El Quid del Asunto.- Alrededor del 2014, Portugal atravesó por una severa crisis junto a Grecia. El déficit fiscal era sólo uno de los problemas. Portugal también tuvo sobreendeudamiento que bordeó el 130% sobre el PIB, los niveles de desempleo llegaron al 3% e incluso hubo tasas de crecimiento negativo.
Así explicó la situación económica que atravesó Portugal, el analista político Sebastián Mantilla. Él agregó, además, que las cosas fueron cambiando no tanto por un desempeño económico sino “básicamente por las medidas que fueron implementadas por un gobierno atípico, no sólo en Europa sino en el mundo”.
¿A qué se refiere con «gobierno atípico? Mantilla se refiere a que Portugal como otros países de Europa no cuentan con un sistema presidencialista, sino uno de tipo parlamentario. “El presidente del gobierno y el (primer) ministro se deben básicamente al Parlamento”. Eso implica negociaciones y acuerdos, “y una gran vocación por el diálogo”, dijo.
Hay otro factor: la coalición entre grupos de izquierda y de derecha, explicó Mantilla. El analista destaca las figuras de dos líderes «aunque no sé si tanto a dos fuerzas políticas». El primero, Marcelo Rebelo de Souza, quien fue elegido presidente y es de un partido de centro derecha. Y, el segundo, Antonio Costa, quien viene de la coalición socialista (donde están incluso los comunistas).
El analista señaló que en un principio Portugal siguió las recetas del FMI. “Esa fue una condición para recibir ese salvataje de cerca de 70 mil millones de dólares”. Pero esas medidas también implicaron:
- Una reducción drástica del sector público
- Reducción de las horas de trabajo de 40 a 35 horas
- Subida de impuestos como el IVA que ascendió de 13% a cerca del 23%
Esas y otras decisiones económicas «se hicieron para equilibrar la situación fiscal de Portugal”. Pero, se hizo algo más. Mantilla apuntó que el éxito del caso de Portugal fue que, ante la imposibilidad de que el país salga, “se tomaron medidas un poco más creativas”. Y, en ese sentido, destaca la figura del ministro de economía, Mario Centeno.
Se mantuvieron ciertas medidas de ajuste para que la situación fiscal permita pagar el nivel de endeudamiento, pero también medidas –a diferencia de lo que podemos pensar en el caso de Ecuador- que no sólo están enfocados a saber cómo solucionamos el problema de que el fisco no tiene plata para pagar los sueldos de la burocracia. Sino, cómo hacemos para reactivar la economía. Ahí se tomaron medidas que fueron en su momento cuestionadas por el Banco Central Europeo, por el FMI, y lo que buscaban era inyectar dinero y reactivar la economía.
Producto de esa gestión económica, el resultado fue que se bajó el déficit del 3% al 2%, se bajó el nivel de endeudamiento del 130% al 100% (según resultados del 2018), se mantuvo una inflación equilibrada, mejoraron los niveles de crecimiento a cerca del 2%, entre otros.
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