Siria: la retirada de las tropas de EEUU deja abierto el camino a Turquía

Delphine Minoui

El Presidente Erdogan no podía imaginar un mejor regalo. En un simple tweet, el presidente de Estados Unidos Trump le concedió este miércoles, 19 de diciembre de 2018, vía libre para lanzar una nueva ofensiva en Siria. «Vencimos al Estado islámico en Siria, mi única razón para estar allí durante la presidencia Trump,» escribió Donald Trump en su smartphone antes de declarar en un video hecho publico esa noche: «Hemos ganado […] ha llegado la hora de que nuestras tropas regresen a casa «. La decisión, que implica la evacuación de 2.000 soldados estadounidenses estacionados en la región kurda del norte de Siria, ha pillado por sorpresa a parte de su administración, contraria a la misma. «Va en contra del mensaje transmitido en las últimas semanas sobre la voluntad de permanecer, sobre todo para contener la presencia iraní en Siria».

Por otra parte, los militares siguen diciendo que su trabajo no ha terminado, que las células de Daech “siguen activas”, señala Dorothée Schmid, a cargo del «programa Turquía contemporánea”, en el Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI ). Poco antes de esta declaración, el Departamento de Estado había anunciado incluso que había aprobado la venta del sistema de misiles Patriot a Turquía en lo que parecía ser, además de una alternativa a la compra por Ankara del sistema de misiles rusos S-400, una concesión a los turcos a cambio de su renuncia a intervenir en Siria.

Las cartas son confusas. Y el terreno particularmente resbaladizo, de acuerdo con las amenazas hechas el jueves por el ministro turco de Defensa. «Ahora tenemos en frente a Manbij y el este del Éufrates. Estamos trabajando activamente en este tema», dijo Hulusi Akar, advirtiendo que las facciones rebeldes kurdas en el norte de Siria, acusadas ​​de connivencia con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que Ankara combate en su propio territorio «serán enterradas en sus trincheras cuando llegue el momento».

El lunes, presidente Erdogan había presumido de que ahora tenía la luz verde de Washington para que «los grupos terroristas sean expulsados del este del Éufrates», después de una conversación telefónica con Donald Trump. «Podemos comenzar nuestras operaciones en Siria en cualquier momento desde los territorios que coinciden con nuestros proyectos», advirtió Erdogan solo una semana después de anunciar públicamente una ofensiva inminente contra la ciudad de Manbij.

De concretarse, esta sería la tercera operación lanzada por Ankara en Siria. Con el respaldo de los combatientes anti-Assad del Ejército Libre de Siria, las fuerzas militares turcas habían logrado desalojar al Daech de Jaraboulous en 2016. Dos años más tarde, al comienzo de 2018, pasaron otra vez a la acción, en esta ocasión para expulsar del enclave de Afrin a los combatientes kurdos de las Unidades de Protección Popular (YPG), clasificadas como «terroristas» por el gobierno turco.

El momento oportuno de esta nueva operación para Erdogan sería antes de las elecciones municipales de marzo de 2019. «Todo hace pensar que Erdogan se inclina a poner en marcha esta vez una operación más importante no solo en cuanto a hombres, sino también en material. El presidente turco necesita una guerra a mayor escala, para impulsar el sentimiento nacionalista turco antes de las próximas elecciones», predice Dorothée Schmid.

Las inclinaciones belicosas de Turquía, obviamente, preocupan a sus socios de la OTAN. «La pregunta es si se puede permitir a un miembro de la OTAN embarcarse en una política de ocupación de Siria en toda regla. Es un problema político. Puede provocar una crisis de la Alianza Atlántica «, dice la investigadora.

La retirada estadounidense de norte de Siria no está exenta de riesgos para Turquía. Hasta la fecha, su presencia en el terreno juega un papel crucial en términos de intercambio de información, en particular en la lucha contra los yihadistas y la prevención del retorno de combatientes terroristas extranjeros. A pesar de las invectivas de Turquía, su cooperación con las fuerzas locales bajo influencia kurda ha facilitado la recuperación de las ciudades bajo control de Daech, como todavía Hadjin el pasado viernes.

Aunque Erdogan parece ser el principal beneficiario de la decisión de Trump, una ofensiva turca en Siria sigue siendo peligrosa. «Liberados de la presencia de Estados Unidos en Siria, los turcos se enfrentarán a otros obstáculos: el régimen sirio, las milicias iraníes, pero también a los rusos. Los riesgos de confrontación persisten», advierte Dorothée Schmid.

Figaro Premium, 21 de diciembre de 2018

PS. La retirada de las tropas llevará más tiempo que el calendario de Navidad anunciado por Trump a su base electoral, acosado por «asuntos» cada vez más numerosos; el «desmantelamiento» de su administración continúa, lo que acentúa los efectos centrífugos en términos de opciones estratégicas, especialmente se discute constantemente el volumen de los gastos militares del coste de los despliegues de tropas; unas relaciones menos tensas con la Turquía de Erdogan sigue siendo una prioridad frente a las relaciones establecidas tácticamente con las YPG que van, como otros «aliados» y «competidores» kurdos a negociar bajo coacción una acuerdo de autonomía con Assad. – Ed. A l’encontre

Es peiodista de Figaro.

Fuente:

http://alencontre.org/moyenorient/syrie/syrie-le-retrait-americain-ouvre-la-voie-a-la-turquie.html

Traducción:Enrique García / sinpermiso.info

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