Por tercer viernes consecutivo Argelia vivió protestas multitudinarias contra un quinto mandato presidencial de Bouteflika. Esta semana las mujeres se pusieron al frente en consonancia con las movilizaciones que se realizaron alrededor del mundo por el Dia Internacional de las Mujeres.
Cientos de miles de personas volvieron a salir a las calles de Argelia, por tercer vienes consecutivo para protestar contra la decisión del presidente, Abdelaziz Bouteflika, de presentarse para un quinto mandato.
Este viernes, en consonancia con lo que ocurre en varias ciudades alrededor del mundo, fueron las mujeres las que tomaron la posta de las protestas como parte del Día Internacional de las Mujeres.
Envueltas en banderas argelinas, rosas y carteles con sus reivindicaciones, las mujeres se manifestaron por miles en las calles de Argelia.
«Solo podremos tener los derechos que merecemos como mujeres si el régimen cambia. En Argelia las mujeres estamos discriminadas doblemente, por el gobierno y por la propia sociedad», explicó a la agencia Efe Amira, una joven estudiante de ciencias en Argel.
A escasos metros, en una plaza de la «Grand Post» abarrotada en un mediodía plomizo que amenazaba lluvia, otra joven sostenía un rosa roja y un cartel en el que se podía leer «No al quinto mandato, feliz fiesta para todas las mujeres argelinas», al tiempo que elevaba el puño para exigir la marcha del mandatario.
Acompañada por una decena de mujeres más, algunas de ellas niñas y adolescentes acompañadas por sus madres y abuelas, exigían al régimen que dejara de mentir y aplicara el artículo 102 de la Constitución que permite incapacitar al jefe del Estado por motivos de salud.
Bouteflika, de 82 años, fue trasladado el pasado 24 de febrero a Suiza, dos días después del inicio de las protestas, e ingresado en un hospital fuertemente custodiado sin que hasta la fecha se sepa cual es su verdadero estado de salud.
Diversos medios suizos han apuntado que el estado del mandatario es sumamente grave e incluso sugerido que su capacidad de recuperación es mínima.
Las manifestaciones arrancaron este viernes una hora antes de lo habitual, antes de la oración preceptiva de los viernes, y como en las dos semanas precedentes se extendieron por toda la capital, en particular el palacio presidencial de Muradia, la céntrica plaza del Primero de Mayo y la plaza de la Grand Post, epicentro de Argel.
En todos estos puntos, las manifestantes se tuvieron que enfrentar con un amplio dispositivo policial, formado por antidisturbios, blindados y helicópteros que vigilaban las marchas e impidieron que se acercaran a los edificios emblemáticos del poder, especialmente protegidos.
Las protestas contra la decisión de Buteflika de presentarse a la reelección por quinta vez consecutiva arrancaron el viernes 22 de febrero en Argel con la mayor marcha que se recuerda en la capital en la última década, convocada a través de la redes sociales.
El martes siguiente, miles de estudiantes universitarios y de secundaria de todo el país salieron igualmente para exigir la retirada de la candidatura del enfermo mandatario, elegido hace ya dos décadas.
El viernes pasado, las protestas se multiplicaron y no solo desbordaron el centro de la capital, también otras ciudades del país como Orán, Bejaia, Annaba, Constantine o la remota Arar, el desierto sur del país.
En presidencia desde 1999, Bouteflika sufrió en 2013 un agudo «accidente cardiovascular» que ya le impidió hacer campaña para las presidenciales del año siguiente.
Desde entonces no habla en público, se mueve en una silla de ruedas empujada por su hermano Said y sus apariciones públicas son inusuales, reducidas a las imágenes grabadas por la cadena estatal con motivo del consejo de ministro o de visitas de altos dignatarios extranjeros.
Hace un lustro que no viaja al extranjero y en los dos últimos años ha cancelado en el último momento por «recaídas de salud» reuniones ya confirmadas con altos responsables como la canciller alemana, Angela Merkel, o el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamad bin Salmán.
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