Hace 529 años llegaron quienes se creían superiores, ‘gente de bien’ que a punta de espada y fuego nos arrebataron la tierra, violaron a las mujeres e impusieron una religión, un idioma, y una división social basada en castas, en apellidos, en el origen del nacimiento.
Por: Mario Ruiz Jácome.
Hace 200 años, los que se consideraban superiores y gente de bien, longueaban, menospreciaban y discriminaban a los líderes de la Independencia que junto a la chusma -como calificaron al Ejército patriota- se rebelaron en contra de su excelencia, el Rey de España, y todo el sistema de opresión que significó el colonialismo europeo.
Hace poco más de 100 años, otra vez esa gente de bien, asesinó y arrastró al “montubio revoltoso ese” como calificaron al Gral. Eloy Alfaro por ser un hereje y andar juntándose con las montoneras de cholos, indios, negros, montubios y mujeres que lucharon por la igualdad y libertad en un país infinitamente racista y religioso.
Hoy, los herederos de esa ‘gente de bien’ están enojados por haberles concedido Amnistías a quienes han calificado como terroristas, golpistas y cabrones, “los longos esos” que no son ‘quiteños de bien”’ porque no tienen trabajo, no tienen casa propia, no pueden pagar pensiones en colegios caros para sus hijos, porque no tiene un apellido rimbombante o porque no pertenecen a las cámaras de empresarios, ni familias ‘de bien’.
Los momentos sociales se repiten, la diferencia es que hoy, nosotros, los cholos, los indios, los negros, montubios y mujeres, democráticamente tenemos una representación en la Asamblea Nacional y seguiremos luchando por la igualdad, libertad y justicia para los «nadies», los sin tierra, los sin trabajo, las locas feministas, los ecologistas radicales, los que no son ‘gente de bien’ para las élites políticas y económicas de este país, pero que son quienes cuidan el agua y labran la tierra para alimentar a todos, incluso a los que nos ningunean, longuean y dicen que solo ellos son ‘gente de bien’, son los que históricamente han dejado la comodidad de sus hogares para salir a luchar contra este sistema de opresión, machista y depredador.
Por Ellas y Ellos voté por las amnistías, y no me arrepiento, porque con sus luchas y protestas históricas han conseguido que los derechos de la naturaleza, de los niños, de los trabajadores, de las mujeres, de los estudiantes y de los pueblos indígenas, afroecuatorianos y montubios estén consagrados en nuestra Constitución; los que luego de luchar han quedado sin ojos, sin padres, sin madres, sin hijos o hermanos y que al final de todo, también quedaron con cuentas pendientes con la justicia.
Y si estar de este lado, no nos hace ‘gente de bien’, pues que la historia nos juzgue porque continuaremos y venceremos.
¡Viva la lucha social! ¡Vivan los pueblos! ¡Viva el Ecuador!
Be the first to comment