Tres meses sin Marielle

Se completan tres meses del brutal asesinato de Marielle Franco. Por la militancia en el PSOL y en las causas de las mujeres, de las LGBTs, de los negros y de la juventud periférica, Marielle fue la quinta concejal más votada en Río de Janeiro en 2016. Como militante, asesora parlamentaria, coordinadora de la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa del Congreso, Río de Janeiro (ALERJ) y concejal, se enfrentó a las mafias políticas y empresariales que dominan el estado desde hace décadas. También por esa militancia, se volvió blanco de una ejecución cuidadosamente planificada y profesionalmente realizada, que culminó, con la muerte del conductor Anderson Gomes.

Siendo ella misma uno de los mayores símbolos del protagonismo asumido por mujeres, negros y LGBTs en las más recientes movilizaciones sociales de Brasil, su asesinato marcó un nuevo momento de la lucha de clases en el país. Un momento en que la extrema derecha, casi siempre organizada en grupos para-estatales, pasó a recurrir directamente a la violencia armada contra los liderazgos políticos de mayor proyección de la izquierda, incluso en las principales ciudades brasileñas. Aunque los asesinatos de liderazgos de los movimientos sociales, especialmente en el campo, sean una constante en nuestra historia, se trata, sin duda, de un cambio de calidad, que quedó evidente, también, en los atentados a tiros contra la caravana de Lula en Río Grande del Sur y contra el campamento Marisa Leticia en Curitiba.

La intervención militar y el ataque a la memoria de Marielle

No bastaba la inmensa violencia contenida en el propio crimen, inmediatamente después de su muerte, el gobierno federal atacó violentamente la memoria de todas las luchas de Marielle, al intentar servir de su asesinato para legitimar la intervención militar en la Seguridad Pública del estado de Río de Janeiro, decretada el 16 de febrero. Hasta el momento, esa intervención produjo sólo más de la misma política diuturnamente combatida por Marielle: cercos y operaciones arbitrarias en las favelas, tiroteos y muertes, en suma, una guerra a los pobres enmascarada de guerra a las drogas.

En la Maré, conjunto de favelas en que Marielle creció, las primeras operaciones bajo mando de las Fuerzas Armadas fueron marcadas por intercambios de tiros en horario escolar y ráfagas de ametralladoras disparadas de un helicóptero de la Policía Militar en medio de las casas, escuelas y establecimientos comerciales de la región . En la Villa Kennedy, una de las vitrinas de la intervención, la acción de mayor impacto fue el derribo de quioscos de comerciantes locales sin ninguna conexión con la criminalidad. Por último, aquella que fue presentada como la mayor operación de combate a las milicias de la ciudad, con la detención de casi 50 personas en una fiesta en Santa Cruz, se reveló un gran fiasco, dada la ausencia de pruebas sustanciales contra la inmensa mayoría de los detenidos .

Como era de esperar, pasados ​​más de tres meses de la decretación de la intervención, ese conjunto de acciones no generó ninguna disminución efectiva de los índices de criminalidad del estado. Tampoco se solucionaron los asesinatos de Marielle y Anderson. Permanecemos sin respuesta a las preguntas que nos persiguen desde la noche del 14 de marzo: ¿quién mató a Marielle y Anderson? ¿Quién mandó matar a Marielle y Anderson?

En busca de respuestas, la lucha continúa

La ausencia de respuestas hasta el momento no será suficiente para callar a nosotros ya todas y todos a quienes la lucha de Marielle inspiraba. Es una tarea inaplazable del conjunto del movimiento social y de las organizaciones combativas permanecer cobrando por resultados en la investigación de ese crimen bárbaro. Los asesinos, sus cómplices y los mandantes deben ser criminalmente responsabilizados.

Sin embargo, nuestra lucha debe ser aún más amplia. La izquierda socialista, con especial responsabilidad del PSOL, debe ser colectivamente responsable de mantener temblando las banderas a las que Marielle dedicó su vida. Debemos transformar, cada vez más, nuestro duelo en lucha. En ese momento, esa lucha es encarnada prioritariamente tanto por la defensa de las libertades democráticas y el combate a la intervención militar, que impulsa el exterminio del pueblo pobre y negro en las favelas, como por la resistencia a las contrarreformas del gobierno Temer, que precarizan las condiciones de vida de la clase trabajadora, incidiendo de forma más cruel en las vidas de los sectores más oprimidos de la clase, como las mujeres, las LGBT y los negros.

MARIELLE PRESENTE! ANDERSON PRESENTE!

Fonte: EsquerdaOnline

https://esquerdaonline.com.br/2018/06/14/tres-meses-sem-marielle-e-anderson/

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