«Dar prioridad al transporte público, en una ciudad que busca reactivarse social y económicamente, es moral y éticamente lo más responsable»

Entrevista a Álvaro Guzmán

Por Milton Maldonado / Redactor Ecuador Today

Álvaro Guzmán es un destacado profesional que lleva más de dos décadas implementando y gestionando sistemas de transportes en el país. PhD en transporte sostenible, se formó en la prestigiosa Universidad de Leeds (Reino Unidos), siendo un convencido defensor del transporte público y del medio ambiente. Sus funciones más destacadas como servidor público ha sido ejercer primeramente como subsecretario de transporte por carretera en el Ministerio de Transporte y Obras Públicas, para luego ocupar el cargo de director de la Agencia Nacional de Tránsito. 

Durante los pocos días de titularidad de Santiago Guarderas como Alcalde de Quito, Álvaro Guzmán ejerció como Secretario de Movilidad del Municipio, quedando cercionado un ambicioso y prometedor plan de trabajo para la ciudad tras la resolución de la Corte Provincial de Pichincha que le devolvió la Alcaldía de la ciudad a Jorge Yunda.

¿En qué condiciones encontró la Secretaría de Movilidad?

En una semana es difícil llegar a determinar toda la problemática de una institución como la secretaría de movilidad de Quito. Encontramos técnicos de alta calidad con mucha información y conocimiento, lastimosamente la falta de una guía clara sobre el funcionamiento de la movilidad en la ciudad no permite aprovechar todo el capital humano existente en dicha secretaría. Sin embargo, llama mucho la atención la falta de un estatuto orgánico que estipule claramente las funciones de cada una de las áreas y de sus funcionarios. Esto no permite tener procesos y procedimientos claros, lo que deja mucho terreno a la discrecionalidad. 

En una ciudad con la complejidad de Quito, la planificación del transporte público requiere políticas sostenidas que estén bajo continua evaluación por parte de los equipos técnicos bajo criterio de resultados en el largo plazo. Caso contrario, a lo que asistimos es a una concatenación de acciones esporádicas que buscan solucionar coyunturas específicas, generando nuevos problemas en la ciudad.  Adicionalmente, se evidencia una falta de liderazgo de la secretaría como gestor y hacedor de políticas de transporte. La Empresa de Pasajeros, la EPMMOP, el Metro de Quito y la AMT, son entidades que funcionan desarticuladamente y requieren del liderazgo claro de la secretaría de movilidad, quien por ser el ente rector debe dictar las políticas para que cada una de las empresas sea parte ejecutora y los objetivos se alcancen con mayor facilidad y prontitud. 

¿Cuáles son esas políticas sostenidas que deben darse en Quito para lograr cambios importante?

Son múltiples, pero creo que debemos, como ciudad, ponernos de acuerdo en dos temas sustanciales: la prioridad al transporte público y la seguridad vial.  A partir de estos dos ejes se deben derivar otras políticas que complementen integralmente esta visión. Por ejemplo, mientras se le da prioridad al transporte público debemos asegurar accesibilidad con un enfoque de equidad y justicia, es decir aquellos grupos que menos se benefician históricamente de las inversiones de movilidad deben ser quienes se beneficien principalmente de las políticas de transporte. En el desarrollo de políticas públicas debemos estar claro que siempre van a existir ganadores y perdedores, lo que debemos de cuidar es que los perdedores no sean siempre los mismos. 

Por otro lado, la seguridad vial es un tema que ha sido completamente olvidado en la ciudad y es permanente un registro alto de muertes por accidentes viales. Si bien existen iniciativas esporádicas para paliar esta realidad, no existe una política urbana para reducir los accidentes de tránsito. Esto es inaceptable, ya que la evidencia muestra que mas del 99% de las muertes en incidentes de transito son por causas prevenibles o evitables. 

Una política sostenida de seguridad vial debe apoyarse en la pacificación del tránsito dando mayor prioridad a peatones y ciclistas, así como disminuyendo el volumen y la velocidad vehicular en determinados puntos críticos de la ciudad. No se puede tolerar que existan vías como la Simón Bolívar, la cual se ha convertido en la vía más peligrosa del país, a la que no se le ha dotado de una intervención integral para evitar que mas gente muera en dicha vía. Entiendo que es complicado reducir la velocidad desde una perspectiva política pero técnicamente es muy fácil y es la medida más eficaz para salvar vidas.  La reciente muerte de Mauricio Álvarez, conocido entrenador deportivo quiteño, hace un par de fines de semana, se pudo evitar con el simple plan de acción para determinadas horas del día con aplicación a las vías de Tababela y Collas, las cuales son usadas por deportistas todos los fines de semana de manera importante. 

¿Qué retos se había planteado en usted como titular de la Secretaría de Movilidad?

Existen temas urgentes que se necesitan resolver. El Metro de Quito y el concurso de rutas y frecuencias son dos procesos que necesitan atención inmediata por parte de la secretaría. El Metro requiere que se defina urgentemente el modelo de gestión. Dicho modelo determina los tipos de contrataciones que se deben comenzar a preparar para poner en marcha el sistema. Estamos, como ciudad, a punto de recibir la obra civil y no podemos darnos el lujo de dilatar por más tiempo la operatividad de los trenes. Eso sería una irresponsabilidad social, económica y ambiental. En paralelo, el concurso de rutas y frecuencias en un proceso importante que ha tenido una serie de cuestionamientos sobre los cuales queríamos tener un diagnóstico claro, buscando promover mejoras y fortalecerlo de tal manera que la ciudadanía sea la mayor beneficiaria. El objetivo es que sea una solución y una caja de Pandora de la que surjan nuevos problemas a sumar a los ya existentes en este ámbito.

En los pocos días que estuvimos gestionando este área en el Municipio pudimos preparar una propuesta borrador para identificar los segmentos de vía y los horarios en donde se debe generar prioridades al transporte público, buscando garantizar que los buses no pierdan tiempo en la congestión. Esto se hizo bajo dos objetivos: por un lado, que los usuarios del transporte público lleguen de manera más eficiente a sus destinos; y por otro, con el objetivo de garantizar la circulación constante de aire dentro de los buses. Si bien el transporte público no ha sido un sitio de contagios, las nuevas variantes del Covid-19 han demostrado ser más agresivas, motivo por el que debemos adoptar medidas urgentes para evitar nuevos contagios. Dar prioridad al transporte público, en una ciudad que busca reactivarse social y económicamente, es moral y éticamente lo más responsable. 

Sin embargo, quiero hacer énfasis en esto, el reto en el que como secretario de movilidad quería concentrarme es el de la seguridad vial. En este sentido, estábamos haciendo acercamientos con instituciones internacionales para implementar una política de VISIÓN CERO en la ciudad. Esta iniciativa parte del concepto de que ninguna vida puede perderse como consecuencia de un incidente de tránsito. Es una política de largo alcance que buscaba intervenir en toda la ciudad corrigiendo décadas de diseño equivocado que pone en peligro a la vida de las personas, tanto transeúntes como conductores. 

Tus éxitos en reducción de muertes por accidentes de tránsito mientras dirigiste la Agencia Nacional de Tránsito fueron loables. ¿Qué más pretendías hacer en Quito al respecto?

Apenas quedaban veintidós meses de gestión cuando asumimos el cargo, el tiempo es limitado pero gustaría mencionar dos cosas puntuales más en la que buscábamos intervenir de forma inmediata. La primera fue, reubicar los tótems de publicidad que están muy mal ubicados en varias partes de la ciudad y que limitan la visión de los conductores con respecto a los peatones. La ubicación de estos tótems supone la inseguridad constante de peatones al querer cruzar las vías por estos puntos determinados. La segunda acción, era trabajar con la EPMMOP para intervenir la intersección ubicada en la vía interoceánica que conecta el Hospital de los Valles y la urbanización La Primavera. Es en esta intersección donde fue atropellado trágicamente el deportista Felipe Endara mientras circulaba en su bicicleta. Felipe se preparaba para las olimpiadas de Tokyo cuando sufrió lesiones que lo acompañarán el resto de su vida. No podemos volver atrás en el tiempo, pero si buscar que a nadie más le vuelva a suceder lo mismo que a Felipe en esa intersección.

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