#Opinión | Juego de chantajes

Muy mal debe estar la situación al interior de gobierno para que el mismísimo presidente Lasso arme una cadena nacional para responderle a un periodista. Mal debe estar el correísmo para que sus principales cuadros se hayan convertido en fans de un periodista que hasta hace poco tiempo les daba palo con yapa. Mal debe estar la mayoría de oposición en la Asamblea Nacional para que quiera montar un juicio político en contra del primer mandatario, a partir de una investigación que, además de ajena, no tiene resultados concluyentes.

​No son más que amagues. Por eso mismo la gente sigue sospechando que solo se trata de un juego pirotécnico de acusaciones para presionarse mutuamente. Y para terminar negociando bajo la mesa.

​En el fondo, ninguno de los actores involucrados en la contienda está dispuesto a perder su condición. La muerte cruzada, que aparece como la salida más viable a la crisis, aterra a todos, empezando por los bloques legislativos. Públicamente presentan posturas que aparentan una disputa política estratégica, pero a título individual los asambleístas están más preocupados por perder las canonjías del cargo. Y eso sí altera el escenario político.

​Ni siquiera el último proceso electoral permite prever lo que puede venirse en caso de un adelanto de las elecciones. Los resultados del 5 de febrero constituyen la imagen más distorsionada y ambigua de lo que la gente piensa y espera de los actores políticos. Empezando porque ese 25% de votos nulos y blancos como promedio nacional, sumados al elevado ausentismo, seguirán dando sorpresas a futuro. Quienes hoy se sienten triunfadores pueden darse con la piedra en los dientes a la vuelta de la esquina.

​El relativo éxito del correísmo no implica necesariamente un triunfo. Que un edificio no se desplome en medio de un terremoto no significa que no esté resquebrajado. O que no pueda derrumbarse más adelante. Si se revisan los resultados, puede verse que también el correísmo –salvo por contadas circunscripciones electorales– disminuyó su apoyo en las urnas. Obviamente, disminuyó en mucha menor proporción que sus rivales más directos. Por eso mismo el correísmo sabe que en una eventual elección no tiene nada asegurado, y que nuevamente perdería en una segunda vuelta presidencial.

​Al contrario, el movimiento Pachakutik es la única fuerza política cuyo desempeño puede considerarse exitoso. Tiene un voto consolidado en determinadas zonas y regiones del país; ahí mismo el voto por el NO triunfó ampliamente y los votos nulos y blancos se mantienen en los porcentajes históricos; por último, gana el mayor número de alcaldías con listas propias y únicas. Pero el peso nacional de esa votación no es determinante. Por eso mismo su bloque legislativo está consciente de que no podrá repetir el éxito de 2021.

​El panorama para los legisladores de las demás fuerzas políticas es aún más desalentador. Por eso prefieren seguir jugando al chantaje. Algo mejorconseguirán.

 

Febrero 17, 2023

Acerca de Juan Cuvi 180 Articles
Miembro de la Comisión Nacional Anticorrupción (CNA), Master en Desarrollo Local. Director de la Fundación Donum, Cuenca. Exdirigente de Alfaro Vive Carajo, Parte de la Red Ecudor Decide Mejor Sin TLC.

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