Grieving together is an act of Revolutionary Love (Valerie Kaur)
Seguimos en el ojo del huracán- caos alrededor- y justo en el centro de la tormenta: retazos/instantes.
Por: Erika Arteaga Cruz.
Con esos retazos se fabrica una cobija (quilt/patchwork/almazuela) de esperanza. No es nuevo para nosotrxs, en mi familia, tener cobijas que calientan el espíritu roto. Mi papá nos heredó, hace más de cinco años, una “Chelina”, una cobija así.
Nos hemos pasado la posta del llanto y ahora, en la red numerosa de corazones yuxtapuestos, se pueden además intercambiar / truequear dolor por esperanza. Estos son los trozos de instantes y las mujeres hermosas que compusieron, esta semana, mi manta que abriga el espíritu en tiempos de pandemia y crisis planetaria.
DOLOR.
A mí se me secaron las lágrimas. A mí ya se me extinguió la tristeza. A mí solo me queda una gran llaga supurando… jamás imaginé una catástrofe de esta magnitud en #Guayaquil. Aquí en la Perla Del Pacífico, hay una epidemia de Dengue desatada y nadie dice o hace nada. Entre el COVID-19 y el DENGUE la muerte juega al pepo y el único culpable de esta masacre con las proporciones de Las Cruces Sobre El Agua de Gallegos Lara es el Gobierno de Todos.
Giselle Candela Viteri Cevallos,
Mujeres de Asfalto
Guayaquil/ Ecuador.
SOSTÉN.
Ya son varios días en los que amanezco pensando en mis amigas, deseando que estén bien, deseando saber de ellas, necesitando abrazo, cercanía, palabras. Y luego, a lo largo del día me falta tiempo para llamar o escribir. Son innumerables horas de cada día que transcurren ante la pantalla del celular o la computadora. Hay tareas de trabajo a distancia o reuniones de diverso tipo, donde todo gira en torno a la pandemia, los esfuerzos para que el daño sobre nuestros pueblos sea el menor posible, la lucha para que sea reconocido que el sistema biomédico (vilmente mercantilizado, además) no alcanza para afrontar el problema. Una vez más emergen como imperativos ineludibles para la mejor gestión de la salud los sistemas de salud que se gestan con la gente, al lado de la gente. Una vez más se reafirma el valor de nuestra querida medicina familiar y comunitaria, la verdadera, también la verdadera APS, la salud pensada en unidad con el ambiente, la salud planetaria. La incertidumbre nos rodea, no obstante, algunas certezas que vienen de lejos se reafirman. La convicción de nuestra lucha crece, pero se agiganta también la frustración al descubrir cuánto sigue dominada la salud pública y la medicina por los intereses comerciales y mercantiles, o por ignorancia, corrupción o cobardía funcionales a éstos. Hoy encuentro un poco de calma para escribir estas líneas. No sé si llega de fuera o de dentro, pero llegó, ¡por fín!, y me alegra, pues los últimos días me sentí particularmente atormentada. Lo que quiero que sepan es que en estos días difíciles algo que me sostuvo en todo momento, ha sido saberlas allí, vibrando y luchando en la misma sintonía. Gracias por su lucha, por su vida, por su amor. Sigan allí por favor. Sepan que también estoy. Seguiremos sosteniendo y andando. (El mensaje puede parecer impersonal porque no aparece tu nombre, pero no es así. No he colocado nombres porque felizmente son muchas las destinatarias. Has estado en mis pensamientos especialmente en estos días y lo estás ahora, mientras escribo. Estás en mi corazón también). Abrazo muy grande, cuídate mucho, por favor. Nos queda mucho por andar.
Jacqueline Ponzo
Médica de familia y comunitaria
Uruguay
AMOR.
En mi organización estamos lanzando una serie de cursos de formación docente online para ayudar a los profes a desarrollar competencias digitales que les permitan llevar mejor este tiempo. Un profe escribía desde Napo, pedía que por favor le explicamos vía telefónica cómo inscribirse. En un ratito libre, me aventuré y ha sido la llamada que más aprendizajes me ha dejado de estas tres semanas:
– Los profes están también en la línea frontal de esta batalla. El profe me dijo que él tiene internet y una compu que sí sirve. Que quiere aprender a hacerlo mejor. Le preocupan sus chicos y piensa que con un poco de ayuda podría organizar mejores actividades para sus estudiantes. Me dijo que el otro día se puso a llorar porque pues no todos sus estudiantes tienen computadora y menos internet, pero que si él tiene, puede ser más creativo. O al menos eso le dijeron sus hijos.
– Sí, la brecha digital es inmensa, más grande de lo que parecía antes de la pandemia. Me di cuenta que aunque muchos tengamos un celular con acceso a internet, una computadora e internet en casa, esto no basta. La brecha no es solo de «poseer», la brecha también es de «utilizar». El profe en su angustia me decía: “pero por favor no me vaya a colgar. Yo soy lento pero quiero que todo me salga bien. Me han dicho que aquí si uno busca información también puede sacar más ideas y yo quiero que mis estudiantes lo logren, si de por sí ya es difícil, ahora piense qué van a hacer, si además no pueden aprender”. Y en eso, descubrí que sus estudiantes estaban en tercero de bachillerato y también entendí mejor su angustia. Él quiere que terminen con más posibilidades.
– Paciencia, esto no es una lucha solo contra la enfermedad, es una lucha contra todas las brechas que la enfermedad hace más evidentes. El profe me dijo que piensa hacer sus guías, sacar copias y en un viaje rapidito… Ir a dejarle a sus estudiantes algo de material. Me dijo: “Sabe que yo sueño que con que al menos un par de ellos vayan a la universidad y las matemáticas ayudan en los exámenes. Nos quedamos justo por empezar los últimos temas. Y si no van a la universidad, pues que tengan bien terminado su bachillerato. Uno como profe … Qué más puede hacer? …”
Y luego de casi una hora y media de llamada me queda claro quecon amor por tu gente, con cariño por tus estudiantes y con unpoquito de motivación, la creatividad llega. Sí, quizá el curso le ayude un poco, pero al cerrar la llamada le dije… La pasión que usted tiene es la chispa para que todo lo que va a aprender se traduzca en una prueba viviente del amor de un docente para con sus estudiantes.
Sí, esto es sobre competencias digitales, sobre adaptarse, sobre aceptar que más de la mitad ni siquiera podrá ver contenidos académicos, pero también es sobre lo poquito o mucho que podamos aportar. Y mientras tanto, seguimos viendo cómo ayudar a los más de 25 mil docentes que tenemos inscritos. Me queda claro que somos muchos los que queremos que esto sea mejor para todos.
Paola Ponciano
Edundipia
México.
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