Mi ruptura con RUPTURA

Por: Érika Arteaga

Gente que yo conocía hace mucho tiempo (hace rato), cuando mis hijos y sus hijos creíamos crecerían juntos.

Gente que compartió pambamesas con nosotros (mis wawas y yo), en donde hoy arde el fueguito en cada Luna/ Nayón.

Hombres y mujeres de edad madura, que crían wawas y esperan para ellxs un mejor país.

Alguno/a habrá leído Isabel Allende y con esas lecturas, sentido lo complejo de las fracturas sociales, lo duro de vivir separados; una premonición de esa gran quebrada que se ha abierto y que será imposible saldar.

¿Cómo pueden ser solidarios con Chile y a la vez guardar un silencio cómplice sobre nuestros doce muertos? ¿Cómo se les arruga el corazón con lo que pasa en el Cono Sur- herencia de Pinochet- pero no dicen NADA cuando sus panas están del lado de León Febres Cordero y sus herederos? ¿Es porque sus panas serán herederos de LFC y quizás de algunos negocios locales? ¿Es por temor a haberse equivocado brutalmente en el diagnóstico de «Quién Jodió al País» y no haberse incluido en este?
¡¡¡Quienes nos JODEN, NOS JODEN (y reprimen, persiguen, criminalizan) hoy son USTEDES!!!

Hoy tenemos muertos con la complicidad de su lideresa, de su pana “feminista”, a la que le llaman ustedes, Ministra de Gobierno. El diálogo televisado se fue al carajo por lo hepático de su amigo Roldán; quien al parecer tiene en la cabeza un modelo de país aplicable solo para la clase social con los privilegios que él creció. El nefasto manejo político que ya ensayaron en el Carchi, demostró que no tienen noción de política pública…es la única explicación. ¿O toda una provincia de trabajadores/trabajadoras, clase media, agricultores/as se tilda de terrorista cuando demandan lo que por derecho les corresponde históricamente?

¿No les da vergüenza? ¿No se les arruga un poco el corazón por nosotros? ¿Por los muertos que tiene cada comuna, por las familias en duelo, por el Sr. de Chimborazo que deja una wawa de la edad de sus hijas y del mío?, ¿ O por la compañera del trabajador del Mercado de San Roque que no sabe cómo va a sobrevivir sin su esposo? ¿Por nosotras que vemos que este país se vuelve una gran amenaza para que nuestros wawas crezcan EN PAZ, DIGNIDAD y JUSTICIA SOCIAL?

¿Cuándo decidieron volverse pragmáticos para terminar siendo cómplices?
¿Cuándo la «realpolitik» les cambio tanto? Ahora andan por las calles de Quito ya sin armónicas, ni sonrisas, solamente sus ojos al borde del llanto.

Hoy me despido con esta epístola que pretende ser un reclamo y un llamado a que DESPIERTEN.
POR MIS HIJOS, POR EL PAÍS QUE CON SU COMPLICIDAD LES ESTÁN DEJANDO.
Hoy me quedo con las fotos de sus hijos y los míos, hoy les digo, ADEUS.

¡Qué fuerte vivir lo que vivimos!