La tecnología no sólo llegará a Tinder, sino al resto de marcas de la compañía tejana Match, que incluyen la propia Match, Meetic, OkCupid, Hinge, Pairs, PlentyOfFish y OurTime.
Según Garbo, su servicio online ofrece comprobación de antecedentes para prevenir crímenes futuros, “ofreciendo acceso a registros e informes que importan para que los individuos puedan tomar decisiones informadas sobre su seguridad”. Kosmides afirma que “su misión es intentar encontrar un balance entre protección y privacidad”.
Desgraciadamente, existen numerosos problemas legales, técnicos y éticos en su camino.
Privacidad contra seguridad
Garbo no dice exactamente cómo realiza su actividad o cuál es la naturaleza de estos informes. Según la vaga información compartida, parece que la organización accede a los registros criminales públicos en los Estados Unidos para crear una base de datos de personas que podrían ser potencialmente dañinas para la integridad física y psicológica de terceros.
Sin embargo, la organización admite que sólo el 1% de todos los supuestos casos de violencia de género resultan en condena firme. Garbo afirma en su página web que — según las estadísticas del departamento de justicia federal norteamericano y los juzgados estatales — sólo hubo 19.153 condenas de este tipo (no especifica el año, pero asumimos que será 2020). De nuevo según Garbo, la encuesta nacional de violencia de género en Estados Unidos estima que hubo 5,7 millones de casos en el mismo periodo anual, de los cuales se denunciaron 2,9 millones a la policia.
Si el control de antecedentes se reduce a las condenas en firme — que parece sería la opción más segura y legítima — representaría una fracción insignificante de los 51 millones de usuarios activos en Tinder. La medida sólo protegería contra las personas más violentas, dejando a un lado personas con comportamientos violentos y abusivos de baja intensidad que no quedan reflejados en archivos judiciales.
Y ahí es donde comienzan los problemas. Kosmides afirma que Garbo también ofrecerá detalles de los “cargos iniciales” que “se diluyen al llegar a acuerdos con la fiscalía”. Eso ampliará el número de personas en la base de datos pero, obviamente, es problemático porque abre un frente que ignora por completo la presunción inocencia. Llegar a un acuerdo con la fiscalía es la única opción para mucha gente, sobre todo personas en situaciones marginales que no tienen acceso a recursos para una rigurosa defensa y dependen de abogados públicos que tienen que llenar cuota.
Es también irónico porque Garbo afirma que no incluirá detalles sobre otros crímenes en sus informe — como la tenencia ilícita de drogas u otros cargos criminales no relacionados con la violencia de género — porque se ceban con las minorías, algo que va en contra de lo anterior. La realidad es que el sistema de justicia norteamericano se ceba en las minorías raciales en cualqueir aspecto de su sistema criminal y que éstas disponen de menor protección y mayor nivel de condenas que los blancos anglosajones.
También es muy probable que los usuarios de Tinder también quieran saber más tipos de antecedentes legales. Al fin y al cabo, que levante la mano cualquiera que haya usado Tinder y no haya realizado una búsqueda de Google para investigar a su futura cita.
Problemas en la implementación
Los problemas de esta idea no acaban ahí. Todavía no sabemos cómo Tinder integrará esta función. Lo más lógico sería usar un sistema de inteligencia artificial para comparar las fotografías de usuarios del servicio con las fotografías del sistema judicial e identificar a posibles criminales. De otra manera no podría haber identificación alguna porque los usuarios de Tinder no están obligados a proveer de nombres reales o documentación. De hecho, no están ni siquiera obligados a poner fotos recientes o verificadas.
Esto abriría el nauseabundo melón de los falsos positivos. Hay numerosos ejemplos de falsos positivos en la identificación de caras que han terminado muy mal para víctimas de la tecnología de reconocimiento facial. No es difícil imaginar un perfil de un usuario de Tinder marcado erróneamente como abusador por un fallo del algoritmo.
Al final, el uso de bases de datos e inteligencia artificial para prevenir que termines con una persona violenta o abusadora es buena sobre el papel. Pero en la práctica, por ahora, es un campo de minas que podría destruir la presunción de inocencia y la reputación de cualquier persona al azar.
La santa inquisición
Es también una pendiente resbaladiza, como dicen en Estados Unidos. Empiezas intentando prevenir violencia y crímenes para terminar con un sistema de vigilancia total como el que China lleva montando durante años. Allí, el estado y compañías privadas tienen acceso a todo tipo de información privada, desde hábitos diarios hasta el llamado “crédito social” que demuestra si eres un ciudadano de confianza o no.
Reconozco que unas gafas de Tony Stark me habrían evitado liarme con más de una persona tóxica en mi vida. Pero es imposible no pensar en la caja de Pandora que, en el estado tecnológico actual, traería una tormenta perfecta de problemas. Pero no me queda duda de que nos encaminamos a ese futuro y que, si no establecemos garantías lo suficientemente fuertes para evitar totalmente errores y abusos, terminaremos en un escenario distópico al más puro estilo de Black Mirror. Es la responsabilidad de compañías como Match, Facebook o Apple hacer que no paguen justos por pecadores, pero me temo que esto va a requerir la intervención de organismos reguladores a nivel estatal e internacional.
Fuente: https://www.elconfidencial.com/tecnologia/novaceno/2021-03-17/tinder-antecedentes-criminales_2995896/
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