[Opinión] Los mega negocios y el éxtasis del poder

Desconocer que para los empresarios la política es la continuación de sus negocios por otros medios impide entender las lógicas del poder. Es imposible hacer un análisis político sin tener en cuenta este factor.

Por eso llama la atención el sobresalto que ha provocado la revelación del vínculo del presidente Lasso con los papeles de Pandora. ¿De qué nos sorprendemos? ¿De que un banquero utilice todos los medios a su alcance para optimizar sus ganancias y reducir sus costos? ¿De que busque espacios para tributar lo menos posible? ¿De que cubra con un manto de misterio su gigantesco patrimonio? A los empresarios les queda grande el discurso sobre el bien general, el futuro del país, la igualdad de derechos, el compromiso patriótico, etc. Su prioridad es la ganancia y el incremento de sus fortunas.

Carlos Slim firmó por lo que tenía, no por lo que iba a tener.

El problema es que el común de los mortales no alcanzamos a dimensionar los negocios que se juegan en las alturas del poder. En las grandes ligas, hasta Guillermo Lasso pasa por amateur. Solo basta imaginar el volumen de dinero que circula alrededor de las telecomunicaciones para intentar esbozar una hipótesis sobre ciertas decisiones políticas.

En menos de tres meses, el presidente Lasso visitó por dos ocasiones a su homólogo mexicano. En una de esas visitas se reunió con Carlos Slim, el magnate de las telefónicas y de otros sectores de la economía y las finanzas. Sería ingenuo pensar que, tanto desde la política como desde los negocios, Lasso, AMLO y Slim no hablaron sobre las perspectivas que tiene este sector para el Ecuador.

No hay que olvidar que, en 2008, bastó un almuerzo con el neoliberal Felipe Calderón para que Rafael Correa cediera en las negociaciones con la empresa Claro. El mediador del encuentro fue Carlos Mandujano, estratega de la campaña de Alianza PAIS y amigo personal de Vinicio Alvarado.

Los términos del acuerdo entre el Estado ecuatoriano y la telefónica levantaron una enorme polvareda, debido a las desventajas estratégicas que implicaban para el país. En efecto, Carlos Slim firmó por lo que tenía, no por lo que iba a tener. Y es que el mundo de las telecomunicaciones evoluciona al ritmo de los electrones. Todo ese enorme potencial –es decir lo que iba a tener Slim–, implicaba, según los conocedores de la materia, miles de millones de dólares. Se trata de aquellos servicios tecnológicos que ni en sueños nos imaginamos los llamingos del Carlos Michelena.

¿Qué recibieron Correa y sus lugartenientes a cambio de suscribir un acuerdo tan perjudicial para el país? Difícil saberlo, pero fácil imaginarlo. Esos grandes favores se devuelven. Cuando un político llega a acuerdos comerciales multimillonarios con una transnacional, pasa a formar parte del selecto grupo de empresarios que velan por su bolsillo antes que su país. No hay que olvidar que México también es, por ahora, refugio de varios jerarcas del correísmo y estancia de su caudillo.

En el campo de los sistemas informáticos, hoy asistimos a un espectáculo digno de una película de ciencia ficción. La vigilancia biométrica, por citar solo un ejemplo, tiene posibilidades ilimitadas, tanto para los políticos como para los empresarios. Permite controlar o estimular individualmente a la población. Sumisión extrema y consumo desaforado, he ahí el éxtasis del poder. En esa doble manipulación, la posibilidad de generar ganancias siderales está a la mano.

Hasta dónde la telefónica Claro podrá unir ciertos mega intereses económicos solo podremos saberlo con el desenlace de la mega bronca política e institucional en que nos hallamos. Estamos advertidos.

 

Octubre 13, 2021

Acerca de Juan Cuvi 180 Articles
Miembro de la Comisión Nacional Anticorrupción (CNA), Master en Desarrollo Local. Director de la Fundación Donum, Cuenca. Exdirigente de Alfaro Vive Carajo, Parte de la Red Ecudor Decide Mejor Sin TLC.

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