Todo empezó con la conocida, aunque en declive, cadena de tiendas de videojuegos GameStop. La empresa, fundada en 1991 y con un tremendo auge durante dos décadas, tiene más de 5.500 tiendas propias en Estados Unidos. Pero el auge de los juegos online había abocado a la cadena a un camino de pérdidas y una más que posible quiebra próxima. Ese es el momento en el que aparecen los buitres, los fondos que apuestan en corto. Para entendernos, apostar en corto significa que compran, o mejor dicho alquilan, acciones con compromiso de pago en un futuro, en el que apuestan a que la compañía pierda valor. De ese modo, si la empresa cae en bolsa y el precio de las acciones es mucho menor cuando llega la fecha acordada, el fondo de inversión se embolsa una buena cantidad de dólares. Pero si las acciones de la empresa han subido, entonces esos fondos tienen que pagar la diferencia. Aquí es donde entra en juego el grupo Wall Street Bets.
En un foro de la conocida red social Reddit, un grupo de personas decidieron plantar cara a esos inversores bajistas que intentaban que GameStop terminara de caer para devorar sus restos. El foro, llamado Wall Street Bet, empezó a promover la compra de acciones de la cadena de venta de videojuegos para provocar que las acciones de la empresa crecieran. Esto llevó a uno de esos episodios alcistas en los que los rumores y las subidas llaman a otros inversores y a lo que en jerga bolsista se llama short squeeze. Este fenómeno bursátil se da cuando uno de esos fondos que apuesta en corto ve cómo las acciones suben de precios y, para intentar tapar el agujero que les provocará a su apuesta a la baja, empiezan a comprar más acciones de esa misma para compensar la pérdida de su otra apuesta. Lo que hace que, sumado a la compra de los inversores minoristas del foro, el precio se dispare más todavía.
Los bajistas comprando acciones para compensar, otros fondos atraídos por unas subidas inesperadas y un ejército de inversores minoristas organizados en un foro han llevado a las acciones de GameStop a subir desde los cuatro dólares en junio del año pasado a los 147,98 dólares a los que cerró en la sesión de ayer. Solo en la sesión de ayer, las acciones crecieron un 73%.
Ganadores y perdedores
Los integrantes del foro han declarado la guerra a Wall Street. “GameStop no es un meme, idiotas. Esto es una guerra de clases. Vamos a apoderarnos de la puta economía y joder a esos fondos de inversión”, clama uno de los usuarios del foro en un mensaje que lleva miles de “me gusta”. Y en esta guerra hay perdedores y algún que otro notable ganador.
El fondo Melvin Capital es uno de esos perdedores. Señalado por el foro como el fondo que arrancó las apuestas a la baja sobre la cadena de tiendas de videojuegos, ha perdido millones de dólares y, de hecho, ha tenido que ser rescataca por otro fondo con una inyección de 2.750 millones de dólares que han evitado su quiebra. Se calcula que los bajistas han perdido con GameStop más de 5.000 millones de dólares. En la última loca jornada de subidas, las pérdidas han sido de 867 millones de dólares.
Pero también hay un ganador. Pese a las malas expectativas de la empresa, un joven inversor había comprado el año pasado el 12,9% de las acciones de la empresa por 76 millones de dólares, cuando la acción estaba a 8,43 dólares. Ryan Cohen, fundador de Chewy.com, una web de venta de comida de animales, pretendía modernizar la cadena de tiendas y darle un nuevo impulso. Tras la locura bursátil de estos días, la inversión de Cohen vale 1.400 millones de dólares. El joven empresario ha multiplicado por 17 su inversión en tan solo unos meses.
Y por si esta batalla tan entretenida no tenía suficientes actores, en escena también ha aparecido el inversor Michael Burry. Puede que su nombre no os suene mucho, pero es el personaje al que da vida Christian Bale en la película The Big Short (La gran apuesta). El director de un fondo que apostó en corto contra el mercado inmobiliario estadounidenses, tachado de loco por aquellos cegados por una burbuja inmobiliaria, que se forró con el estallido y la caída de la economía mundial. Bien, pues el fondo de Burry tiene un 13% de las acciones de GameStop compradas en 2019, incluso antes que Cohen, a un precio de 3,5 dólares. Por lo que aquel inversor que ganó millonadas al apostar contra los grandes fondos que hacían caja con la burbuja inmobiliaria, ha ganado en estos últimos días más de 1.000 millones de dólares con GameStop.
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