Historia de una canción de protesta chilena que se hizo universal

“El pueblo unido jamás será vencido”, con su ritmo de marcha y mensaje de unidad, creación del músico chileno Sergio Ortega y la banda Quilapayún, trascendió fronteras. Fue estrenada apenas tres meses antes de septiembre de 1973, durante un masivo concierto en la Alameda de Santiago, cuando la Nueva Canción Chilena se había hecho parte activa de la izquierda política en general y el gobierno de Salvador Allende en particular. Y se dejó oír en las calles parisinas durante las protestas de los chalecos amarillos.

Por Alejandro Jofré

Miércoles 23 de octubre de 2019, calle Seminario a la altura de Rodolfo Vergara en Providencia. En medio de las manifestaciones en Santiago, el registro del periodista Álvaro Díaz muestra a los músicos Camilo Salinas y Pablo Ilabaca interpretando “El pueblo unido jamás será vencido” a punta de guitarra y melódica. Lo hacen moviéndose a contrapelo del sentido de la calle, que a esa hora solo lleva gente:

La historia de “El pueblo unido jamás será vencido” —compuesta por Sergio Ortega con un texto en conjunto con Quilapayún— tiene su origen en 1973, según cuenta el músico y filósofo Eduardo Carrasco Pirard —fundador y director de la banda— en sus memorias Quilapayún: la revolución y las estrellas (RIL, 1988). Y conjuga la camaradería de un curanto en hoyo, un sexteto de Johannes Brahms y la Unidad Popular.

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