Por qué votaré a Marina Silva en las presidenciales de Brasil

por Giuseppe Cocco 

La movilización economia no se reduce al equilibrio contable y precisa de una movilización social.

UN VOTO LIBERTARIO

Votar o llamar a votar por alguien no significa pensar que las elecciones cambian la sociedad o el país o el país. Aun menos significa relativizar la crisis de la representación. Por el contrario, se trata de hacer la operación inversa: cuál es la figura política que más se deja atravesar por las mudanzas y las urgencias que acontecen y precisan acontecer en la sociedad. Sin duda, Marica es hoy –como fue en 2010 y en 2014− esa figura que no solo se deja atravesar por las mudanzas que ocurren en Brasil desde 2013, sino que las expreso antes de junio, rompiendo con el lulismo desde el inicio del nefasto segundo mandato de Lula y colocando en el debate una pauta política otra: la sustentabilidad, en el sentido más amplio.

En el ámbito más comprometido o incluso militante (no estoy hablando aquí del voto «popular»), votar a Marina es una cuestión de libertad. El voto en Marina es un voto libertario. En 2014, el aparato corrupto del marketing y de los robots petistas destruyó la figura de Marina. Lo que los mercenarios del PT hicieron cínicamente, y el izquierdismo (llamado «voto crítico») hizo gratis y con entusiasmo, repitiendo – afortunadamente sólo en términos discursivos – lo que se atribuye al estalinismo, pero en realidad es un modo de ser de la izquierda cuando se convierte en idea, símbolo abstracto, bandera (lo que en términos más filosófico se dice ideología y trascendencia).

Mucha gente no sabe lo que fue (y lo que es) el stalinismo y piensa que era (o seria) una forma de radicalismo. Al contrario, el stalinismo era (y es) –además de un sistema totalitario- la explicitación vergonzosa del rostro reaccionario del partido estado: aliado de Hitler, Stalin exterminaba a todos los comunistas. Aliado de Temer y Odebrecht, el petismo destruyo a toda la izquierda e hizo de Bolsonaro una referencia de la indignación nacional. No es por nada que la izquierda toda, desde el PT hasta el PSOL, pasando por el PCdoB y el PCB, se solidariza hoy con la repugnante dictadura venezolana: es el modo de ser de la izquierda cuando quiere ser incluso izquierda. Ahora bien, el stalinismo comenzó bastante antes de Stalin. Rosa Luxemburgo, en 1918, denomino a la revolución bolchevique como golpe y anticipó lo que luego se confirmó en la masacre de los soviets (consejos) de Kronstadt (en 1921). Los consejos de los obreros y de los marineros del puerto báltico, practicando la democracia radical, contestaban el decisionismo de Lenin y Trotsky, que mandaron al Ejército Rojo masacrarlos, incluyendo a sus familias.

Se “marineiro”, votar por Marina, es igual que ser “marinero”. Es afirmar la propia libertad, repetir ese gesto, no respetar las rejas de la prisión que la izquierda es. Ser “marineiro” o “marinista” (en el sentido de defender abiertamente el voto para Marina) en la izquierda brasileña hoy es una manifestación de desobediencia y de libertad independiente de Marina. Pero, claro, eso no es suficiente y sabemos bien que la candidatura de Marina no tiene nada que ver con la democracia de los Consejos.

DELIRIO Y CRÉDITO

Después del primer debate electoral entre los candidatos presidenciales (en la Band, en día 9 de agosto de 2018), mucha gente tiro el sarro del extraño de ese día, Cabo Daciolo. Electo diputado nacional en las listas del PSOL de Rio de Janeiro (única ciudad donde el PSOL no está confinado al ghetto), Daciolo fue el líder del primer gran movimiento social que se levantó contra el pacto mafioso que gobernaba a Rio de Janeiro y el Brasil (la huelga de los bomberos, en mayo de 2011). Todo el mundo le encuentra “delirante.

“Delirante” no es el habla de Cabo, sino la situación que vivimos y sobre todo que viven los pobres después de 13 años de gobiernos lulistas. Sólo delirando a los pobres aguantan. Delirante es la guerra generalizada que rige en todas las grandes y pequeñas ciudades de Brasil. Delirantes son las condiciones de la salud pública y las de vida en las mazmorras que constituyen un sistema penitenciario hediondo. Delirar es una manera de enfrentar este delirio. Millones de pobres viven en esta situación delirante, entre transportes públicos que parecen transporte de ganado, tiroteos, alcantarillado a cielo abierto, tuberculosis, zika, chikungunya, miseria y otras milicias. Delirante es esa miseria toda, en Río de Janeiro, en medio de estadios y villas olímpicas. Derrochar ese delirio no resuelve absolutamente nada. Sólo un nuevo pacto, nuevo, puede crear narrativas adecuadas, una moneda que no sea falsa.

En el mismo debate de la Band, mucha gente critico a Ciro Gomes por prometer “limpiar el nombre” de todos los que estuvieron en el SPC (Servicio de Protección al Crédito). El hecho es que, cuando habla a los endeudados, Ciro está diciendo (tal vez, sin querer) que, en el mundo contemporáneo del trabajo, tener crédito es una de las condiciones para tener renta, inclusive salarial. El SPC no es más un servicio de protección de los comerciantes ante la expansión del crédito al consumo, sino la nueva central del INSS; sus registros son tan importantes como los del Ministerio del Trabajo. En una economia donde el trabajo junta la precariedad de la modernización (aquella de la automatización y de los algoritmos) y de la informalidad que evoluciono de manera acelerada en dirección a la tercerización con la multiplicación de las plataformas de desintermediación (las más conocidas son Über y AirBnB), la relacion de débito y crédito substituye la relacion de empleo salarial al paso que la renta se torna más importante que el salario. Hablar del “nombre sucio” en el SPC es como hablar del desempleo, solo que de manera más adecuada. Al mismo tiempo, prometer “limpiar” el nombre es como prometer “crear” empleo a partir del subsidio a las grandes empresas.

RENTA DE CIUDADANÍA

No es solo del lado de las finanzas que la renta se torna importante, sino que también del lado del trabajo. Los esfuerzos que precisamos multiplicar no son para volver industrial al capital financiero, sino que para socializar la renta que el genera en la economia global de las redes sociales (cuando todo es tercerizado), que el capital de Uber, de Facebook, de Whatsapp somos nosotros.

Marina ha anunciado que su programa contiene la propuesta que establece una Renta Universal. Esto indica que su candidatura tiene las condiciones de tornarse un movimiento, aquel movimiento que el Brasil precisa para reinventarse. La necesaria reforma de la Previsión puede, así, volverse el terreno de intervención de una nueva protección social, no más basada en el derecho de empleo, sino que en la producción de derechos por la remuneración de la empleabilidad

ESTABILIDAD MACROECONÓMICA Y MOVILIZACIÓN SOCIAL

El cinismo petista no está ni ahí con la moneda y la economia, solo le preocupa cuanto eso le rinde en términos de renta: la evolución patrimonial se sus caciques y la “mamada” generalizada de sus militantes gritan más alto que Lava Jato. El moralismo izquierdista reduce las relaciones económicas a un embate de justicia contable: el déficit de la Previsión no existiría y la falta de recursos es apenas “recorte de gastos”. Inflación y precio nominales no entran en el raciocinio.

La economia no es contabilidad, sino que interdependencia sistémica. Como el Plano Real demostró, la estabilización macroeconómica –en una situación dada – es la condicion sine qua non para que las luchas y las movilización que transforman los valores puedan acontecer, creando nuevas formas de movilización. Los economistas del equipo de Marina tienen ese rigor técnico indispensable y urgente. Sin embargo, la huelga de los camioneros y la caída de Pedro Parente de la presidencia de Petrobras demuestran que la buena gestión (la gestión de los “mejores”) es sin condicion necesaria (en lugar del saqueo de la empresa promovido por el PT y el PMDB), más no es suficiente.

En otras palabras, la movilización económica no se reduce al equilibrio contable y precisa de una movilización social. Sin movilización no habrá innovación y la movilización precisa de pautas que transformen los enigmas del desempleo, de la miseria, de la violencia y de la desigualdad en invención institucional.

CANDIDATURA–MOVIMIENTO

En el restringido y deformado campo electoral, Marina es la innovación posible. En primer lugar, ella no es un efecto del marketing, oportunismo o transformismo, sino la consolidación de una riquísima trayectoria de vida. Mujer, negra, india, trabajadora del caucho, norteña, de origen pobre, militante, compañera de lucha de Chico Mendes, Marina es una sobreviviente, en el sentido fuerte de la sobrevida: súper vida. La vida de Marina es una lucha, la lucha de los pobres y de los pobres brasileños que resisten y persisten en la ciudad y en la selva.

Sin embargo, Marina no es “pura”. Lo que interesa en su candidatura es la misma posibilidad que ella tiene de constituir realmente esa transición necesaria. Que esa posibilidad se torne real depende –y queda muy poco tiempo- de la capacidad que ella tendrá de abrir su candidatura a un conjunto de pautas innovadoras y, al mismo tiempo, de desmarcarse de la Rede Sustentabilidade. La Rede no tiene, ni de lejos, la trayectoria y la experiencia de Marina y, en este corto tiempo, se mostró totalmente inadecuada a la propuesta. Sin contar episodios de tosco transformismo (el intercambio de partidos como si fuesen calzones de dirigentes de la Rede en Rio de Janeiro), la Rede no tiene dinámica.

Para ser fuerte, la candidatura de Marina tiene que ser una candidatura-movimiento. Candidatura-movimiento no es de movimiento, sino un proceso electoral horizontal y abierto, que no cabe ni en la burocratización precoz de la Rede ni en la estructura verticalizada y empresarial de prácticamente todas las otras candidaturas. La incapacidad de la Rede existe y la repetición en los Estados de alianzas no solo criticables sino que inútiles, como las que se hicieron en las Municipales, muestran que estamos ante un nacido-muerto

AL BORDE DEL ABISMO

El levantamiento ciudadano de junio de 2013 decreto la muerte del pacto mafioso y patrimonialista que se hizo cargo de la Republica Nueva y abrió un infinito horizonte de innovación democrática. Junio es todo lo que nos queda, junio quiere ser todo, más aun no es nada. Desde entonces, la coalición del orden predatorio, de la cual el PT se ha tornado un eje fundamental y perverso, después de la reorganización interna que fue el impeachment de Dilma (con el objetivo de protegerse ante Lava Jato), está usando billones del dinero público para una vez más manipular las elecciones en pro de su reproducción.

El efecto de transparencia que Lava Jato produjo ha confirmado lo que ya sabíamos. La llamada “caja 2” es en realidad un mecanismo fundamental de entrega del interés público a los intereses de los oligopolios que controlan los mercados como a las milicias y facciones controlan los territorios: todos chupan la sangre de los más pobres y de los pequeños emprendedores. Pero o se trata solo de esto: son incluso las elecciones que son un “fraudadas” por las subastas que los partidos promueven de su “tiempo gratuito” de televisión. Acabamos de asistir a otro de esos episodios de este mercado infame (entre Ciro, Alckmin y el PT)

La política está en un impasse, rumbo al abismo, en los términos dramáticos de lo que acontece en el Rio de Janeiro fallido, entre desempleo, guerra e intervención federal. Venezuela nos muestra que podemos rápidamente pasar del “fondo del pozo” hacia un “pozo sin fondo”: es urgente renovar Junio dentro de las mediaciones institucionales adecuadas. Precisamos de nuevas mediaciones institucionales y de fuerzas políticas que, por un lado, lleven la innovación adentro de la representación y, por otro lado, sean las expresiones múltiples de una innovación que solo puede venir de abajo.

Votar a Marina es una manifestación de libertad, un apoyo a la implementación de una nueva protección social (por la propuesta de Renta Universal) y la apertura del debate sobre pautas adecuadas (legalización de las drogas, legalización del aborto, desarme, derechos LGBT). Si Marina consigue, mas allá de eso, hacer de su candidatura un movimiento, abriéndose horizontalmente, ella conseguirá ir mas allá de las barreras que el sistema levanto para impedir que lo nuevo se afirme.

Traducción para Universidade Nômade: Santiago de Arcos-Halyburton

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