#Opinión | IESS: ahí está el detalle.

¿Qué significa ser la institución financiera más grande del país? Pues que su control activa la codicia de muchos interesados. Así de simple es la política; simple y descarnada.

Por eso, precisamente, los discursos respecto de la salvación del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) suenan huecos. Porque cualquier decisión que tomen las autoridades de ese organismo repercute en el destino de millones de dólares. Por ejemplo, en la postergación indefinida de la mora patronal, en la aprobación de contratos, en la contratación de personal. La abundancia de recursos alcanza hasta para construir un partido político, tal como ocurrió durante el gobierno de Rafael Correa, o para armar una compleja maraña de corruptelas.

La disputa por el manejo de IESS, entonces, no admite contemplaciones. A lo largo de su existencia son muchas las personas, empresas y grupos económicos que se han enriquecido a sus expensas. Y, sobre todo, han sido los gobiernos los que han recurrido al despilfarro irresponsable de sus fondos a fin de apuntalar políticas populistas y clientelares. Así que, de entrada, no hay más que desechar la buenas intenciones de la que hacen gala varios actores políticos frente a la crisis del IESS. Empezando por el actual gobierno.

Si existía una reforma legal que posibilitaba la conformación y funcionamiento del Consejo Directivo del IESS, ¿por qué el gobierno la metió en la congeladora durante un año para salir a última hora con el decreto ejecutivo 541? El pretexto, hay que reconocerlo, luce convincente: es imprescindible corregir la anomalía de los vocales de empleadores y trabajadores prolongados en sus funciones de manera arbitraria. Pero lo que el gobierno realmente busca es asegurarse el control permanente de la presidencia en el Consejo Directivo, a través de su delegado. Ahí está el detalle, como diría el genial Cantinflas.

De las innumerables barbaridades que se cometieron durante el correato, el descalabro de la seguridad social se lleva el premio a la infamia.  A la impronta clientelar y electorera que se le imprimió hay que añadirle la alteración ilegal de algunas normas de funcionamiento. Por ejemplo, atribuirle al presidente del Consejo Directivo potestades administrativas que no están contempladas en ninguna norma. De esta manera, ese gobierno se aseguró la utilización del organismo como utensilio de la política fiscal.

Las consecuencias de esta malhadada gestión están a la vista. Las amenazas de quiebra y colapso del IESS no se han disipado. Al contrario, siguen haciendo las delicias de aquellos grupos económicos que están detrás de su privatización, Y esto incluye al grupo económico del cual forma parte el presidente Lasso. Ya lo insinuaron en varias ocasiones.

En ese sentido, la jugada del Primer Mandatario, al contrario de lo que se supondría al calor de la escasa pericia política que ha demostrado, evidencia una gran habilidad: con el decreto ejecutivo 541 acaba de generar tal caos en las filas de los trabajadores que abona en la falsa idea de la inviabilidad del instituto en las actuales condiciones. Al mismo tiempo, y mientras dure el entuerto de la designación del tercer vocal, se asegura el control total del IESS con dos vocales afines y un presidente inamovible.

 

Noviembre 1, 2022

 

Acerca de Juan Cuvi 180 Articles
Miembro de la Comisión Nacional Anticorrupción (CNA), Master en Desarrollo Local. Director de la Fundación Donum, Cuenca. Exdirigente de Alfaro Vive Carajo, Parte de la Red Ecudor Decide Mejor Sin TLC.

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