Por: Carlos Castro Riera
Según el estudio de factibilidad económico del proyecto minero Loma Larga (Quimsacocha) presentado por la misma empresa concesionaria, se producirían dos concentrados, el uno de pirita/oro y el otro de cobre/oro, este último con un 8.5 a 10 % de arsénico, un elemento químico que forma compuestos venenosos y cuyo consumo en el agua y alimentos produce cáncer, lesiones cutáneas, problemas de desarrollo, enfermedades cardiovasculares, neurotoxicidad y diabetes.
Si en las relaveras se almacenarían alrededor de siete millones de toneladas de material de rechazo con compuestos de arsénico, y en los túneles de explotación se reintroducirían otros cinco millones de toneladas de material de rechazo, el riesgo para la salud de los habitantes del cantón Cuenca es inminente, ya que el arsénico y otros metales al mezclarse con el agua lluvia del páramo, por superficie o por filtración llegarán a los ríos Tarqui y Yanuncay, cuyas aguas son utilizadas para actividades agropecuarias y sistemas de agua comunitarios y la planta de agua potable de Sustag de Cuenca.
La empresa Dundee Precious Metals concesionaria del proyecto Loma Larga, en contubernio con el gobierno, en el afán de evadir la consulta previa, libre e informada prescrita por el Art. 57.7 de la Constitución, ha sostenido a través de un informe pericial antropológico que no hay comunidades de indios a quien consultar ya que, por sus rasgos étnicos, lenguaje, vestuario y formas de vida no son indígenas, olvidándose de la consulta ambiental a la comunidad afectada, en general, ordenada por el Art. 398 de la misma Constitución.
En cualquiera de los casos de los artículos referidos, la Constitución ordena que una Ley, no un reglamento o remedo de socialización, sea la que norme la participación ciudadana, los plazos, el sujeto consultado y los criterios de valoración y objeción sobre la actividad consultada. Hasta ahora no se ha expedido dicha Ley.
Más allá de los criterios jurídicos, el arsénico en el agua afecta a indios, mestizos o blancos, y en este caso, la comunidad afectada, es todo el cantón Cuenca. El estudio antropológico de los colonialistas mineros no ha encontrado indios danzando en el páramo y no importaría que aguas abajo, los mestizos, consuman agua envenenada.
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