Ha llegado el momento de lo verdaderamente artístico

Para leer esta nota, cálate los auriculares
y escucha Imagine de John Lennon.

 

 

Puede parecer un título muy ambicioso o negador de otros momentos de la historia  puede incomodar o quizás molestar a algunos, ok, no voy a comenzar pidiendo perdones, quiero entrar pegando duro para ver si alcanzo a pegar de nuevo antes de que os recuperéis (no sé porque me salió el español)

Ok.

Creo que el momento actual, es el momento donde lo verdaderamente artístico se muestra sin el veneno ponzoñoso de lo mercantilista, del mercadeo, del proyecto, del informe, de la preocupación y la creación de la obras por el dinero, de cambiar el ensayo por la chisga, el encierro ha hecho que demos un paso atrás para dar dos adelante, es quizás muy pronto para decirlo pero en este corto tiempo he visto cómo surge una proliferación de propuestas escénicas que a través de las redes están poniendo en la segunda línea (la primera la ponen los médicos y símiles en su lucha titánica por salvar vidas)  el interés por ver teatro, danza, escuchar música, ver películas que nunca vimos, leer libros que están agarrando polvo en nuestras bibliotecas, y los que nunca hicieron algún oficio artístico están arriesgándose lúdicamente a hacerlo. Y es entendible los primeros días, limpiamos las casas, limpiamos nuestros archivos digitales, y nos cansamos de estar boludeando solamente viendo cosas (ahora me salió el argentino), entonces comenzamos a crear, crear arte y eso ha generado una ola de expresiones de todo tipo, colores, formas, narrativas, que se construyen individual, colectiva e incluso a la distancia.

La gente del común ha hecho bellísimos conciertos desde las terrazas, desde los balcones, la gente de otras profesiones han bailado, han narrado, los del oficio artístico han explorado en lo negado, o sea en lo digital, han transmitido obras desde sus lugares, porque bien dice el dicho: de la mierda nacen flores y esas flores que alumbran este momento triste del mundo, donde muchos políticos han sabido quedar como unos verdaderos idiotas inútiles (no todos), la gente del común ha demostrado que tiene herramientas suficientes para alentar, divertir y crear y los artistas han demostrado que somos el verdadero alimento del espíritu, del alma, de la razón, los médicos dan la vida en los hospitales para sacarnos a todos de estas y nosotros los aplaudimos como se aplaude en el teatro porque en esta surrealidad de momento, ellos han sabido ser verdaderos actores y actrices dramáticos, mientras aquellos  que nadan en dinero han comprendido que el aire no tiene precio, los que han sido invisibles siempre, aquellos que son marginados por la sociedad nos han hecho reflexionar sobre el sentido de amarlos, amarlos de verdad y si bien día a día pinta de la peor manera, hemos comprendido que el arte en sus diferentes expresiones es el canal para canalizar las desgracias, para pensarlas, para vivirlas y reinventarlas con la idea de seguir viviendo. He visto tantas cosas de tan buena calidad ofrecida a  todos por los maestros y también por aquellos que nunca los habíamos visto.

Y he visto cosas como la de aquel hombre tocando Imagine de John Lennon desde su balcón en Italia con su trompeta, ese acto tan humilde, movilizo al mundo de tal manera que los famosos lo quisieron imitar y les salió mal, aquel hombre aquella tarde con su trompeta nos hizo llorar a todos y a la vez nos hizo tener la fe de que el mundo después de esto va a ser mejor que antes, y es por eso que  digo, y espero haberte golpeado de nuevo, que ha llegado el momento de lo verdaderamente artístico.

Ha llegado el momento de pensar y sentir el arte como lo que realmente es, sacándolo del gueto en que lo metimos, de la distancia que hicimos que alcanzara y de esa inevitable forma de verlo desde la óptica de lo capitalista (y mirá que no soy socialista, ni ningún ista) hoy el arte nos agradece de la misma manera como agradecen los animales, las plantas, el aire, el agua, nos agradece que estemos haciendo lo que sabemos hacer, para darnos cuenta que no somos los tocados de los dioses sino parte de una humanidad que nos necesita así solo sea, como si eso no fuera ya muy importante, para que suspire y sonría, suspire y llore, suspire y se enoje, suspire y ame a través de lo que sabemos hacer.

Ahora que escuchaste a Imagine de John Lennon mientras leías esta nota, busca en youtube al trompetista italiano tocando la misma canción desde su balcón y reflexiona por un momento si realmente no vale la pena volver a creer en la humanidad.

 

 

Acerca de Fernando Prieto Valencia 10 Articles
Director de teatro, escritor y dramaturgo, andariego.

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