado, los dogmas del izquierdismo, su liturgia marxista, su sociología industrialista, sus banderas rojas aparecerán por lo que son: abstracciones que sofocan la creatividad de las luchas y dispositivos que apenas visan la reproducción de los aparatos de las organizaciones (y de sus reparticiones). Por otro, el PT y el lulismo en general, a pesar de que el movimiento no es inicialmente contra el gobierno de Dilma, aparecerán por lo que se habían vuelto: piezas centrales de la gubernamentalidad mafiosa.

Lula

Al paso que los intelectuales del PT no entendían nada, Lula y su aparato, después del susto, pasaron a entender perfectamente que la insurrección –atacando al bloque mafioso del poder- no dejaría ningún margen para las magias del PT: no habia más espacio para una disociación retórica del Bloque Mafioso para esconder los esfuerzo que el PT multiplicaba para salvarlo realmente. Ese fue un fenómeno curioso y paradojal.

De tanto acreditar en su propaganda y en los análisis de sus consultores que el Brasil habíase transformado en Eldorado de la (nueva) clase media, el PT fue golpeado por la sorpresa y no sabía que decir, más allá de gritar contra la ingratitud de las masas. No entendía nada de la insurrección y de sus procesos de producción de subjetividad. En esto, la izquierda corrupta y la izquierda radical eran (y son) totalmente especulares: el PT pensaba incluso que sus políticas sociales (de cuño neoliberal u obrerista) fuesen buenas en si, por los efectos de “inclusión” y de “compensación” que estas determinaban en las estadísticas que alimentaban el marketing electoral. El “izquierdismo” criticaba esas reformas por que no se encuadraban en los modelos de reformas (o revoluciones) que la doxa de la cuestión social dictaba. El hecho es que el proletariado del trabajo metropolitano no se interesa ni por la adhesión servil (lulista) a una determinada política social, ni por su crítica formal (izquierdista), sino que en como eso cambia sus condiciones materiales de vida: cambio que se afirma realmente como aumento de la capacidad de luchar, como profundización democrática.

Contrariamente al discurso infantil (y en la realidad arrogante) del voto critico que pretende “enseñar” a la izquierda como se debe comprender la subjetividad, Lula y el PT no tienen ni la condicion ni la voluntad de entender la producción de subjetividad: lo que les interesa es la dominarla, vaciarla, domarla. Aquí está la ironía: la insurrección de Junio – a pesar de las responsabilidades petistas en el agravamiento de las condiciones de vida metropolitanas- no veía al PT siendo una pieza fundamental del pacto de poder mafioso, sino que apenas como una pieza marginal y constreñida. Es por eso que inicialmente la insurrección no era declaradamente anti-PT, anti-Dilma. Quien entendió que la insurrección solo podía ser anti-PT fue el propio PT y Lula, que sabían cuál era el real pacto de sangre (para usar las palabras de Antonio Palocci) al cual el PT habia mas que adherido, fortalecido una nueva fuerza, con la Nueva Matriz Económica y los dos Programas de Aceleración del Crecimiento –PACs

IHU On-Line – Como comprender la huelga de los camioneros y la interpretación de la izquierda sobre el fenómeno?

Giuseppe Cocco – Francamente, no sé ni que decir de cuál es la interpretación de la izquierda. Queda tan “à côté de la plaque” (una expresion francesa que quiere decir fuera de lugar, totalmente errada, inútil) que no encuentro el tiempo para poder saberlo. Prefiero leer un libro sobre los Gulags, o un libro de Camus. Los camioneros luchan dando una lección práctica de autonomía y tienen gente del voto crítico que hasta la noción de autonomía la quieren llevar al agujero donde el PT ( y el socialismo real en general) llevo a la mismísima idea de izquierda.

En el Brasil, la intelectualidad y las elites son totalmente autorreferenciales: ellas pueden llamarse de izquierda o de derecha, progresistas o conservadoras, inclusive una parte de la elite acusa a la otra parte de ser “elite blanca”, “coxinha”, etc., como en el caso patético de aquellos videos en los cuales una filosofa uspeana bramaba su odio… contra sí misma. Los mismos que apoyaron los megaeventos y todas esas inversiones absurdas vendrán a manifestar su estupor ante las “revelaciones” de Lava Jato y de la inutilidad de las obras. Los mismos que gritan contra la media “golpista” se vuelven columnistas y comentadores de esa misma media. Los mismos sociólogos, cientistas sociales y políticos que nada vieron acontecer, continúan pontificando y decidiendo lo que es bueno y lo que es malo. Los otros continúan patrullando. Es así que funcionaba y así es como el bloque de poder desea volver a funcionar. Pero cada vez que esa restauración parece definitiva, acontece algo que muestra que no es más así: cuando el PT consiguió el criminal fraude electoral de 2014, pronto las multitudes estaban en la calle y en las ventanas; cuando el impeachment parecía haber permitido instaurar un pacto de transición para que la casta “salvase” la piel vendiendo la de los pobres”, la radicalidad de los camioneros y el enorme apoyo popular que recibirán mostro que todo eso acabo

Solo que todo eso tiene un precio. Mientras el PT lograba mistificar su corrupción, política y moral antes que material, había como una válvula de escape, la ilusión de un horizonte de cambio posible en la renovación democrática. Hoy todo eso está en un pantanal y la solidaridad de prácticamente “toda” la izquierda (una vez más, con el papel nefasto del voto crítico) ayudo a destruir la credibilidad general de la democracia como un todo.

IHU On-Line – Hasta qué punto la huelga de los camioneros actualiza Junio de 2013 y hasta qué punto produce rupturas radicales?

Giuseppe Cocco – Totalmente pasamos de las calles a las carreteras, del Facebook al WhatsApp, de los 20 centavos del pasaje de autobús a los 46 centavos del diesel. Fue un momento potentísimo.

Lo que la lucha de los camioneros está diciendo? Que los que viven de su trabajo no quieren pagar las cuentas de Temer y de Dilma y que el “fuera Temer” del PR y sus anexos y triplex son una patraña. Pero una vez más, la casi totalidad de la izquierda se pavoriza ante los movimientos. Es irónico, la izquierda tuvo miedo ante Junio, ahora tiene miedo ante los camioneros. Solo no teme cuando se trata de robar, defender a quien robo, colocar al Ejército en el Complexo de Maré o decretar operaciones de Garantía de Ley y del Orden –GLO.

Los camioneros decretaron el fin de lo que quedaba del pacto de sustentación de Temer. El “pacto del pato de la Fiesp” era este: el gobierno de Temer hace las reformas neoliberales y tiene espacio libre para acabar con Lava Jato, la izquierda se queda en el play ground gritando el golpe (que en realidad desea) y los pobres y los trabajadores pagan el pato! En otros términos, la clase política salva la piel vendiendo la nuestra. Aunque la huelga no se haya consolidado como la insurrección que sus bases autónomas buscaban, ese pacto se acabó. Del puente hacia el futuro ni siquiera quedo la pasarela inestable de la que hablaba Fernando Henrique Cardoso, solo hay un abismo: los huelguistas afirmaron, pues, que la economia no es contabilidad, sino que economia política. Dicen también que la política no es pura racionalidad y aún menos una marcha hacia un futuro ya dado. Lo que cuenta es la invención del futuro

IHU On-Line – Que subjetividades producen un apoyo macizo de la población a la huelga de los camioneros y una desconfianza en las jornadas de Junio, no es raro que las clasifiquen como vandálicas? Por qué la izquierda institucional parece no ser capaz de comprender ni una ni otra?

Giuseppe Cocco – Quien mantiene y reproduce es ilusión de que la izquierda se va a renovar es, una vez más, el voto crítico, que llega hasta decirse “autonomista” y en la realidad procura ocupar un pequeño espacio de poder, un mandado de diputado federal, alguna organización de medios, en fin, alguna migajilla del robo, una cura política de la paranoia que los caracteriza.

No hubo, no, ese sin compas que se plantea en la pregunta. Junio era y continuó popular incluso cuando los medios y el PT hacían ese discurso de los vándalos. En el caso de los camioneros fue igual: inicialmente se dijo que era lockout y luego se pasó a decir que había los «infiltrados», mientras que, a pesar de la amenaza del desabastecimiento, la popularidad se mantuvo firme y altísima, como ocurrió con el movimiento de Junio de 2013

Existe otra cuestión, mucho más importante, la de saber por qué esta huelga salvaje hizo del tema de la Intervención Militar su consigna. De qué es lo que demanda por “intervención militar”? La demanda popular de “intervención militar” viene de lejos y es producto de la inseguridad civil que los pobre vivencian por causa de la guerra generalizada que los oprime: el sistema constitucional de seguridad (policías, magistratura y otros cuerpos estatales) funciona como un conjunto de dispositivos (milicias, mafias, lobbies, partidos, cámaras de concejales, etc.) que todos los días y en todos los lugares oprimen y expolian a los pobres con tasas, peajes, robos, pasajes, etc. La demanda por cambio es incluso demanda por una «intervención», y quién podría, en ese cuadro donde todos los aparatos estatales funcionan como partes de los dispositivos de opresión, ser el actor de «intervención»? La única institución que tiene fuerza y al mismo tiempo está fuera de ese juego: las Fuerzas Armadas. La «popularidad» de la intervención en Río de Janeiro es quizás emblemática de esa primera dimensión. Se trata de una demanda constituyente. Por supuesto, una demanda «paradojal», pues nada que sea «demanda» es constituyente y el Ejército, que está siendo legitimado por esa difusa demanda popular, será el mismo que reprima a los camioneros si eso es necesario para el restablecimiento del «orden «. Pero las luchas no son ni coherentes ni lógicas. Lo que importa es aprehender por donde pasan las líneas de las paradojas y de las contradicciones. Este trabajo funciona en la realidad como un enigma que todavía demanda ser enfrentado.

Traducción del portugués al español: Santiago de Arcos-Halyburton

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