-Su nombre es semilla de libertad y con la fuerza de la palabra y el viento recorre las luchas de los pueblos.
Por: Santiago Cadena M.
Los noticieros dieron cuenta de la orden de prisión a uno de los autores intelectuales del crimen. La misma orden que mantuvo en espera a familiares y organizaciones sociales desde el 3 de marzo del 2016.
Del Presidente Ejecutivo de la Empresa Desarrollos Energéticos (DESA) no sabemos mucho, lo poco que se conoce es lo de siempre: empresario arrestado en algún aeropuerto de Honduras, tratando de salir del país.
Pero este no es un boletín informativo, Berta no es una cifra más en la escalada de violencia que viven nuestros países, ella era además de un nombre, la madre de un pueblo representado en la coordinadora general del Consejo Cívico de Organizaciones Indígenas y Populares de Honduras (Copinh); una de las organizaciones más potentes, capaz de cuestionar toda la política económica de su país y con ella los megaproyectos con las que se financia dicha política. Defensora de los territorios, ambientalista, humana, mujer.
Ella fue asesinada en su casa, por impedir que se desarrollen proyectos hidroeléctricos en territorios indígenas y campesinos, esos que destruyen a su paso las formas particulares de convivencia, la cultura, y por supuesto el hábitat.
El pan de cada día
Dos años han pasado desde que las montañas no escuchan el eco de su voz replicando contra la usura de gobiernos, como el de China que actuaba igual o peor que el Banco Mundial, para ella representaban la misma amenaza, quizás por eso fue merecedora del Premio Medioambiental Goldman. Sus enemigos no pudieron detener su lucha pese a los constantes amedrentamientos que recibía, como cuando la amenazaron con violarla y lincharla, o cuando la intimidaron aduciendo con secuestrar a sus hijas o asesinar a sus compañeros. En Honduras país que en el 2014 registró la mayor cantidad de asesinatos per cápita de defensores del ambiente en todo el mundo, no son amenazas, sino promesas.
Pero ella tenía sólidas bases de lucha, su madre había forjado en ella el sentido de justicia social, partera, enfermera, mujer que en los años 80 apoyó con atención en salud a mujeres refugiadas salvadoreñas, en pocas palabras; Berta fue educada para no claudicar.
Ecos de un caudal de lucha
Gualcarque es el nombre del afluente al que Berta defendió con su vida, no es difícil imaginar que éste le hablara a ella, mujer de rostro redondo y sonriente. Este río es la fuente de soberanía alimentaria e identidad cultural. Mujeres y hombres de agua y de maíz que supieron organizarse y luchar por el bien común, doblegando a la empresa china Sinohydro y a la empresa nacional DESA que pretendían de un tajo pasar por alto el derecho de los pueblos a una consulta previa.
Berta multiplicada
Es un hecho el efecto multiplicador que produjo la muerte de Berta en el mundo, ella ha logrado que sus sueños se vuelvan las pesadillas de lo poderosos; en cada protesta, en cada asamblea en defensa del territorio nacen y viven miles de Bertas y muchas más nacerán.
Por eso afirmamos que cuidar la memoria de Berta, es tener la certeza de que la tierra florece con su recuerdo, es albergar la esperanza de que otro mundo es posible.
¡Berta vive, la lucha sigue!
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Créditos de la imagen:
• Intervención urbana en memoria de Berta Cáceres , creative commons
Créditos de la imagen destacada:
• Intervención urbana en memoria de Berta Cáceres , creative commons