#Opinión / La sociedad fallida

Dos candidatos tienen asegurado el triunfo en las próximas elecciones: el narcotráfico y la corrupción. Los demás, que ya constituyen una minoría en el Ecuador, tendrán que hacer un enrome esfuerzo para disputarse las sobras de la administración pública.

El 5 de febrero de 2023 será un punto de inflexión en la historia política del país. Por primera vez en un proceso electoral, las candidaturas mafiosas intervendrán abiertamente. No se trata de un fenómeno desconocido ni novedoso, pero sí cada vez más desembozado. Lo ha advertido el mismísimo presidente de la República a propósito de la estrategia de la narcopolítica para tomase el Estado. Entendemos que habla con conocimiento de causa. Solo se le olvidó decir –quizás por no escupir al cielo– que también la putrepolítica continúa operando desde hace mucho tiempo.

El principal problema es que la propia ciudadanía, por miedo o por conveniencia, prefiere mirar hacia otro lado. Miedo, porque a nadie se le ocurre denunciar a los candidatos vinculados a la corrupción o al narcotráfico en medio de tanta inseguridad. Interés, porque muchos aspiran secretamente a arrimarse a los escogidos y sacar alguna tajada de las actividades ilícitas. En resumen, el control social, que –hay que decirlo– nunca ha funcionado eficazmente, termina diluido frente a la violencia y la capacidad económica del crimen organizado, en todas sus formas.

En estas condiciones, más que a un Estado fallido estamos acercándonos a una sociedad fallida. Es decir, a una sociedad que poco a poco va renunciando a un proyecto de vida que resuelva sus principales problemas y responda a sus aspiraciones. A duras penas nos estamos acostumbrando a sobrevivir en la adversidad, a convivir con la violencia criminal, a sacar la nariz en medio del fango.

El dilema, no obstante, es más grave y extendido de lo que suponemos. Lo que conocemos como clase política está totalmente cuestionada en todo lado. La insatisfacción social frente a los representantes políticos alcanza niveles inéditos en la historia contemporánea, inclusive en democracias aparentemente consolidadas. Ahí también se cuecen habas.

En el Parlamento Europeo acaba de estallar un escándalo de corrupción a propósito del mundial de fútbol de Catar. Varios eurodiputados y sus allegados están detenidos, investigados o procesados. Aunque todavía no se conoce la magnitud del ilícito, el impacto es durísimo. El hábito de dar cátedra de ética al resto del mundo se desinfla.

Habrá que ver hasta dónde la sociedad europea, que se supone cuenta con mayores recursos, condiciones e información que la nuestra, está dispuesta a frenar estas irregularidades, tan propias de los conciliábulos del poder político, o si también caerá en la inercia o la indiferencia.

Allá, las sociedades fallidas abrieron la puerta al fascismo. Por eso, no es casual el éxito actual de la ultraderecha. Acá, el panorama es igualmente espeluznante, pero en modo narco.

 

Diciembre 12, 2022

Acerca de Juan Cuvi 180 Articles
Miembro de la Comisión Nacional Anticorrupción (CNA), Master en Desarrollo Local. Director de la Fundación Donum, Cuenca. Exdirigente de Alfaro Vive Carajo, Parte de la Red Ecudor Decide Mejor Sin TLC.

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