Por: Santiago Cadena M.
El periodismo en la región ha sufrido nuevamente un duro golpe, tres trabajadores del rotativo EL Comercio fueron asesinados por bandas criminales en la frontera norte de Ecuador con Colombia. Ellos se disponían a realizar una nota sobre los últimos ataques perpetrados por bandas vinculadas al narcotráfico: Un coche bomba el 28 de enero que explotó causando severos daños al cuartel de la policía y afectando a 105 viviendas. Otra bomba explotó el 20 de marzo y se llevó la vida de cuatro militares e hirió a dos. Todo esto despertó el pánico en la provincia de Esmeraldas y el país demandaba información.
Fue a eso que fueron los comunicadores; a realizar su trabajo. Hoy es deprimente sentarse a escribir un artículo, después de los tristes sucesos que terminaron con la vida de los tres colegas y amigos.
Mientras asistía a las vigilias en los bajos del Palacio Presidencial de Carondelet, una pregunta me rondaba a cada momento.
¿Por qué el periodismo es el enemigo a combatir?
El narcotraficante, el político corrupto, el financiero que desvía fondos, el candidato a una dignidad de cualquier ideología cuando llega a situaciones extremas de ambiciones de poder. Todos tiene un miedo particular, le temen a un lápiz, un bloc de notas, una cámara fotográfica, un celular. Y es que el papel de la comunicación consiste en publicar con la verdad, denunciar los abusos del poder vengan de donde vengan. Por esa razón, quien tiene un metro de poder está dispuesto a llegar a las últimas instancias para silenciar a quien considere una amenaza.
Hemos cotidianizado esta violencia de tal manera que no ruboriza a nadie, pero debería. Por eso quiero destacar algunas cifras y algunos casos de países en los que el hostigamiento al periodismo ha ido en aumento llegando incluso al asesinato.
Según el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) este es el mapa de países con un alto nivel de amenazas al periodismo el corte es de abril 2018.
Este es un pequeño recuento pero también un homenaje de quienes dan la vida por ejercer la comunicación.
México
Según Reporteros Sin Fronteras desde que Peña Nieto llegó al poder; al menos 27 periodistas han sido asesinados. Veracruz, al este de México es con seguridad el lugar más peligroso para ejercer el periodismo en este lado del continente.
El caso de Regina Martínez es quizá uno de los más destacados por el nivel de conmoción social que ocasionó en el país. Pero en México los periodistas han sido víctimas de persecuciones, amedrentamiento, acoso. Recientemente Leobardo Vázquez fue asesinado en Veracruz el 22 de marzo del 2018, su investigación develaba la invasión de un predio en el que están involucradas autoridades municipales.
Palestina
Yaser Murtaja asesiando por francotiradores del ejercito israelí el 6 de abril 2018, con su chaleco de prensa, cubría el “Día del caucho” con su cámara de video, cuando un francotirador le disparó quitándole la vida e hiriendo a otros 7 periodistas más. Por lo que es un claro ataque al flujo de información por parte de Israel. El video que le costó la vida, refleja la dimensión de la manifestación del pueblo palestino en la franja de Gaza con la participación de 30.000 personas.
Argentina
Oscar Castelnovo, periodista y director de la Agencia Para La Libertad, la noche del 10 de abril 2018, dos personas lo amenazaron en la ciudad de Buenos Aires, las amenazas están conectadas a su labor periodística de denuncia al sistema carcelario de Argentina.
Chile
Grandes corporaciones mediáticas, invaden la señal de una pequeña radio en Rancagua llamada Radio Manque, una radio popular que incentiva el intercambio de semillas, denuncia el Acuerdo de Asociación Transpacífico, una radio que en definitiva incomoda al poder pero el capital y vorágine del mercado no permiten otras formas de entender la comunicación.
Rusia
Un periodista de investigación llamado Maksim Borodin, reveló la existencia de mercenarios rusos, en el conflicto de Siria, aunque las autoridades rusas manejan la hipótesis de suicidio, debido al salto por la ventana del séptimo piso de su apartamento, pero el medio para el que trabajaba la agencia de noticias Novy Den, sospecha que es un asesinato.
Su amigo, Vyacheslav Bashkov, dicen que él comentó que su edificio estaba rodeado por “miembros de las fuerzas de seguridad” con ropa de camuflaje y con las caras tapadas. Maksim sospechaba que iba a ser víctima de un allanamiento, pero aparentemente se suicidó el 16 de abril de 2018 al saltar por la el balcón de su casa
#NosQuitaron3
Es un hecho único que conmocionó a todo un país, no por ser del diario El Comercio, si no por lo que el hecho representó, y como fue la reacción inmediata de todo el “gremio” -por describirlo de alguna forma- tuvo frente a los acontecimientos. “Esto no puede ser”, “esto no puede pasar”, “hay que hacer algo”, “hay que brindar apoyo a sus familias”. Fueron los diversos mensajes que se entrecruzaron por los canales digitales de toda la gente vinculada a la comunicación y cuando digo toda, digo, estudiantes, profesoras/es, periodistas agremiados y no, freelancers, fotógrafos, gremios y facultades de periodismo, trabajadores de la comunicación (conductores, guardias, mensajeros, auxiliares, pasantes) En menos de 3 días se sumaron los movimientos sociales como CONAIE, Vivas Nos Queremos y equipos de fútbol: Liga Deportiva Universitaria, Club El Nacional, Deportivo Quito.
Los reporteros se negaban a realizar cobertura de autoridades como una medida de presión para que estas dejen la tibieza y el uso excesivo de gerundios “Estamos trabajando, estamos coordinando, hablando”, pero no conforme con este mal uso del lenguaje, el señor se levantaba descaradamente sin responder preguntas. Así fue el modus operandi del ministro Navas, durante el calvario que fueron los 18 días hasta la confirmación de su muerte. Pero que hasta el día de hoy se espera que Katy y Oscar (la pareja que ha sido secuestrada por el mismo frente disidente de las FARC) retornen con vida y que el gobierno no cometa los mismos errores. Que desclasifique los documentos de la negociación (ofrecimiento que realizó tras confirmar la muerte de los 3 comunicadores).
En este país y quizás quienes estuvieron siguiendo de cerca las noticias desde otros lares no les hizo falta haber conocido a Paúl, Javier y Efraín, los medios de comunicación a lo largo y ancho del planeta se encargaron de presentarnos sus biografías y su paso por este maravilloso mundo que es el periodismo. La espera hizo que se convirtieran en nuestros amigos, compañeros, colegas, familia. Su desaparición nos conmovió hasta el tuétano.
Se ha hablado de Paúl, Javier y Efraín, pero lo que ellos despertaron en el país es también digno de hablarlo. Vigilias en las principales ciudades, actos de solidaridad, marchas, carteles, protestas simbólicas, conversatorios, misas. Colegas periodistas de Colombia y México me decían que esto es lo que no se hizo en el primer asesinato de sus periodistas, luego vino otro y otro y se naturalizó. Fuerza Ecuador no detengan ese gesto solidario clamaban las voces internacionales.
Nada de lo que se hizo fue suficiente, pero hoy mirando en retrospectiva, veo todo lo que lograron esos tres nombres hacer en el país, reconstruir un tejido social, que en una sola voz gritaba todo el Ecuador “Nadie se cansa”.
Hoy eso apenas empieza, sus muertes han abierto el camino de una lucha, por justicia, por una reparación integral a sus familias, por conocer a los responsables de las negociaciones, porque esta lucha es además, por la plena garantía del ejercicio periodístico que tan denigrado fue durante una década de correísmo, en el que el comunicador fue observado, juzgado, multado, espiado, regulado, sopesado, censurado, llevado a la picota pública que eran esas sabatinas de Rafael Correa, una suerte de tribunal inquisidor en el que el periodísta pasaba por la boca de mencionado solamente para ser difamado, burlado, maltratado, condenado, deshonrado y humillado. No, no hemos olvidado tan nefasto periodo para el ejercicio de la comunicación.
La palabra prohibida
El gobierno de Lenin Moreno parece que ha llegado a un consenso en materia de uso del lenguaje, por arte de magia ningún ministro nombra la palabra prohibida, se habla de alias «Guacho» de la disidencia de las FARC, se habla de la frontera norte, de secuestros, pero por casualidades de la vida la palabra Narcotráfico no aparece en sus ruedas de prensa; es más si logra aparecer y de casualidad, esa palabra no nos pertenece a las/os ecuatorianas/os, esa palabra es colombiana, es un problema ajeno.
Pero ¿hasta cuándo esa forma de negar la situación por la que atraviesa el país seguirá dando resultados cómodos? Es un hecho que Ecuador pasó de ser puente de paso de la droga a ser; productor, procesador, exportador y posteriormente captador del dinero proveniente del narcotráfico para su lavado.
Durante los preparativos de la marcha por #PorUnPaísDePaz y en el desarrollo de la misma, las voces contrarias a una militarización de la zona de frontera eran abundantes, y es que si algo nos ha enseñado el vecino país tras 50 años de conflicto armado; es que la militarización solamente tensa más el conflicto y lo agrava. Por eso cuando desde Carondelet se dice que se desplegará tropas a frontera, la gente rechaza esa posición bélica.
Los Estados deben fortalecer su presencia con salud, vivienda, educación. Colombia debe poner especial énfasis al cumplimiento de los acuerdos de paz firmados en la Habana, en especial el acuerdo número tres en el que se compromete a contrarrestar la presencia de bandas de crimen organizadas, paramilitares, y disidencia de las FARC. Los pueblos de frontera y las comunidades son las más afectadas en una posible militarización de Esmeraldas.
Ecuador y Colombia deben sumar esfuerzos y agotar instancias, reconocer que el propbema es de fondo no de forma. Hacer cumplir los acueros internacionales en lo que se obliga a proteger a los periodistas y garantizar su pleno ejercicio y derecho a informar a su ciudadanía.
Siempre que hay una guerra contra un enemigo externo, es el pueblo el que pone los muertos, Ecuador ya vivió una experiencia bélica contra Perú y hasta hoy los veteranos de guerra luchan por un retiro digno, el camino de la guerra solamente traerá nefastas consecuencias para las poblaciones de frontera.
Nota de cierre
Al cierre de esta edición, Niacaragua se levantaba contra una reforma impuesta por el FMI y ejecutada por el gobierno sandinista de Daniel Ortega, en la ciudad de Bluefields fue asesinado de un disparo en la cabeza mientras cubría los disturbios el periodísta Ángel Ganoa, él era director del noticiero El Meridiano el mismo para el que estaba reportando en directo a través de Facebook Live en el momento de su asesianto el domingo 22 de abril de 2018.
Conclusión
Pese a los acontecimientos que hemos dado cuenta en lo que va de este 2018, el hostigamiento que intenta callar las voces del periodismo no ha podido parar el deseo de dar información. No ha logrado impedir que el lenguaje se vuelva inmortal, que trascienda más allá de las letras, más allá de las imágenes. Estas no mueren, cobran fuerza cuando las luchas, se sienten en la piel cuando las convicciones se ponen en evidencia en la palabra, cuando el lienzo en el que escribimos es transformador e interpela a un cambio.
#NoCallaránALaPrensa
#DesclasifiquenLaInformación
#QueremosRepuestas
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