¿Llega a Suecia la ‘extrema derecha’?

Por Inger Enkvist 

En las recientes elecciones suecas ganó el bloque de centro derecha sobre el bloque de centro izquierda con 176 escaños frente a 173, es decir, con un margen pequeño. Esto ha sido comentado en la prensa extranjera como que «llega la extrema derecha». No, lo que ha sucedido es que algunos votantes centristas han votado algo más a la derecha, los socialdemócratas han perdido parte del voto de los obreros y algunos inmigrantes han votado a un partido islámico. En el debate electoral, se habló mucho del precio de la electricidad, pero sobre todo de la situación de inseguridad, sin precedentes en la historia moderna del país.

En los años 70, Suecia tenía una situación envidiable en cuanto a la economía, y había paz social y respeto por la ley. Era una sociedad del bienestar, abierta y tolerante, y precisamente esta actitud llevó al país a abrir sus puertas a los refugiados extraeuropeos, convirtiéndose en un megaexperimento multicultural. En 2022, más del 20% de la población tiene raíces fuera de Europa, y destacan los refugiados de Somalia, Siria y Afganistán. En 2015, Suecia acogió a más refugiados sirios que ningún otro país europeo comparado con el número de habitantes. En las decisiones sobre la migración han participado todos los partidos menos el de los demócratas suecos, que ha defendido una política de límites en cuanto al número de refugiados y ha subrayado la dificultad de integración de los recién llegados. Cuando han aumentado los problemas de integración, los demás partidos han adoptado la política de ‘matar al mensajero’, dando a entender que el problema es el partido que protesta y no la causa de la protesta. La prensa extranjera ha ‘comprado’ esta ‘narrativa’. Sin embargo, son ciertos los problemas. Han surgido bandas criminales compuestas de personas de primera y de segunda generación de inmigrantes, que utilizan a niños y adolescentes en sus actividades y que son violentas. La situación es chocante. El número oficial de tiroteos en 2017 ya era de 281 con 36 muertos, y en septiembre de 2022 ya hay 289 tiroteos con 47 muertos.

Otra cifra que preocupa es que, en una población de algo más de 10 millones de personas, hay ahora unos 750.000 adultos en edad de trabajar que no trabajan. Es el resultado de una combinación de un mercado de trabajo que exige un nivel relativamente alto de conocimientos y unos subsidios sociales que da casi tanto dinero como un salario después de pagar los impuestos. Ante esta situación, se ven dos actitudes. La izquierda culpa a la sociedad por no haber ayudado más a los inmigrantes. La derecha insiste en que los recién llegados tienen que ganarse la vida y obedecer las leyes. Las elecciones muestran que ha aumentado algo el porcentaje de la población que se inclina por la segunda opción, pero que, a pesar de lo que está pasando, casi la mitad de la población ha votado a la izquierda. ¿Esta situación se debe describir como que ‘llega la extrema derecha’?

Inger Enkvist es hispanista y pedagoga sueca.


Este artículo se publicó originalmente en ABC.

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