Pese a que su historia sea menos conocida que la de otros países, la realidad es que Brasil se compone por una gran historia negra. Una historia que en su mayoría esta protagonizada por grandes mujeres negras. Mujeres que fueron, son y serán el objetivo de la estructura social, ya que, únicamente con su presencia hacen que los pilares sobre los que se apoya la sociedad se tambaleen.
Una de las ultimas mujeres que marcó a los brasileñxs fue Marielle Franco. Esta mujer negra, bisexual e hija de la favela Maré (como ella misma se llamaba) hizo que Rio de Janeiro comenzará a tener un nuevo rumbo. Marielle pasó toda su vida en las favelas, por lo que supo de primera mano en que consistía la violencia y abuso de las autoridades. Se estima que “cada 21 minutos muere un joven negro, cada 2 horas una mujer, una persona perteneciente al colectivo LGTBIQ+ diariamente y un defensor de los derechos humanos cada 5 días” en Brasil (Williamson, 2018). Si tenemos en cuenta la primera descripción de Marielle, ella entraba en todas las categorías que se mencionan.
Su existencia ya incomodaba a muchxs, pero el 15 de noviembre de 2016 aún más, ya que, Marielle ganó un escaño en las elecciones (46.000 votos), un hecho que le permitió entrar en la Cámara Municipal y convertirse en concejala en Rio de Janeiro. Durante sus 13 meses de mandato, presento un total de 13 proyectos diferentes de ley. Sus proyectos principales consistían en: acabar con el acoso en los transportes públicos, implantar una economía solidaria, denunciar la violencia obstétrica que existe en Brasil frente al aborto y la construcción de guarderías nocturnas donde las familias puedan dejar sus bebes para trabajar y/o estudiar, (se debe tener en cuenta de que la mayoría de familias que necesitan estos servicios son familias pobres cuyo riesgo a perder el empleo es mayor). Además, denunciar constantemente la violencia y abusos de las autoridades en las favelas.
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