López Obrador, ¿la esperanza de México?

Este mes de julio se cumplen dos años de la victoria de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en México, un triunfo que generó grandes expectativas de cambio en el país.

Por Eleuterio Gabón

Este primero de julio se cumplían dos años de la victoria de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en las elecciones presidenciales de México. Tras varios intentos fallidos de alcanzar la presidencia, el triunfo de AMLO al frente de la coalición progresista Juntos Haremos Historia, coalición de los partidos Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Partido del Trabajo (PT) y partido Encuentro Social, supuso la irrupción en el gobierno mexicano de la izquierda y la promesa de importantes cambios en el país. A pesar de que no sería hasta diciembre de ese año, 2018, cuando el candidato tomará posesión de su cargo, el amplio respaldo electoral con más de 30 millones de votantes reflejado en un 53% de votos a favor, generó desde el principio grandes expectativas en un país castigado por la violencia en las últimas décadas.

ANTECEDENTES

Para entender el impacto que supuso en la sociedad mexicana la llegada al poder de AMLO, es necesario remontarse años atrás y conocer el contexto que había regido la política del país en los últimos tiempos. “El cambio de siglo trajo consigo el fin a más de 70 años de gobierno del Partido Revolucionario Institucional (PRI), asentado en la presidencia de México desde los tiempos de la Revolución. La victoria del conservador Vicente Fox al frente del Partido Acción Nacional (PAN) acabó con el férreo entramado de poder que el PRI había mantenido durante décadas en todo el país, algo que se haría notar principalmente en el aparato legislativo y en los gobiernos de provincias”, explica el periodista mexicano colaborador de el diario La Jornada, Carlos Soledad. Este cambio de poder tuvo también su repercusión en la esfera del narcotráfico y el nuevo gobierno realizó sus primeras operaciones militares contra este negocio.

En 2006, en unas elecciones que numerosos medios calificaron de fraudulentas, Felipe Calderón, también del PAN, derrotó por un estrecho margen al entonces candidato y actual presidente López Obrador. “Calderón declaró la llamada guerra contra el narco para poner fin a la violencia del anterior sexenio destinando un alto presupuesto al cuerpo militar del Estado. Esta estrategia tuvo como resultado una alta tasa de homicidios, con más de 60.000 asesinatos relacionados con la guerra contra las drogas“, apunta Soledad.

El año 2010 el PRI vuelve al poder de la mano del presidente Enrique Peña Nieto, en lo que resulta una nueva derrota electoral para Obrador. Las políticas de Peña Nieto suponen el continuismo de la guerra contra el narcotráfico y graves acusaciones de corrupción que merman su popularidad, sobre todo en los últimos años de su legislatura. Uno de los casos más problemáticos a los que se enfrentó el gobierno de Peña Nieto y que tuvo una negativa repercusión para el país a nivel internacional , fue el suceso de los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa en septiembre de 2014. “Al margen de su gravedad y de lo terrible de los hechos, el caso de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa resultó paradigmático al mostrar la total indefensión y vulnerabilidad de la sociedad civil mexicana, particularmente de aquellos que se organizan políticamente y la connivencia de las fuerzas policiales municipales, federales, del ejército y del narco”, explica Soledad.

La llamada guerra contra el narco que se extendió más de una década, dejó en el país 140.000 muertes y 40.000 desaparecidos. Dejó también la impronta del ejército en la vida pública, adjudicándose competencias policiales. Toda esta situación también provocó la respuesta de numerosos colectivos que luchan por hacer oír sus demandas de justicia social para el país. “Este es el panorama con el que se presenta a las elecciones de 2018 López Obrador“, indica el periodista, ”un político que tiene a su favor la baza de que nunca antes había gobernado y al que se le critica por sus tintes populistas cercanos a los modelos latinoamericanos de Hugo Chávez o Evo Morales”

VICTORIA, ALIANZAS Y EXPECTATIVAS

“Se triunfó porque se logró convencer a muchos de la importancia de cambiar el régimen. Fue muy importante sumar voluntades”, apunta Soleda. López Obrador gana con margen amplio y un gran apoyo popular que le muestra legitimado, algo que no ocurría en México desde hacía mucho. El intelectual mexicano Armando Bartra, realizaba de este modo su análisis sobre las causas que habían llevado a la izquierda institucional con López Obrador a la cabeza, a alcanzar el poder en México: “La política neoliberal fraccionaba a la gente para mantener al régimen opresor, convirtiendo la política en un asunto gremial. Surgieron en los últimos años muchos reclamos sociales; el movimiento feminista de equidad de género, el movimiento en defensa de los derechos humanos, el movimiento obrero, el movimiento campesino y así todos los movimientos. Esto permitía que se mantuviese el régimen autoritario, porque cada quién se ocupaba de su movimiento. Nos ensimismábamos en nuestras causas, veíamos el árbol y no el bosque… Pero para cambiar al régimen teníamos que unir todas las causas. El gran cambio fue que se logró la unidad de todas las causas. Espero que esto continúe así”.

La suma de alianzas y movimientos de la que habla el profesor Bartra, que impulsó el triunfo de la coalición progresista Juntos Haremos Historia y la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, iba a permanecer atenta ante las posibilidades de cambio. Para la gran masa el cambio esperado era el de una mayor justicia social que lograra reducir las grandes desigualdades que existen en el país. A este respecto, Gabino Giovanni Velázquez, profesor de la Escuela Nacional de Antropología e Historia en Ciudad de México, argumenta que “una respuesta a la manera en que López Obrador arrasó en las elecciones se debió a la promesa de cambio, que por primera vez, podría ser una realidad.” A su juicio, “López logró rescatar, como en su momento Lázaro Cárderas, un paternalismo focalizado a los pobres, presentándose como la figura a la que realmente le había tocado su momento para ser escuchada y apoyada. ‘Primero los pobres’ es una de las sentencias que López Obrador suele repetir para explicar su postura en materia económica”.  Una política económica basada en una economía moral frente al neoliberalismo, según sus propias palabras.

Para la doctora en derecho y activista por los Derechos Humanos especialista en México, Lola Cubells, otras expectativas que surgieron de este triunfo giran en torno a la relación del Estado con colectivos vulnerables e históricamente reprimidos: “En materia de Derechos Humanos se esperaba una relación diferente con los familiares de las personas desaparecidas y también en las actuaciones de búsqueda. Para ello se pidió una renovación en la fiscalía para que actuara de forma independiente, al contrario de lo que venía sucediendo en la anterior legislatura donde el propio gobierno se estaba autoinvestigando y exonerándose de cualquier responsabilidad, en concreto respecto al caso Ayotzinapa. En esta misma línea había una demanda importante para apartar al ejército de la vida pública, ya que se ha comprobado como este tipo de actuaciones han disparado los casos de vulneración de derechos humanos.”

México es un país en el que conviven 125 millones de habitantes y donde la población indígena representa más del 10% del total, con casi 15 millones de personas. “También en este sentido la política en torno al respeto a los derechos de los pueblos originarios era otra de las tareas pendientes para la administración entrante, dado que estos se habían visto vulnerados repetidas veces en gobiernos anteriores”, ahonda Cubells.

La victoria de AMLO generó también diferentes expectativas fuera de México, especialmente en Latinoamérica. El periodista y analista político cubano Ángel Guerra Cabrera, daba su opinión al respecto en el diario La Jornada: “Lo que ha hecho México es simplemente dar ejemplo de que se puede emprender un camino alternativo al neoliberal en un momento en que se daba por clausurado el llamado ciclo progresista en América Latina”. Por su parte, desde el otro extremo también se hizo notar el desacuerdo como muestran las declaraciones del premio nobel Mario Varas Llosa que auguraba problemas en las relaciones internacionales con Estados Unidos y responsabilizaba al presidente Trump del triunfo de Obrador: “Con sus ataques e insultos a los mexicanos, Trump ha favorecido a López Obrador, con gran irresponsabilidad, pues Estados Unidos tendrá problemas con un gobierno populista y demagogo».

En medio de toda esta oleada de respuestas y reacciones al cambio político en la presidencia de México, el diario El Sol de México publicó tiempo después un informe en el que destacó a las elecciones de 2018 como las violentas en los últimos años, contabilizando un saldo de 152 políticos asesinados durante la campaña.

Otro de los problemas acuciantes a los que debería enfrentarse el nuevo gobierno es el de los feminicidios. Según un informe presentado por Índice GLAC-El Financiero en 2019, en los últimos 4 años los asesinatos de mujeres se habrían incrementado en el país en un 111%. El movimiento feminista, muy potente en el país en los últimos tiempos, ha reclamado al actual presidente tomar medidas en el asunto. No obstante, López Obrador, si bien se ha pronunciado sobre la gravedad del asunto, no comparte las tesis de este movimiento, habiéndose declarado “no feminista sino humanista”.

Fuente: https://www.elsaltodiario.com/mexico/lopez-obrador-esperanza

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