
“Para las Mujeres Amazónicas, la selva es vida. Por eso, defendemos nuestro territorio. ¡Nuestras voces seguirán sonando!”
Para nosotras, las Mujeres Amazónicas Defensoras de la Selva, este 8 de Marzo, significa un día de reivindicación de nuestras luchas, nuestras demandas y de nuestras propias vidas. A diario nos enfrentamos a una serie de vulneraciones hacia nuestros derechos a vivir en un
ambiente sano, a tomar nuestras decisiones, a educarnos, a acceder a la salud y a otros servicios. Acompañamos a todas las mujeres indígenas que, en medio de la selva o en las ciudades, enfrentan la precarización de la vida y los riesgos de ser defensoras de los derechos.
Nuestras luchas nacen desde la palabra y la colectividad. Por eso, en los últimos días, caminamos por al menos 30 comunidades y realizamos distintas actividades, que incluyeron talleres sobre defensa territorial, derechos, la unidad comunitaria y actividades productivas.
También recordamos que hace tres años, entregamos el “Mandato de las Mujeres Amazónicas Defensoras de la Selva frente al extractivismo” al actual presidente de la República, Lenín Moreno, y a todos y todas sus ministras. Sin embargo, estos años han transcurrido y nuestras
demandas no sólo no se han resuelto, se han profundizado.
En estos años, nuestros recursos se siguen extrayendo de nuestros territorios sin que nosotros hayamos expresado nuestro consentimiento y sin que se haya respetado nuestro derecho a la autodeterminación; el petróleo y los residuos de actividad minera se siguen derramando en
nuestros ríos y nuestros bosques se siguen contaminando; la impunidad no ha dejado de ser: nos apresan, las empresas nos hostigan, y esto se da sin que el Estado ni el Sistema Judicial actúen de forma adecuada. Su respuesta ha sido un silencio vergonzoso.
Alzamos nuestra voz también porque el cambio climático existe y avanza, dejando huellas en nuestras vidas. Los madereros ilegales extraen nuestra madera balsa y nuestras comunidades sienten directamente los efectos de una madera que paradójicamente se utiliza para crear supuestas alternativas energéticas. ¿A costa de qué? De severas inundaciones por la pérdida de estas barreras naturales.
El año anterior, en medio de la pandemia, las lluvias derribaron todo a su paso en varias de nuestras comunidades, y hemos sido nosotras las que buscamos alianzas para reconstruir nuestras escuelas, nuestras casas, los centros comunitarios. No el Estado. El covid-19, por otro lado, nos demostró que es la fuerza comunitaria y colectiva aquello que nos permitió
sobrevivir. Fue el acercamiento de nuestras abuelas y abuelos a las plantas lo que nos sanó.
Fue el Estado central y seccional y su inoperancia lo que dejó morir a las y los nuestros. Como Mujeres Amazónicas Defensoras de la Selva, exigimos que se nos proteja de las violencias sistemáticas que nuestros cuerpos y nuestros territorios enfrentan constantemente. Exigimos que se garantice el acceso a la salud y la educación para nosotras, para nuestras familias y nuestras niñas y niños. Reclamamos el acceso a una justicia que garantice el cese de la histórica impunidad en la Amazonía.
¡Nuestra voz se seguirá levantando mientras el Estado siga incumpliendo sus obligaciones con nosotras!
Para entrevistas y más información:
Mujeres Amazónicas Defensoras de la Selva
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