#Opinión / Daniel, el huevo y la gallina

¿Qué es primero, el huevo o la gallina? La pregunta es pertinente para intentar explicar el escenario político nacional. Aplicada a la dinámica del gobierno, la pregunta debería ser: ¿qué es primero, la seguridad o la economía?

Porque al calor de los acontecimientos, no está claro cuál de las dos condiciones está priorizando Daniel Noboa. Aunque desde el inicio de su gestión fue claro al señalar a la violencia criminal como el problema más urgente del país, paralelamente ha ido imponiendo su programa económico (más bien dicho, sus iniciativas económicas). En menos de tres meses ha conseguido la aprobación legislativa de dos leyes importantes (de eficiencia económica y generación de empleo, y de competitividad energética), y estaría a punto de pasar la ley de incremento del IVA gracias a las típicas leguleyadas de las que está plagado la Función Legislativa.

Colocar en primer lugar las acciones para combatir al narcotráfico le ha dado al presidente muy buenos réditos. Su popularidad rompió récords; el pueblo respalda la militarización del espacio público; los indicadores de homicidios violentos se han reducido significativamente; la captura de miembros de las bandas criminales y la incautación de drogas son acciones exitosas. En resumen, una serie de resultados que, si bien no resuelven el problema de fondo, proyectan una imagen de eficacia inmediata a tono con las preocupaciones ciudadanas.

En medio de la dispersión y la vaguedad que hasta ahora proyecta el gobierno, la estrategia (más apropiado sería decir la intuición) le ha funcionado. Gracias a los impactos inmediatos y palpables que genera, la política de mano dura es fácilmente trasmisible a la comunidad y hábilmente explotable en términos mediáticos. Las justificaciones, acciones y resultados de la guerra interna son sencillas de percibir para la población. En cambio, las medidas económicas requieren de un procesamiento más complejo. Y, con más frecuencia de lo deseable, no se las termina de comprender a cabalidad. Al menos hasta que provoquen efectos cotidianos indeseables.

Al parecer, el gobierno está sacando provecho de esta diferencia. Propone subir impuestos para financiar la guerra, pero nadie se ha percatado de que la ofensiva militar puede terminar en cualquier momento, mientras que las medidas económicas tienen una duración indefinida. Es más, el Ecuador podría llegar a convivir con una forma de guerra permanente contra el crimen organizado, tal como ha ocurrido en otros países de la región, pero tendrá que afrontar los efectos de unas medidas económicas injustas.

En este contexto, no está claro si el gobierno quiere combatir la inseguridad para poder apuntalar un modelo económico empresarial, o si quiere aplicar medidas económicas para combatir al crimen organizado y alcanzar una endeble seguridad. Quizás las divagaciones e indefiniciones de Noboa son parte de una táctica para continuar alimentando esta confusión.

Febrero 7, 2023

 

Acerca de Juan Cuvi 180 Articles
Miembro de la Comisión Nacional Anticorrupción (CNA), Master en Desarrollo Local. Director de la Fundación Donum, Cuenca. Exdirigente de Alfaro Vive Carajo, Parte de la Red Ecudor Decide Mejor Sin TLC.

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