Los incidentes se dieron durante el allanamiento al Fondo de Cesantías del Magisterio Ecuatoriano (FCME), en la provincia de Imbabura. El operativo fue encabezado por miembros de la Fiscalía, del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) y de la Policía Nacional. La fiscal al mando de este operativo fue Rosa Ulcuango, quien llegó con 60 uniformados. Sumándose más agentes más tarde, como informaron los medios de comunicación entonces.
Hoy, 13 de enero de 2020, en los próximos minutos, a partir de las 09:00, en la Corte Nacional de Justicia, se realizará la audiencia de juzgamiento en el caso contra David Rosero y maestros imbabureños, ante un tribunal conformado por los jueces nacionales Marco Rodríguez, Daniela Camacho e Iván Saquicela. (La Hora).
El día lunes 18 de mayo de 2015, en varios medios de comunicación se anunció sobre la detención de cinco personas, bajo la acusación de que los detenidos «trataron de impedir que los nuevos administradores de los fondos ingresen a los oficinas», como citó el Diario del Norte al gobernador de Imbabura de aquel entonces Diego García. Se trataba de David Rosero, miembro del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, Cpccs; el presidente de la UNE en Imbabura Jaime Villacís, Mario Landeta, Irene Ortiz y Roberto Villamar, miembros del magisterio.
“La información fue reconfirmada cerca de la medianoche por la Fiscalía General del Estado, en su página web, en la que se menciona el delito de «ataque o resistencia». También dicen que «los aprehendidos, quienes habrían incentivado a unos 60 maestros a impedir el ingreso de la Fiscalía a las instalaciones del Magisterio -argumentando que era ilegal-, serán puestos a órdenes del Fiscal General de la Nación, Galo Chiriboga Zambrano».” (La República, 18 de marzo de 2015)
David Rosero ha declarado para este caso: “en 2015 Correa decidió intervenir más de 400 millones de dólares pertenecientes a los ahorros de miles de maestros del Fondo de Cesantía del Magisterio Ecuatoriano. En aquel entonces la Fiscalía y un gran contingente policial ingresaron a la fuerza en las oficinas de la UNE de Imbabura, maltrataron a maestras y maestros, detuvieron arbitrariamente a David Rosero, consejero del Cpccs, Jaime Villacís y Mario Landeta, por defender los derechos del magisterio”.
“El exfiscal Galo Chiriboga y la exfiscal Cecilia Armas convirtieron a las víctimas en victimarios, acusándoles del supuesto delito de resistencia”.
“En 2019, el Gobierno Nacional, la Superintendencia de Bancos y el Biess devolvieron la administración del Fondo de Cesantía del Magisterio Ecuatoriano a los maestros, reconociendo los abusos cometidos por el régimen anterior”.
“Son varios años de persecución judicial que fue sistemática durante el gobierno anterior. Siempre hemos dado la cara ante este proceso injusto”, son la declaraciones de Rosero para los medios de comunicación.
Sin tomar partido ni defender a ninguna de las partes, el escenario no es difícil de definir, pues, se recuerda el 2015 como uno de los años de más confrontación entre el régimen de Rafael Correa y la UNE (Unión Nacional de Educadores), sector de la educación pública influenciado por el ex partido político MPD (Movimiento Popular Democrático) a quienes la Revolución Ciudadana les declaró la guerra y prometió quitarles sus privilegios. Recuérdese también los duelos entre gobierno y la ex presidenta de la UNE, Mery Zamora, que terminaron en un juicio contra la misma. O el atentado en contra de las autoridades de la Universidad Central.
Ahora, con una disposición contraria desde el régimen actual al que le dio la vida y asistiendo a nuevos requerimientos, digámoles, ideológicos, y de nuevas alianzas necesarias para darle algo de fuerza al impopular gobierno actual, no sería nada extraña la predisposición desde el gobierno y el ex MPD, de darse ayuda, ya como la necesidad de un gobierno sin apoyo popular, ya como la de un partido político que regresa de su desmantelación y maquinada decadencia.
Otra posibilidad, es la de establecer nuevas causas y culpables apoyándose en este suceso, pasando de víctimas a victimarios, pues el poder es más extraño e ingrato de lo que se piensa cuando se llevan los hilos del mismo, cuando nos llegamos a creer eternos.
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