Pero, ¿cómo es posible que en un país como Chile, que lleva tiempo virando hacia posiciones progresistas y transformadoras se esté dando este repunte de la ultraderecha? Aunque no exista una respuesta de oro para resolver esta pregunta, hay una serie de factores que han sembrado un terreno idóneo para colocar a José Antonio Kast con muchas opciones de pasar a la segunda vuelta.
Sichel un adversario perfecto
El primer elemento que ha facilitado las cosas a José Antonio Kast y su equipo los últimos meses fue la victoria de Sebastián Sichel en las primarias del centroderecha. En esta cita, el ahora candidato a la presidencia de Chile se impuso por casi más de 20 puntos de ventaja a su principal contendiente, Joaquín Lavín. Con un perfil técnico, joven e independiente —no pertenece a ninguno de los tres partidos de la coalición de centroderecha—, Sichel consiguió presentarse como un candidato atractivo para el votante de este espacio político. A pesar de que su adversario Joaquín Lavín trató de disputarle el voto de centro con un discurso más moderado de lo habitual, este fue a parar a Sichel, que venció holgadamente al candidato de la derechista Unión Demócrata Independiente (UDI).
Sin embargo, la candidatura de Sichel tenía un peligro muy importante: que al lanzarse a disputar el centro político no consiguiera amarrar el voto más derechista. Esto es precisamente lo que está ocurriendo estos días según lo que indican los últimos sondeos, con un Kast disparado que supera a Sichel en casi todas las encuestas.
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