Por Eric Bonet
Al menos 85 mujeres asesinadas por su pareja o expareja. Es el número de feminicidios en Francia entre enero y principios de agosto. Una cifra que alarma cada vez más a la opinión pública francesa. El reconocimiento y la denuncia de la violencia de género parece abrirse paso en un país antaño referente del feminismo, pero en el que en los últimos tiempos movimientos como el #Metoo u otras movilizaciones feministas han encontrado una mayor resistencia o desapego.
Valérie Rey-Robert es una de esas mujeres que lucharon contra viento y marea ante la invisibilización de los abusos sexistas. Autora del influyente blog Crêpe Georgette, estuvo entre las víctimas de la Liga del Lol, un grupo de hombres periodistas y publicistas que se dedicaban a acosar en las redes sociales a militantes feministas. Ha publicado este año el libro Une culture du viol à la française (Una cultura de la violación a la francesa). En este sugerente ensayo cuestiona los prejuicios sexistas que originan las violencias sexuales. Un sexismo presente desde los relatos bíblicos hasta Juego de Tronos. Pero también imperante en el patrimonio cultural de Francia, cuna del amor cortés y de la galantería y el libertinaje rococós.
“Cuando las feministas francesas denuncian las violencias sexuales, se les responde que no son abusos, sino una forma de entender las relaciones amorosas que se fundamenta en una cierta dominación masculina”, asegura Rey-Robert. En esta entrevista con Ctxt en una cafetería en Bourg-la-Reine, en la periferia sur de París, analiza el concepto de cultura de la violación, los estereotipos predominantes sobre los agresores sexuales y el retraso de la causa feminista en Francia.
¿En qué consiste la cultura de la violación?
La cultura de la violación es el conjunto de ideas recibidas sobre la violación, sus víctimas y los autores. Estas sirven para reducir la responsabilidad de los violadores y culpabilizar a las víctimas e invisibilizarlas. Hablamos de cultura de la violación porque estas ideas están impregnadas en toda la sociedad y se transmiten de generación en generación. Por este motivo, creo que es importante utilizar el término cultura.
A menudo la idea predominante en la sociedad de qué es una violación no se corresponde con la realidad…
Cuando hablamos de las violaciones de forma abstracta, todo el mundo se opone a ellas. Pero cuando se trata de un caso concreto en el que está implicado uno de nuestros directores de cine preferidos, un político o una persona de nuestro entorno, entonces el discurso cambia completamente y, en lugar de creer a las víctimas, las culpabilizamos. La violación es uno de los pocos delitos en los que sucede esto. Lo que dificulta que se reduzca el número de agresiones. Hasta que no logremos contradecir los prejuicios predominantes no podremos avanzar.
¿Cuáles son los principales lugares comunes sobre los autores y las víctimas de violaciones?
Sobre los autores de las violaciones, que estos son personas desconocidas por la víctima, con una mala vida sexual, feos, desgraciados, pobres, de origen extranjero… También que estas agresiones se producen sobre todo durante la noche y que sus autores amenazan a la víctima con un cuchillo. Pero todo esto es falso, ya que en el 90% de los casos las víctimas conocen a los autores de la violación. Estos pertenecen a todas las clases y categorías sociales. Respecto a las víctimas, los estereotipos siempre sugieren que estas lo han buscado. O bien porque son demasiado guapas y han provocado al violador, tan feas que no puede ser que no hayan consentido la relación, bebieron demasiado… No hay una buena víctima de una violación y estas siempre son juzgadas por sus reacciones.
De hecho, uno de los prejuicios más habituales es que las mujeres suelen mentir cuando denuncian una violación…
Sí, exacto, pero los estudios realizados en países occidentales nos muestran que solo entre un 6% y el 8% de las denuncias de violación resultan falsas. En Estados Unidos, se llevó a cabo un amplio informe sobre la criminalidad durante los últimos diez años en el que se demostró que hay más hombres condenados injustamente por un homicidio que por haber violado. Por desgracia, uno de los prejuicios machistas más habituales es que las mujeres mienten. Encontramos esta idea desde la literatura mitológica, con la Biblia y los mitos grecorromanos, pero también en la cultura contemporánea, por ejemplo, en el cine negro estadounidense con la figura de la femme fatale. El tópico de la mujer mentirosa ha estado presente en más de mil años de historia occidental.
Como explicas en Une culture du viol à la française, el concepto de cultura de violación aparece primero en Estados Unidos a principios de los setenta. ¿Cómo surgió?
Los movimientos feministas no empezaron a concentrarse en la denuncia de las violencias sexuales hasta la década de los setenta. Antes sus principales reivindicaciones habían sido el derecho a voto, al aborto o la contracepción. Pero a principios de los setenta empiezan a utilizar el concepto de cultura de la violación en Estados Unidos para denunciar que las agresiones sexuales están presentes en todas las capas de la sociedad y que no se trata de un fenómeno extraño como se creía entonces, cuando predominaba el tópico de que había pocas agresiones sexuales y estas eran protagonizadas por hombres monstruosos y padecidas por mujeres con malas costumbres.
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