El mundo condenaba la música disco, sus aires funky y la decadencia asociada: drogas duras y sexo sin protección (amén de las prácticas homosexuales); pero, finalmente, se rindió a los pies de obras maestras como «Last train to London» de Electric Light Orchestra, «Everybody salsa» de Modern Romance o «I’m your boogie man», de KC and the Sunshine Band. Igualmente ocurrió con «Assassin de la police» de Cut Killer, «Loose yourself» de Eminem, «Tequila sunrise» de Cypress Hill, «Tres delincuentes» de Delinquent Habits o «Me comprendes Méndez?» de Control Machete. Y es que las subculturas ganan su espacio en el mainstream a fuerza de calidad y perseverancia. El rey rock puede jactarse de que todos estos ritmos son sus hijos (y, por tanto, nietos del blues y del country), pero no puede olvidar sus raíces de barrio bajo, negro y campesino al mismo tiempo. Cuando el rockero se aburguesa, oh, Dios mío, es como cuando el abuelo Simpson afirma que antes estaba en onda…
Tenemos un nuevo rey global que apenas está emparentado con el rock (no olviden que el hip hop y el disco son hijos del rock), aunque sí con otros ritmos de raíces afrocaribeñas, como el reggae, el dancehall, el calypso, el merengue, la bachata. A casi treinta años de que Vico C experimentara con la «bomba para afincar», tenemos ya clásicos de la «maratón del reggae» (acuérdense de la serie de discos «Reggae and sun» y «Maratón del reggae»… sí, esos discos que traían las de Shaggy, Big Boy, El Cartel y El General sin saber aún el género preciso que guió la selección), término acuñado por DJ Nelson, que sobresalen por la calidad de la producción dentro de sus estándares.
Reconozcamos la importancia cultural e industrial del fenómeno global del reggaeton con aquellas piezas musicales que nos han hecho pasar tan buenos momentos; aquí una selección de los clásicos a los que vale la pena prestarle oído:
-Ven bailalo, de Angel y Khriz
-Perdóname, de Eddy Lover y La Factoría
-Rakatá, de Wissin y Yandel
-Yo voy, de Zion y Lennox
-Suban las manos, de El Chombo
-Pasarela, de DJ Nelson
-Dale don, de Don Omar
-Boricua morena, de Nina Sky
-Métele sazón, de Tego Calderón
-Quiero saber, de Ivy Queen
-Emboscada, de Vico C
-Baila Morena, de Hector y Tito
-Llamado de emergencia, de Daddy Yankee
-La calle me lo pidió, de Yandel
-El perdón, de Nicky Jam y Enrique Iglesias
Reggaeton «old school» le llaman, en realidad se trata de temas y artistas que definieron al género. Sin embargo, no son infalibles; hay canciones populares pero ridículas como «El gato volador» o «El teléfono», así como otras intencionalmente soeces (tal cual algunas de Limp Bizkit o Rammstein, bandas caídas en desgracia a vista de muchos rockers).
Punto aparte merece Daddy Yankee: el tipo lanza un hit por año todos los años sin apelar al recurso fácil del sexo. Otro punto a resaltar son las divas del género, que hacen gala de una sexualidad que demanda del varón un performance satisfactorio; no se trata de mujeres sometidas, sino de «potras» y «bichotas» herederas de la champeta.
Y así, en el próximo matrimonio al que los inviten recuerden bailar todos los sets, salsa, pop, merengue, bachata, disco, sanjuán, rock (el que siempre cierra la noche), sin pasar por alto el perreo «de lao ovalao» y dejar sentir «el poder del reggaton latino».
Be the first to comment