Desde hace unos meses se ha identificado la presencia de grupos armados ilegales en el sector de Buenos Aires, Parroquia La Merced, Cantón Urcuquí en el norte de Imbabura. Estos ejercen control territorial en las minas de oro de esta localidad, los grupos están conformados por colombianos y ecuatorianos. Hasta el momento se desconocen políticas efectivas del gobierno para contrarrestar el posicionamiento de estos grupos.
Las minas de oro de Buenos Aires han sido conocidas por la ola de migración de personas, que buscaban en estas un sustento para sus familias, a su vez las exigencias que hace 11 meses realizaban los mineros al gobierno local, debido a la acumulación de material que los mineros no podían vender, ellos exigían que “se dé una tregua para que los vendedores que es la causa del movimiento aquí puedan llevar su material hasta el sitio donde es procesado” afirmó Wilfrido Lara, minero en un reportaje especial de Ecuavisa.
Para junio de 2018 las políticas de la anterior Gobernadora Marisol Peñafiel fueron represivas contra los mineros, para esa fecha 220 personas estaban procesadas por practicar “minería ilegal” y fueron decomisadas por la Policía Nacional entre 300 y 400 toneladas de material aurífero. (Diario el Norte)
Pero al parecer estas políticas no solucionan las problemáticas de fondo que hasta el día de hoy aquejan la localidad de Buenos Aires, y ahora se complejizó el panorama con la entrada de nuevos grupos armados que controlan el territorio y piden fuertes sumas mediante la extorsión.
Desde hace un mes se registra la incursión de estos nuevos grupos que obligaron a antiguas bandas delincuenciales a desalojar la zona, las personas han expresado que en horas de la madrugada siempre suben y bajan camionetas a transportar lo de la minería, también los han visto vestidos de civil pero portan armas.
Se presume que hay dos hombres que imparten temor en la zona alias “Perico” y “Javier”. Es sabido que luego de que bandas delincuenciales obtienen posicionamiento y control territorial en una localidad, posteriormente el cobro de extorsión o lo que ellos denominan “cobro por seguridad” se hace efectivo.
El grupo armado al mando de alias “Perico” realiza la extorsión a los dueños de las poleas, el cobro fluctúa entre 4 y 5 USD por cada bulto con piedra aurífera que pasa de un lado de la montaña al otro a través del cableado. Por su parte alias “Javier” se cree que hacía parte del grupo de “Perico” pero se dividieron para repartir el dinero ganado con el cobro de las extorsiones.
Los pobladores de la zona han relatado que quienes han hecho oposición o resistencia al cobro de la supuesta “seguridad” han sido asesinados por estos grupos. Hasta el momento se desconocen políticas efectivas del gobierno local y nacional para contrarrestar el accionar de estos grupos armados ilegales.
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