En un mundo donde la escasez de espacio en las cárceles es una problemática común, los Países Bajos han logrado destacarse al implementar un enfoque único que ha llevado al cierre de 23 cárceles desde 2014. La efectividad de su método, centrado en la rehabilitación y la reinserción social, ha suscitado interrogantes y ha puesto en tela de juicio las prácticas carcelarias tradicionales.
Por: Rubén Rodríguez.
A nivel global, las cárceles a menudo se han visto desbordadas por la cantidad de reclusos, y la falta de personal y recursos ha llevado a situaciones donde el sistema penitenciario pierde de vista el objetivo de la reinserción. La visión de las cárceles en muchos países democráticos busca alejarse de la mera privación de libertad y orientarse hacia la rehabilitación, buscando que los reclusos abandonen la violencia y reconduzcan sus vidas una vez liberados. No obstante, la falta de efectividad ha llevado a una reflexión sobre la necesidad de cambiar paradigmas.
En este contexto, los Países Bajos han revolucionado el concepto de prisión. Al darse cuenta de que el encarcelamiento tradicional generaba más problemas que soluciones, las autoridades neerlandesas decidieron explorar alternativas. El programa especial de rehabilitación conocido como TBS se centra en comprender la personalidad de los reclusos, abordando problemas subyacentes como adicciones, problemas psicológicos y carencia de afecto. Este enfoque busca una reintegración más exitosa, especialmente para aquellos con altas posibilidades de reincidencia y con condenas superiores a cuatro años.
Este programa permite que los reclusos no estén en prisión, evitando la desconexión total con la realidad. Sin embargo, este enfoque ha llevado al cierre de 23 cárceles en el país, convirtiéndolas en viviendas y hoteles en muchos casos. A pesar de tener la tercera tasa más baja de encarcelamiento en Europa, los resultados impresionantes plantean preguntas y dudas sobre la efectividad a largo plazo.
En los últimos diez años, las condenas han disminuido en un 27%, pero lo más llamativo es que esto no se debe a un cambio en la política judicial que envía a menos delincuentes a prisión. En cambio, el número de delitos ha caído en un 40%, atribuyéndose este fenómeno a la legalización de las drogas y al enfoque centrado en la reinserción.
El seguimiento electrónico para condenados por delitos menores y el trabajo social como alternativas al encarcelamiento también han contribuido al éxito de este modelo. Sin embargo, persisten inquietudes en algunos sectores de la población, especialmente en torno a la posibilidad de que aquellos con historiales psiquiátricos cometan delitos durante sus períodos de libertad condicional.
Aunque algunos temen que la reinserción pueda dar lugar a reincidencias, los datos respaldan la efectividad del sistema neerlandés. Los Países Bajos han demostrado ser pioneros en un enfoque que prioriza la rehabilitación sobre la mera privación de libertad, pero las dudas y las preguntas sobre la sostenibilidad a largo plazo persisten en la opinión pública.
Fuente:
https://www.elconfidencial.com/mundo/2019-12-13/paises-bajos-carceles-presos-dudas-tbs_2375775/
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