Huyendo de Honduras

Natalie Roque Sandoval / Hondureña en Resistencia, migrante auto-exiliada por EPT

Hemos seguido con profundo dolor la segunda caravana de migrantes hondureñes de 2018, los vimos partir en las transmisiones de nuestres compañeres acompañañntes por redes sociales, seguimos sus “updates” y “lives” por 2 días antes que el mundo lo supiera.

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Al igual que cuando la crisis de niñez no acompañada detenida en la frontera Sur de EE.UU., producto del asesinato masivo de nuestra niñez y juventud, así como otros grandes eventos “impactantes”, fue en  las últimas 48 horas finalmente alcanzamos la cobertura en las grandes cadenas de noticias internacionales, cuando nuestro éxodo se volvió una “crisis internacional” luego de las amenazas de Trump. Esa es la única forma en la que podemos lograr atención a una situación cotidiana en nuestras Honduras en dictadura.

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 En este momento hay tres caravanas más intentando salir de Honduras, han cerrado las fronteras y el régimen ha emprendido una nueva campaña internacional de mentiras. Culpan a un partido político sin recursos económicos de promover y financiar el desplazamiento masivo de miles de personas.

Sin embargo hay una realidad objetiva: en promedio cada día salen unas 300 personas de Honduras, la mayoría son migrantes irregulares una vez saliendo del territorio del CA4 (convenio migratorio del Sistema de Integración Centroamericano). La gran mayoría son pobres y tienen dependientes.

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 Comparto con mis compatriotas el dolor de haber decidido huir, pero soy privilegiada: lo he podido hacer en avión y con visado. No es el caso de 9 de cada 10 compatriotas. Pero algo tenemos en común la mayoría, independientemente de nuestra extracción social: me atrevo a decir que 95 de cada 100  sufrimos por la violencia generalizada e institucionalizada o la pobreza. Muchas personas hondureñas sufrimos Estrés Post Traumático por la violencia: nos han asesinado a una persona querida, hemos visto cadáveres en las calles, fuimos reprimidas por los cuerpos de seguridad estatales, hemos sido asaltadas,  tenemos temor de la policía, estamos desempleadas, nos han arrebatado casi todo, solo nos queda la vida. TENEMOS DERECHO A TRATAR DE SOBREVIVIR.

Desde 2009 la crisis social en Honduras ha alcanzado los más altos niveles del continente, llegamos al récord Guinness por la violencia en 2013, fuimos declarado el país más peligroso para ser mujer en 2014 luego que el asesinato de Miss Honduras llamara la atención sobre la “cotidianidad” de las femicidios.  En 2015 estalló un escándalo de corrupción sin precedentes en nuestra Seguridad Social, un desfalco millonario que habría causado muertea cientas de personas, miles seriamente afectadas. Sufrimos de analfabetismo, desnutrición y hambre. Honduras está en el “top” de los países más desiguales del continente. ¿Seguimos dando razones?

Hasta ahora no he dado las políticas. Todo lo social es político y aunque muchos de los elementos de la crisis ya estaban presentes antes de 2009 (la pobreza, el carácter regional de la violencia por el crimen organizado, la corrupción e impunidad, el historial represivo de las fuerzas de seguridad) todas estas situaciones se profundizaron y agravaron luego del Golpe de Estado del 28 de junio. El Estado de Honduras está secuestrado por una Narco-Dictadura impuesta y respaldada por el Departamento de Estado (Si, son unos hijes del demonio, pero son sus hijes del demonio[1]).

Pese a toda esta situación millones de personas hondureñas resistieron y cifraron sus esperanzas en un proceso electoral. Hicimos una gran “Alianza de Oposición Contra la Dictadura”, muchas regresamos a trabajar en la lucha política, tuvimos una campaña heroica, sin recursos y asedio:  en constante ataque por el terrorismo mediático. Pese a todo, logramos dar esperanzas y vencer el miedo, incluso logramos vencer el fraude en las urnas. Los #FueraJOH GANAMOS LAS ELECCIONES. Lo demás ya es “historia”: Fraude en el conteo, protestas reprimidas, estado de excepción, persecución y asesinatos.

“Ya me voy de mi país, aquí no puedo vivir, porque si me quedo aquí, del hambre voy a morir” “JOH Es pa fuera que vas”, la canción de Macario para nuestra campaña se volvió el himno de Honduras.  Después de la imposición del usurpador el pasado 27 de enero, tras de meses de batalla política y semanas contando muertes y heridos, muchas decidimos huir de Honduras.

La vida es el bien más preciado, tenemos derecho a intentar seguir con vida .Tenemos derecho a migrar e Intentar sobrevivir.  Quedarse en Honduras potencia exponencialmente las posibilidades de morir: por violencia, por hambre o por falta de medicamentos.

No nos vamos buscando sueños, huimos de Honduras porque no tenemos otra alternativa.

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Ecuador-Today, agencia de comunicación.

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