- El disidente Iván Márquez reaparece en un vídeo junto a otros exlíderes de la guerrilla
- Acusa al Gobierno colombiano de haber «traicionado» los acuerdos de paz del 2016
«Anunciamos al mundo que ha comenzado la segunda Marquetalia (lugar de nacimiento de las FARC hace más de medio siglo) bajo el amparo del derecho universal que asiste a todos los pueblos del mundo de levantarse en armas contra la opresión», afirma Márquez en el vídeo divulgado en internet, en el que aparece al lado de una veintena de hombres armados con fusiles. Márquez fue uno miembros de las FARC que participó en las negociaciones de paz con el Gobierno de Colombia.
Entre quienes le acompañan se puede ver a Seuxis Paucias Hernández, alias ‘Jesús Santrich’ y a Hernán Darío Velásquez, alias ‘El Paisa’, que hace meses dejaron de cumplir sus compromisos con la Justicia Especial para la paz (JEP).
Las FARC, surgidas en 1964, dejaron la lucha armada y se transformaron en partido político tras la firma de un histórico acuerdo de paz con el Gobierno de Colombia en el 2016. El acuerdo suposo el abandono de la violencia y el desarme de unos 7.000 guerrilleros. Sin embargo, cientos de rebeldes se situaron al margen del proceso, entre ellos Márquez, Santrich y El Paisa. La disidencia armada en Colombia contaría con unos 1.800 miembros, según cifras de la oenegé Paz y Reconciliación.
«Nunca fuimos vencidos ni derrotados ideológicamente. Por eso la lucha continúa. La historia registrará en sus páginas que fuimos obligados a retomar las armas», señala Márquez en otro momento del vídeo. En la grabación, que dura 32 minutos y tiene fecha del 29 de agosto de 2019, el líder guerrillero dice que hablan desde algún punto en la zona del río Inírida, situado en la región amazónica del sureste del país, cerca de las fronteras con Venezuela y Brasil.
Negociador de los acuerdos de paz
Márquez fue jefe del equipo negociador de las FARC en los diálogos de paz de La Habana y designado senador por el partido de la antigua guerrilla, cargo que no asumió porque a mediados de abril de 2018 se trasladó a un espacio de reunión de excombatientes en Miravalle, en el departamento de Caquetá (sur), donde se le vio por última vez en compañía de ‘El Paisa’.
El disidente, que en el vídeo aparece vestido de verde militar y con una pistola en la cintura, asegura que la decisión de volver a las armas «es la continuación de la lucha guerrillera en respuesta a la traición del Estado al acuerdo de paz de La Habana» y asegura que buscarán alianzas con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN). «Buscaremos coordinar esfuerzos con la guerrilla del ELN y con aquellos compañeros y compañeras que no han plegado sus banderas que tremolan patria para todos», afirma.
El «error» del desarme
Márquez ya había criticado varias veces desde la clandestinidad el abandono de las armas por parte de las FARC, gesto que calificó de «error«. En este sentido, señala que desde la firma de la paz, que tuvo lugar en noviembre de 2016, «y del desarme ingenuo de la guerrilla a cambio de nada», no se ha detenido la matanza de líderes sociales y de exguerrilleros y culpa al Estado de no cumplir lo pactado. «En dos años, más de 500 líderes y lideresas del movimiento social han sido asesinados, y ya suman 150 los guerrilleros muertos en medio de la indiferencia y la indolencia de un Estado», subraya.
Y añade: «Todo esto, la trampa, la traición y la perfidia, la modificación unilateral del texto del acuerdo, el incumplimiento de los compromisos por parte del Estado, los montajes judiciales y la inseguridad jurídica, nos obligaron a regresar al monte».
Los objetivos
El dirigente afirma que la nueva etapa de la guerrilla no tiene como objetivo soldados ni policías «respetuosos de los intereses populares», sino que apuntará a «esa oligarquía excluyente y corrupta, mafiosa y violenta que cree que puede seguir atrancando la puerta del futuro de un país». En ese sentido asegura: «Una nueva modalidad operativa conocerá el Estado. Sólo responderemos a la ofensiva».
Igualmente prometen su «desmarque total de las retenciones con fines económicos», en una aparente referencia a los secuestros, pero buscarán «el diálogo con empresarios, ganaderos, comerciantes y la gente pudiente del país, para buscar por esa vía su contribución al progreso de las comunidades rurales y urbanas».
Al final del manifiesto leído por Márquez, Santrich, que está reclamado por la justicia de EEUU por delitos de narcotráfico, interviene para lanzar la arenga «Vivan las FARC-EP», que el resto de guerrilleros responde con un «viva».
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