«Más de cuarenta minutos de forcejeo cansó a los policías…el perro intentó levantar una lacrimógena humeante, sin embargo, un encapuchado la pateó a tiempo».
Para los perezosos: la historia de ‘Firuláis’, además de ser increíble, arroja un problema urgente: ¿cómo proteger a los animales que sufren durante manifestaciones sociales?
Fotografía y Texto: SERGIO A. POVEDA.
Ig: @footo.inc
Firme, amarillo y tuco, este perro se alineó con ‘guambras’ manifestantes durante la batalla del reciente 22 de junio, junto al Centro Comercial Quitus. Desde el Puente del Guambra, la masa de jóvenes cedió a las tácticas de dispersión de la policía; así, las calles Versalles y San Gregorio fueron el teatro de un fuerte enfrentamiento.
Por su parte, el perro gruño y ladró a toda sombra, fuerza o bruma que venía en contra de los estudiantes… Más de cuarenta minutos de forcejeo cansó a los policías. Como cerecita del pastel, el perro tuco intentó levantar una lacrimógena humeante, sin embargo, un encapuchado la pateó a tiempo.
“¡FIRULÁIS, FIRULÁIS, FIRULÁIS!” –le festejaron al perro luchador que jadeaba, pero, al final, recibió un vaso con morocho.
Nota: En las manifestaciones es importante destacar el papel que han jugado los perros, en Grecia, ‘Lukánikos’ fue un perro que siempre estaba en primera línea, como lo registran las fotos de The Guardian.
En Chile el Matapacos, un perro anarquista y ahora en Ecuador aparece Firuláis.
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