#Opinión / Que gane el más mudo

¿Por qué el debate presidencial resultó tan anodino, chato y aburrido? Porque ambos contendores sabían que ahí no jugaban a ganar, sino a no perder. En otras palabras, a evitar meter la pata, por aquello de que en boca cerrada no entran moscas.

Daniel Noboa optó por prolongar la imagen de ecuanimidad que, supuestamente, lo catapultó a la segunda vuelta luego del primer debate. Luisa González, en cambio, se decantó por una confrontación suficientemente tibia como para impedir que la audiencia la asociara demasiado con su mentor prófugo. Un gramo más de agresividad podía ser fatal.

Al final, la diferencia entre decir lo mínimo posible y enmudecer prácticamente quedó borrada. Ambos candidatos se sumaron a la lista de personajes (en concreto, Verónica Abad y Andrés Arauz) que han sido condenados al silencio hasta el día de las elecciones. Las estrategias de ambas tiendas políticas no dan para más exabruptos.

            Como era previsible, la verdadera batalla electoral se llevará a cabo en las redes sociales, ese terreno amorfo y volátil que ha terminado por sustituir a la política como campo de la disputa pública. Así lo demuestra la gigantesca inversión de recursos que realiza cada bando en estrategias informáticas, incluida una virulenta campaña sucia de lado y lado.

No serán los candidatos quienes transmitan sus propuestas de gobierno, ni sus intenciones en el caso de llegar a la presidencia, ni sus capacidades para gobernar; serán sus operadores digitales quienes inunden las redes sociales con mensajes breves e insustanciales, pero efectivos en términos de marketing político.

En esta disputa por la continencia verbal obligatoria, Daniel Noboa ha conseguido una importante ventaja. Sus estrategas han logrado sacar de escena a su padre, Álvaro Noboa, un personaje convertido en meme y cuyas intervenciones púbicas pueden ser autodestructivas.

No así Luisa González con Rafael Correa. El exmandatario ha realizado un par de declaraciones que, sin restarle mayores votos a su pupila, le impiden sumar las adhesiones suficientes para ganar. Tal como ocurrió con todas las elecciones anteriores donde hubo candidatos correístas, incluyendo aquella en que tuvieron que recurrir al fraude para llevar a Lenin Moreno a Carondelet. El caudillo ex verde-flex es un lastre electoral imposible de sobrellevar.

Así, hasta el último día de campaña estaremos condenados a soportar una insoportable mudez política. Troles, hackers e influencers reemplazarán a quienes pretender dirigir un Estado. Al igual que en el debate, ambos candidatos obviarán referirse a los temas de fondo que más le interesan al país. Mejor dicho, obviarán referirse a nada. A ver si gana el más mudo.

 

Octubre 5, 2023

 

Acerca de Juan Cuvi 180 Articles
Miembro de la Comisión Nacional Anticorrupción (CNA), Master en Desarrollo Local. Director de la Fundación Donum, Cuenca. Exdirigente de Alfaro Vive Carajo, Parte de la Red Ecudor Decide Mejor Sin TLC.

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