El pasado sábado 24 de septiembre estaban llamadas movilizaciones en toda Rusia contra los recientes anuncios de Vladimir Putin de avanzar en la movilización de reservistas y contra la guerra en Ucrania. Los grupos que las organizaron ya denuncian cientos de detenciones. Putin destituyó al viceministro de Defensa, encargado de la logística y aprovisionamiento en la guerra tras los fracasos recientes.
Más de un centenar de detenciones se han registrado ya en una decena de ciudades rusas donde ha comenzado una nueva jornada de protesta convocada a nivel nacional contra la movilización parcial de reservistas decretada por el presidente de Rusia, Vladímir Putin, y contra la guerra en general, según informaron algunas organizaciones.
«A las 12.30 GMT más de 120 personas han sido detenidas ya en 11 ciudades», señaló OVD-Info, organización que hace un seguimiento de los arrestos en Rusia y que ha sido declarada «agente extranjero».
En los días previos se sucedieron manifestaciones espontaneas en diversas ciudades y pueblos donde existen multiples denuncias de reclutamiento forzoso para enviar al frente a jóvenes y adultos, incluso muchos sin instrucción ni condiciones médicas seguras.
Pero para este sábado 24 estaban organizadas por primera vez una jornada a nivel nacional desde que el miércoles pasado el presidente Vladimir Putin apareciera en cadena nacional anunciando la movilización parcial de reservistas y agitando el fantasma de la utilización de armamento nuclear.
La protesta, que dio inicio en ciudades como Novosibirsk, Tomsk, Jabárovsk o Ivánovo, desde Siberia al centro del país, será seguida por marchas en Moscú y San Petersburgo y otras localidades a lo largo y ancho del país, según el movimiento juvenil y pacifista Vesná (Primavera), que ha convocado las manifestaciones.
RUSIA | Jornada nacional de marchas contra la guerra y la movilización forzada de reservistas.
La policía está deteniendo a cientos de manifestantes. Aquí imágenes de Novosibirsk pic.twitter.com/pzqXHb0k5z— Juan Andrés Gallardo (@juanagallardo1) September 24, 2022
En la ciudad siberiana de Novosibirsk hay al menos 73 arrestados, en Irkutsk al menos 17 y en Tomsk 14, según OVD-Info.
En Jabárovsk, en el Lejano Oriente, Inna Postnikova, que fue detenida con una pancarta «Lucha tú mismo, da a luz tú mismo» fue acusada de desacreditar a las Fuerzas Armadas, lo que está castigado con hasta 15 años de prisión, y puesta en libertad.
En Chitá, en Siberia, Marina Salomatova, miembro del movimiento «Solidaridad Civil de Transbaikal» fue detenida por llevar un papel en el que había escrito «no somos carne», en referencia a los al menos 300.000 hombres que deben ser movilizados bajo el decreto de Putin para ir a combatir a Ucrania con poco entrenamiento previo.
Las fuerzas represivas también se llevaron a la activista de derechos humanos de Ulán-Udé Nadejda Nizovkina, que estaba entrevistando a manifestantes y aquellos que estaban en la plaza de la capital de la república de Buriatia, según OVD-Info.
En la primera protesta el pasado miércoles fueron arrestadas más de 1.300 personas en 40 ciudades por protestar contra la movilización parcial de reservistas.
Un giro tras la contraofensiva ucraniana
El comunicado oficial de Putin del último miércoles fue el primero desde que las fuerzas ucranianas lanzaron una exitosa contraofensiva sobre el Ejército ruso en varias ciudades ocupadas. Las imágenes propagandísticas del Gobierno de Zelensky mostraban una retirada en desbandada y tanques y vehículos rusos abandonados. Más allá de la veracidad o no de esa información, lo cierto es que las voces ultranacionalistas críticas dentro de Rusia no se hicieron esperar. Si bien varios sectores que exigen a Putin una incursión más audaz y la destitución de los mandos militares que habían llevado al actual desastre se venían multiplicando, estas se hicieron oir claramente tras la ofensiva ucraniana.
Entre otros, el jefe de estado de la República de Chechenia, Ramzan Kadyrov, un personaje afin al Kremlin cuestionó el reciente intercambio de prisioneros entre militares Rusos y miembros del barallón Azov, en el que revisten mercenarios y militares ucranianos filonazis. Fue claro en su mensaje a Putin diciendo que había sido una aberración y que no los habían consultado sobre algo así. Recordemos que Putin había sostenido todo su relato sobre la base de una supuesta «desnazificación» de Ucrania, discurso apoyado por los sectores ultranacionalistas que no ven con buenos ojos haber entregado a los miembros del batallón Azov.
Esta es solo una más de las críticas permanentes que recibe Putin del ala ultranacionalista sobre el curso de la guerra y lo que dió como resultado preliminar el reciente anuncio de la movilización parcial de reservistas, a lo que se sumó este sábado el anuncio de la destitución de Dmitri Bulgakov, viceministro de Defensa, que cumplía funciones de logística y aprovisionamiento para el frente de batalla.
Este giro de Putin, que en los últimos días fue acompañado de imágenes de reclutamiento forzado para iniciar la movilización de reservistas y de múltiples expresiones de descontento, acercan a la población rusa a una realidad que hasta ahora sentían distante. La guerra era algo que no había cambiado de momento sus condiciones de vida. El impacto de las sanciones habían sido amortiguadas en su gran mayoría y el frente de batalla estaba lejos de casa. Pero el anuncio de la movilización de reservistas empieza a pegar en gran parte de las familias rusas, sobre todo las más empobrecidas y las de las periferias, donde alguno de sus miembros está llamado a ir al frente.
Este tironeo entre las exigencias de el ala ultranacionalistas y sectores de la población que emiezan a caer en cuenta que la guerra está más cerca de los que pensaban, va a marcar los próximos días y semanas. Y no parece que vayan a resultar fáciles para Putin.
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