“Las personas que usan sillas de ruedas son discapacitadas porque la sociedad sigue construyendo escaleras”

Hablamos con Geertrui Cazaux, autora y activista belga, sobre el capacitismo y la relación que tiene este tipo de discriminación con otras opresiones, como el especismo o el sexismo.

Por María R. Carreras

Geertrui Cazaux (Bélgica, 1970), graduada en Criminología y Ciencias ambientales, trabaja sobre cuestiones como el capacitismo y el veganismo. Tras obtener un doctorado sobre antropocentrismo y especismo en la criminología contemporánea en 2002, Cazaux investigó durante varios años la sociología de las relaciones entre humanos y animales.

En el pasado, ocupó puestos de atención a jóvenes y como asesora de políticas para el gobierno de Flandes y ahora es editora de la plataforma Crip HumAnimal, desde la que aborda las interconexiones entre capacitismo y especismo. Desde hace un par de años, debido a una serie de enfermedades crónicas que padece, ya no puede trabajar a jornada completa, por lo que suele estar en su casa de campo cerca de Brujas, donde disfruta de la jardinería y de cuidar animales rescatados –ella y su pareja viven con 26 gallos y gallinas, varios gatos, tres burros y dos ovejas–, además de atender Crip HumAnimal y sus otros blogs, Graswortels y Brugesvegan. En ocasiones hace trabajo voluntario para organizaciones locales y puntualmente presenta ponencias en todo el mundo sobre los temas que estudia.

Hace unos meses, Cazaux acudió a Barcelona a impartir una de sus presentaciones, a la que El Salto tuvo acceso. A finales de mayo, la autora intervino como ponente clave en la sexta conferencia de la Asociación Europea de Estudios Críticos Animales (EACAS) que se celebró en la Universidad Pompeu Fabra. En su ponencia, una de las más comentadas del evento, la autora exploró, ante un auditorio completo, las interconexiones entre especismo y capacitismo, abordando también la falta de inclusividad en los movimientos de justicia social, concretamente en el entorno vegano.

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Geertrui Cazaux impartiendo su charla en la conferencia de EACAS en Barcelona. Foto: Crip HumAnimal.

Empecemos por lo básico: ¿qué es el capacitismo?

Es muy difícil limitar este concepto a una definición porque hay muchos aspectos que es necesario tener en cuenta. En pocas palabras, se trata de una discriminación o prejuicio contra las personas con discapacidades en el plano físico, mental o emocional, a favor de aquellas personas consideradas como capaces. El capacitismo es, al mismo tiempo, prejuicio —una actitud— y discriminación —comportamiento—. También es una ideología: parte de un sistema de opresión, por lo que no debe verse simplemente como una inclinación personal o una práctica discriminatoria individual.

Parece que el término capacitismo es menos conocido que otras palabras que hacen referencia a diferentes tipos de discriminación, como el racismo o el sexismo. Sin embargo, una investigación publicada hace poco afirmaba que los prejuicios hacia las personas con discapacidades aumentan con el tiempo. ¿A qué cree que se debe el desconocimiento de este tipo de exclusión?

El término utilizado en Bélgica para hablar de capacitismo es validisme. Este término es muchísimo menos conocido que los términos racismo o sexismo también aquí, y también se desconoce la lucha que busca justicia para las personas con discapacidades. Creo que una de las razones podría ser que el movimiento por los derechos de las personas con discapacidad –modelo de igualdad basado en los derechos, enfocado a obtener acceso igualitario– y más tarde el movimiento de justicia para la discapacidad —que revindica justicia e integridad para las personas con discapacidades— es bastante nuevo en comparación con el movimiento por los derechos civiles o el movimiento por los derechos de las mujeres.

Las barreras físicas y económicas que crea la sociedad hacen que a menudo también sea mucho más difícil para estas personas alzar la voz y hacerse oír. Las personas con discapacidad han sido y siguen siendo excluidas del debate público, de la participación en la vida social y política.

Otra razón para su menor conocimiento es el compartimentalización de los movimientos de justicia: se lucha por separado por los derechos de las mujeres, por los derechos civiles, por los derechos de las personas con discapacidad… cuando todas estas opresiones están conectadas. Sin embargo, esa conexión y superposición a menudo se pasan por alto. Esto está cambiando poco a poco, ya que cada vez se habla más de interseccionalidad y cada vez más movimientos de justicia comienzan a tener la situación en su conjunto, una perspectiva más amplia.

Habla de dos modelos desde los que se ha abordado la discapacidad, uno médico y otro social. ¿Podría explicar las diferencias de ambos enfoques?

El modelo médico de la discapacidad fue la visión dominante sobre el tema en la era moderna hasta la década de 1970. La discapacidad era vista, en gran medida, como una tragedia personal. Las enfermedades o lesiones tenían que ser curadas con intervenciones médicas para que el individuo volviera a ser ‘normal’ o ‘lo más normal posible’. En el modelo médico, la atención se centraba en el individuo, que debía esforzarse, debía adaptarse a la sociedad; debía ‘sanar’.

Esto se opone al modelo social de la discapacidad. Desde este punto de vista, la discapacidad es vista principalmente como algo causado por las barreras ambientales y sociales. La sociedad necesita proporcionar espacios e instalaciones accesibles, y si eso se da, las personas discapacitadas podrán participar plenamente en todos los aspectos de la sociedad.

Debido a que es la sociedad la que discapacita a las personas, les impide participar en la totalidad de los aspectos de la vida. Se puede decir claramente que las personas usuarias de sillas de ruedas no son discapacitadas por usar silla de ruedas, sino porque la sociedad sigue construyendo escaleras.

En línea con esto, hablemos de body shaming [avergonzar a alguien por su cuerpo] y health shaming [avergonzar a alguien por una aparente falta de salud].

Hacer body shaming consiste en criticar o burlarse de personas por su apariencia corporal. La mayoría de las veces consiste en avergonzar a alguien por su gordura, por tener un tamaño de cuerpo grande, aunque puede dirigirse a cualquier persona cuyo cuerpo no entre en lo que se considera un cuerpo ‘normal’ o ‘bello’.

Health shaming es juzgar los problemas de salud de alguien. Supuestamente, su mala salud sería culpa suya, deben haber hecho algo ‘mal’ para estar ‘así’: no comer bien, no hacer suficiente ejercicio, llevar un estilo de vida ‘malo’.

Desafortunadamente, el body shaming es muy común, incluso hay gordofobia en la comunidad vegana y en el movimiento por los derechos animales, y también se da mucho el health shaming. Por ejemplo, a menudo se representa estereotípicamente a las personas no veganas como gordas, y a las veganas como delgadas, y se señala a las personas veganas gordas por no ser buenos modelos a los que seguir para el movimiento [antiespecista]. Se atribuyen problemas de salud a no ser un ‘buen’ vegano, a no seguir la dieta correcta. Además, el veganismo se presenta con frecuencia como una cura milagrosa para todos los problemas de salud.

Es importante destacar que el veganismo no es una dieta. Ante todo, es un estilo de vida conectado a un movimiento de justicia. Y hay personas veganas de todos los tamaños. De media, las personas veganas tienen un índice de masa corporal más bajo, pero eso no significa que todas las personas veganas sean delgadas y que todas los que no son veganas sean gordas.

Del mismo modo que una dieta vegana no garantiza la pérdida de peso, tampoco es una cura definitiva contra el cáncer u otras enfermedades. Hay muchos otros factores, además de la dieta, que determinan la salud, además del estilo de vida: los factores ambientales —contaminación del aire, contaminación del agua, radiación— y la genética juegan un papel importante, y a menudo no hay un vínculo directo entre ninguno de estos factores y el estado de salud. No niego tampoco que una dieta vegana, especialmente una basada en alimentos integrales, pueda ser beneficiosa para la salud, pues es cierto que puede reducir el riesgo de muchas afecciones y enfermedades crónicas, como la diabetes de tipo 2, hipertensión y cierto tipo de cánceres.

Me gustaría enfatizar que deberíamos centrarnos en luchar por una justicia para todos, incluidos los animales, y no señalar a ciertas personas por su apariencia o culparlas por sus problemas de salud. No es efectivo y de hecho, puede ser contraproducente.

Fuente: https://www.elsaltodiario.com/antiespecismo/Geertrui-Cazaux-capacitismo-especismo-EACAS

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