La Federación de productores de leche expresó mediante manifiesto su malestar por la caída del precio de la leche y que no se respete su precio oficial.
Denuncian, además, la migración del campo a la ciudad, las malas políticas empresariales, y a la elaboración de la leche mezclada con suero.
En una de sus líneas, explica no sorprenderse de que la intolerancia a los lacteos se deba a la mezcla 70%/30% de leche y suero de leche, que antes se utilizó para la “alimentación de chanchos”.
“Si analizamos los efectos económicos que provoca el uso del suero en la producción láctea, encontraremos que el precio de venta (PVP) de un litro de leche es de US$0,80 menos el costo de producción del litro de suero, procesado con leche en polvo y/o leche comprada a precios que no superan los US$0,35 queda una utilidad de US$0,45 aproximadamente por litro. Si es posible presumir que se estén comercializando un millón de litros diarios, estos dejan una utilidad altísima para las empresas que la procesan enriqueciendo a pocos, y empobreciendo a más de dos millones de campesinos pertenecientes a la economía popular y solidaria del país, más los pequeños y medianos productores.”
Otro de sus reclamos es que en el Programa Alimenticio Educativo (PAE), a los niños se les alimenta con chicha de soya, mientras es conocido que en el país hay una sobreproducción de productos lácteos, y sería más beneficioso para los infantes que su alimentación se complemente con leche entera, queso y yogurt.
“A este problema de la baja del precio y demanda de leche se suma de forma inevitable, la baja de precios de los productos agrícolas que reciben los productores campesinos. Quienes al parecer están predestinados a seguir engordando a los bolsillos de los intermediarios. Es inexplicable que la libra de papa en las cadenas de comercio el consumidor pague US$0,35 y al productor en la finca reciba apenas US$0.06. El problema de la cadena de comercialización es más complejo.”
A estos reclamos, en que el sector campesino agropecuario advierte sentirse abandonado por parte del Estado y afectado por la vaga gestión del Ministerio de Agricultura y ganadería, le sigue una extensa lista de “Solicicitudes” y “Propuestas”.
EP/ET/Agosto 2018
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