El día miércoles 15 de enero de 2020, el Parlamento de Mujeres realizó en las afueras de la Contraloría General del Estado un juicio popular sancionatorio en contra de la ministra de gobierno, María Paula Romo, con el objeto de expulsarla de todas las organizaciones feministas y de movimientos sociales, a causa de los atentados a los derechos humanos y de protesta legítima generados en las distintas manifestaciones sociales de octubre pasado.
Estas organizaciones reclaman la actitud de la ministra y el gobierno en general, por no haberse hecho cargo de ninguno de los atentados en contra del pueblo ecuatoriano por parte de las instituciones encargadas de brindarle seguridad y justicia, entre los que se registraron muertos y heridos, como el mismo informe de la CDIH ha considerado, frente a la sorpresa o total indiferencia de las autoridades estatales.
Al contrario, como un proceso inmediato, se dio una suerte de premiación a las instituciones represivas, con la compra de equipamiento para el Ejército y la Policía, asimismo como la alza de sueldos de sus miembros. Se han hecho famosas las declaraciones de la ministra en que se niega rotundamente estos atentados al estado de derecho en el Ecuador.
En el boletín de prensa emitido por el Parlamento de Mujeres, intitulado «Memoria, Justicia y Reparación para los Pueblos, Juicio Popular a la Ministra de Gobierno», se puede leer: «Rechazamos el feminismo que defiende los intereses del Estado y el capital. Rechazamos asimismo al FMI y sus medidas que precarizan las vidas de las mujeres y nos sobrecarga de trabajo. Rechazamos a las mujeres que, absorbidas y representantes del poder patriarcal, neoliberal y racista generan represión y derramamiento de sangre. Por eso, desde la autoorganización asamblearia proponemos el juicio popular a María Paula Romo, Ministra de Gobierno, por considerarla una figura pública nefasta, enemiga de las luchas de los pueblos y las mujeres».
También acompañaron en el juicio popular al Parlamento de Mujeres, equipos de prensa alternativa e independiente, así como movimientos de izquierda y antifascistas.
El Parlamento de Mujeres ha sido enfático en su rechazo, tanto al «morenismo» como al «correismo», o con cualquier sector de las derechas nacionales y transcontinentales, determinando una clara y radical posición de clase, frente a infiltraciones de las que, en distintas ocasiones, han corrido el riesgo de ser influenciadas las organizaciones feministas y sociales que la conforman.
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