Por: León Roldós Aguilera.
Presidente Moreno, a usted le toca asumir el liderazgo del Ecuador, para enfrentar a la pandemia del coronavirus, a fin de construir la esperanza y así encontrar el horizonte que nos permita seguir existiendo como país. ¿Está dispuesto a asumirlo?. ¿Está en condiciones de hacerlo?. Quiero que su respuesta sea SI.
El Ecuador le reconoce y agradece la preocupación de usted, del Vicepresidente Otto Sonnenholzner, de las Ministras y los Ministros de Estado y más colaboradores de su Gobierno, en decisiones orientadas a impedir la expansión de la pandemia de coronavirus en el Ecuador.
En días que vendrán, le corresponde a usted la misión de liderar al Ecuador, en la construcción de la esperanza para avanzar en el camino del desarrollo, compromiso y proceso, que no será de su sola responsabilidad.
¿Cuál es la realidad del mundo?
En el avance de la pandemia del coronavirus
La pandemia a nivel mundial en el siglo XXI, de que ningún territorio parecería que va a salvarse, podría haber sido materia de una película de terror, y habría parecido tremendamente fantasiosa.
Versión de AFP del 21 de marzo del 2020, a las 07h55 del Ecuador –12h55 GMT, esto es, pasado medio día del 21 de marzo, en Europa-
“El nuevo coronavirus ha provocado al menos 11.401 muertos en el mundo desde que apareció en diciembre, según un balance elaborado por AFP basándose en fuentes oficiales este sábado 21 de marzo de 2020.
Desde el comienzo de la epidemia se contabilizaron más de 271.660 casos de contagio en 164 países o territorios.
Desde la víspera a las 19H00 GMT se registraron 272 nuevas muertes y 12.725 contagios en el mundo.
La cantidad de muertos en Italia, que registró su primer deceso vinculado al virus a fines de febrero, asciende a 4.032. El país registró 47.021 contagios. Las autoridades italianas consideran que 5.129 personas sanaron.
En España, el ministerio español de Sanidad anunció este sábado 324 nuevas muertes por coronavirus, con lo que el total de fallecimientos asciende ya a 1.326 y el número de contagiados llega a 25.000 en el país.
China continental (sin contar Hong Kong y Macao), donde la epidemia estalló a finales de diciembre, tiene un total de 81.008 personas contagiadas (32 nuevos casos desde el viernes), de las que 3.255 murieron y 71.740 sanaron totalmente.
Irán es después de China e Italia el país más afectado con 1.556 muertos y un total de 20.610 casos.
Le siguen España, Francia, con 450 muertos y 12.612 contagios, y Estados Unidos, con 260 muertos y casi 20.000 contagios.
Desde el viernes a las 19h00 GMT, Emiratos Árabes Unidos, Lituania, Israel y Paraguay anunciaron sus primeros fallecimientos vinculados con el coronavirus. Zimbabue anunció el primer contagio.
El sábado a las 11H00 GMT y desde el comienzo de la epidemia, Europa sumaba 127.056 contagios (6.028 fallecidos), Asia 95.565 (3.455), Oriente Medio 23.327 (1.581), Estados Unidos y Canadá 20.360 (269), América Latina y el Caribe 3.226 (35), Oceanía, 1.121 (7) y África 1.006 (26).
Este balance fue realizado utilizando datos de las autoridades nacionales recopilados por las oficinas de AFP y con informaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS)”.
- Cuando lea esta carta, habrán aumentado –y en mucho- los números de contagiados y de muertos por la pandemia -.
En lo económico y financiero
La Comisión Europea, el viernes 20 de marzo del 2020, suspendió la aplicación del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, el instrumento de las normas fiscales comunitarias, que venía siendo obligatorio para todos los países de la Unión Europea, para sus decisiones sobre gasto público, bajo severas sanciones, liberando así a sus gobiernos, a fin de que puedan combatir la propagación de la pandemia del coronavirus y mitigar sus consecuencias sobre los sectores sociales y sus empresas.
Esa decisión comunitaria se está correspondiendo con anuncios de los países europeos de asumir planes de salvamento, entre los que destaco el del Presidente Macron de Francia, en el sentido de que su gobierno avalará inversiones y compromisos de empresas francesas por cerca de trescientos mil millones de euros, estando dispuesto “a saltarse todos los stops –o sea posibles trabas- para salvarlas”. Además, Macron anunció que también estaría dispuesto a estatizar empresas, para garantizar su producción y mantener las fuentes de empleo.
También destaco el pronunciamiento de la Jefe de Gobierno de Alemania, Angela Merkel, de conceder crédito sin límites a sus empresas; y, para evitar el despido de los trabajadores, ha ofrecido financiar hasta el 60% de las nóminas de pago. El monto de ayudas se acercaría a medio trillón de euros (un trillón es tres veces un mil de miles de millones de euros).
Italia y España, países arrasados por la pandemia, aun no tienen planes de salida, más allá de la provisión de recursos para enfrentarla; pero, en el caso de España que estaba negociando un programa con el Fondo Monetario Internacional, éste ha liberado a su Gobierno de los compromisos que estaba asumiendo.
El gobierno de los Estados Unidos de América ha anunciado que va a destinar un trillón de dólares (un trillón es tres veces un mil de miles de millones de dólares) – entre aplazamientos del pago de impuestos, asistencia a sectores especialmente afectados y entrega de efectivo a los ciudadanos. Para los primeros desembolsos ya se han asignado ochocientos cincuenta mil millones de dólares.
Podría citarse varios países, en cuanto a que van a hacer para superar la crisis de la pandemia del coronavirus y sus impactos, en lo internacional y en lo interno, que no pueden limitarse a prórrogas y facilidades que, más allá de las buenas intenciones, terminan apareciendo como cicateras, ante la magnitud de tales impactos.
La OCDE, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, en declaración de fin de semana, advierte que los impactos de la pandemia están superando las peores previsiones económicas. Señala que los Gobiernos y los Bancos Centrales, al interior de los países y en lo internacional, deben agotar esfuerzos por soluciones sociales y por mantener las estructuras de producción y el empleo. Explícitamente, puntualiza “se requiere un nivel de ambición parecido al Plan Marshall –de la segunda post guerra mundial del siglo XX- y una visión similar a la del New Deal, a nivel mundial”.
El New Deal (nuevo trato en español), usted debe recordar Presidente Moreno, fue el nombre dado por el Presidente de los Estados Unidos Franklin D. Roosevelt a su política para luchar –en la década de los años treinta del siglo XX- contra los efectos de la Gran Depresión en Estados Unidos, consecuencias del colapso de octubre de 1929, por las quiebras financieras y empresariales que se vinieron en cadena, reformando los mercados financieros y redinamizando la economía de ese país.
Si debo mencionar que hay controversiales juicios de valor sobre el Plan Marshall y el New Deal, porque contuvieron los instrumentos de expansión del poder de los Estados Unidos, orientado al control capitalista en los territorios donde podía irse consolidando. La mención de la declaración de la OCDE no lleva implícito asumir tales procesos, sino que lo que deseo es destacar que se debe decidir y actuar con una visión global de la pandemia y de posibles soluciones para un nuevo orden económico y social, al interior de los países y en las relaciones internacionales.
¿Y qué en el Ecuador?.
La situación era crítica a inicios de marzo del 2020. A pesar de la publicidad gubernamental de que nos había ido bien en la visita de febrero del 2020 a Washington, a la Casa Blanca, al FMI, a otros organismos internacionales, no se pudo obtener la credibilidad del mercado que castigó en puntos y en calificación a la deuda externa del Ecuador. La situación se agravó cuando el FMI suspendió el desembolso programado para marzo del 2020.
Al interior del Ecuador, el Gobierno y otras entidades del sector púbico, por severa falta de liquidez, generalizó una práctica de atrasos, por semanas y meses, en el cumplimiento de transferencias y otras formas de pago.
Lamentablemente, la práctica heredada desde el correato de no registrar obligaciones de pago a proveedores y otros acreedores, hasta “no verificarlas”, no ejecutando oportunamente las verificaciones, llevó que, hasta febrero del 2020, una pre – estimación aproximada de esta falta de registro, sume cientos de millones de dólares.
¿Qué estaba atrás del cuasi colapso de las finanzas del Estado, aun antes de la pandemia del coronavirus?. La depredación de la economía que se arrastra desde el correato, con las evidencias acumuladas sobre un gasto público irracional, que arrasó con los elevados ingresos generados por las bonanzas exportadoras del Ecuador, que se dieron hasta la primera mitad de la segunda década, con la corrupción dominante en la contratación pública, con endeudamiento agresivo, para gastar más, parte de éste con la simulación de la preventa petrolera, con intermediarios de prácticas mafiosas, con el desmantelamiento de todos los fondos y reservas para proteger la dolarización, con el saqueo de la liquidez del Banco Central del Ecuador, mediante colocación de certificados de tesorería, liquidados con dación en pago de acciones de entidades públicas, con ninguna posibilidad legal o económica de negociarlas, a menos que se realicen privatizaciones de apuro, imposibles en las actuales condiciones del Ecuador.
Por las “pataletas” del correato, sin la debida juridicidad en el patrocinio del Estado, hay fallos indemnizatorios por cientos de millones de dólares, contra el Ecuador, sobre las que hay dilatorias, en espera de transacciones.
Hasta en el “pepiteo”, sumando decenas de millones de dólares, el derroche público se evidenció. El caso de los costos de protección a Assange es el más conocido. Se contrataron “asesorías” con direccionamientos políticos. Los viajes en aviones del Estado y en vuelos comerciales se multiplicaron.
Por más de diez años, las rotaciones de embajadores, cónsules y otros miembros de misiones diplomáticas y consulares, para pagar favores, o como cargos que servían para consolar a quienes los sacaban de otros cargos, o como forma de vacaciones pagadas, a veces sólo por meses en la asignación a una sede, han costado decenas de millones de dólares, no sólo en remuneraciones sino en desplazamientos de ellos y sus familias, todos pagados por el Estado.
Todo lo expresado, con nombres, con fechas, con cuantía, debe publicarse. Si el poder público, en los hechos, o por omisión de actuar, está quedando como encubridor, por lo menos debe exigírsele total información.
La falta de sanción a la corrupción, hasta ahora está cubriendo de vergüenza al país. Verdad que se están ejecutando acciones, con aportes de denunciantes, un trabajo muy responsable de la Contraloría y una actuación que debe reconocerse de la Fiscalía y de la Procuraduría del Estado, pero aún faltan resultados.
La convocatoria de organismos internacionales a que los Gobiernos y los Bancos Centrales coordinen decisiones y acciones, para direccionar el gasto público a atender la pandemia y sus resultados, con el pensamiento en los sectores sociales y para evitar el colapso de empresas y la caída del empleo, en el caso del Ecuador tiene las complicaciones del cuasi colapso de las cuentas fiscales y que, en dolarización, el Banco Central del Ecuador no es emisor de dinero.
Lo peor, que llevaría a un caos político y a una debacle económica generalizada, sería que se caiga la dolarización.
¿Qué pronunciamientos se han escuchado?
Se han dado algunos valiosos pronunciamientos desde sectores profesionales y de opinión. También se han pronunciado organizaciones sociales y las cámaras empresariales.
Los originados en el Gobierno – en días recientes- sobre no exigibilidad de pagos que se deban a las entidades públicas, para que éstos se difieran por semanas, y los enunciados de retomar a las decisiones, en las líneas de las negociaciones con el FMI, que estaban considerándose antes del lunes 9 de marzo en que se agudizó el agravamiento de la crisis, son menos que “paracetamol” para un cuadro infeccioso con fiebre –que puede bajar por horas la fiebre – pero la infección continúa y se agrava de no tener adecuado tratamiento.
Ayer, viernes 20, usted anunció el reparto inmediato de 245.000 raciones alimenticias, así como bonos de USD 60, en abril y mayo del 2020, a familias con ingresos de menos de USD 400; y, también para abril, préstamos emergentes del BIESS a afiliados y jubilados y de la CFN a microempresarios. Muy buenas intenciones; pero, ¿cómo llegaremos a abril del 2020?.
Los problemas de supervivencia, para más de la mitad de la población ecuatoriana, son de hoy, no serán de abril.
Aparte de los informales y de los trabajadores autónomos que no reciben ingresos de no trabajar día a día, lo más probable es que un alto número de trabajadores enrolados en las empresas privadas, a inicios de abril del 2020, no podrán cobrar la remuneración de marzo del 2020, porque sus empleadores no han tenido ingresos, salvo los que han podido mantenerse en producción los días de restricción de circulación. También es probable que se desborde la desocupación – no pudiendo pagarse la liquidación de inmediato- por lo que ya hay muchos trabajadores que están dispuestos a asumir la inusual petición de disminución de horas de trabajo y de remuneración, cuya legalidad está en interrogante, para –por lo menos- asegurar su plaza de trabajo. Que sus hijos puedan comer, tener salud y que puedan educarse, vale más que cualquier opinión jurídica es su argumento. La posibilidad de la disminución de la remuneración la introdujo el propio gobierno, con la intención de que rija en el sector público.
Mientras el Banco de España – Banco Central Nacional y, al mismo tiempo, supervisor del sistema bancario español- le pide a la banca privada que no exija el pago de créditos a deudores con problemas ante la fuerza mayor de la imposibilidad de producción y comercialización, por la pandemia; y, ésta acepta con la condición que no la obliguen a hacer provisión por falta de pago de sus deudores, en el Ecuador hay un grave claro/oscuro al respecto; y, hay bancos que se aprestan a cargar en cuenta de depositantes – paralizados en sus operaciones y negocios, con cero ingreso, por orden de autoridad- cuotas de intereses y amortización, como que no haya trastorno alguno en la economía ecuatoriana.
La autoridad debe declarar fuerza mayor en las relaciones créditos/deudas.
No estoy proponiendo desconocer deudas, ni intereses, pero no es posible presionar pagos, ni realizar cargos en cuenta que asfixien a los que hoy no puedan producir, mientras no aparezca la posibilidad de un horizonte en el Ecuador, con reestructuración en el plan de pagos, y con los respaldos del caso.
Fue una irresponsabilidad de algún vocero de gobierno publicar cifras de los bancos, orientándolo a hacer aparecer que ahí estaban disponibles miles de millones de dólares, y esto no por los riesgos de sus accionistas y administradores, sino por los cientos de miles de depositantes, que son los verdaderos dueños de los activos bancarios, a los que no se les puede poner en riesgo sus ahorros.
Realmente, se demanda muchas más decisiones y acciones a seguir.
Debe haber una suma de voluntades, que evidencie que en el Ecuador nos constituimos en sujeto plural, con el aporte del Gobierno y de los colectivos y los ciudadanos que decidan actuar con patriotismo y con renunciamientos de otras pretensiones.
En lo internacional, el Ecuador debe demandar de los organismos internacionales y de los Gobiernos y acreedores externos a que se pueda acceder, la no exigibilidad de pagos de compromisos externos y la liberación temporal de la exportación del petróleo ecuatoriano, actualmente sometido a una especie de confiscación simulada como preventa, que se arrastra desde el correato, vinculando esta demanda con la negociación de una posible reprogramación de pagos en el exterior de todos los pasivos públicos.
Lo de la fuerza mayor también es aplicable a las relaciones económicas internacionales.
Lo que si se requiere es que, por el Ecuador, concurran para las negociaciones personas capaces de obtener logros, no timoratos, que sólo intenten ajustar palabras en los instrumentos que se les quiera imponer.
Al interior del Ecuador, también debe haber transparencia en los pasivos públicos, con instrumentaciones que permitan ser usados a falta de flujos de liquidez; y, que por lo tanto puedan ser negociables. En general, en los sectores públicos y privados, financieros y otros, debe haber reestructuración de acreencias/deudas.
La esperanza no se espera, se construye, señor Presidente.
Exige suma de voluntades, sin visiones limitadas a lo fiscalista o a otras parcelas de actuación del gobierno, o de fuerzas políticas o de particulares.
Hacer del Ecuador un sujeto plural, en la construcción de la esperanza, es lo que requerimos. De no hacerlo, estaremos renunciando a ser país.
Presidente Moreno, ¿se siente con capacidad de convocar al Ecuador, para actuar como sujeto plural, y liderar su proceso?. Asúmalo.
Demande la concurrencia de actores políticos, académicos, de representantes empresariales y de sectores sociales, todos por el Ecuador, como sujeto plural.
Cordialmente,
León Roldós Aguilera
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