Criticó que se hagan filmes como el de la vida de una prostituta que se hizo escritora.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, busca regular y colocar un filtro moral en el cine brasileño luego de criticar el financiamiento estatal a una película sobre la vida de una prostituta en ese país.
Bolsonaro recortó por decreto la semana pasada a la mitad el número de representantes de la industria en el Consejo Superior de
Cine, órgano responsable de la redacción de la política nacional para el sector, en el que ahora el Gobierno tiene mayor participación. Además, reiteró la intención de que Ancine, la entidad reguladora, tenga su sede en Brasilia y ejerza mayor control “cultural” si no quiere desaparecer.
“Va a tener un filtro ya que es un órgano federal. Si no puede tener un filtro, extinguiremos Ancine. La privatizaremos, la pasaremos a otras manos o la extinguiremos”, señaló el pasado viernes el ultraderechista tras asistir a un acto en Brasilia.
Con la decisión, el Gobierno del ultraderechista tiene la mayor participación en la composición del consejo que ahora está conformado por siete ministros y cinco miembros del sector y de la sociedad civil. “No puedo admitir que con dinero público hagan películas como las de Bruna Surfistinha”, dijo Bolsonaro tras firmar el decreto, en referencia al filme sobre la vida de una prostituta en Sao Paulo que se convirtió en una vendida escritora y que dio ganancias en Brasil.
Desde que llegó al poder, el mandatario brasileño se ha empeñado en transformar, trasladar, pero sobre todo, mantener el control sobre entidades cuya gestión se relaciona con actividades culturales, educativas y de derechos humanos, las que considera actúan bajo “ideologías de izquierda”.
Ancine, entidad oficial adscrita al ministerio de la Ciudadanía y con sede en Río de Janeiro, ha sido salpicada por una serie de escándalos por irregularidades financieras, que están siendo investigadas desde abril.
Para Cao Quintas, socio mayoritario de la Productora Latina Estúdio, las decisiones del ultraderechista son “temerarias” y tienen un “tinte ideológico” que va más allá del tema financiero. Añadió que éste desconoce cómo funcionan los mercados de la industria cinematográfica.
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