#Opinión / ¿Lavinia candidata?

La familia Noboa instauró una nueva forma de hacer política en el Ecuador: prescindir de la mediación formal de los partidos políticos en la relación de los grupos de poder económico con el Estado. En otras palabras, montar estructuras familiares-empresariales para intervenir de manera directa en los asuntos públicos. Atrás quedó el simulacro electoral con el que estos grupos de poder incidían en la política.

Álvaro Noboa, el primero en poner en práctica la fórmula, intentó por cinco veces llegar a la Presidencia de la República. Para ello creó partidos que no eran otra cosa que simples apéndices de su entorno más cercano, y los puso a cargo de empleados de confianza de sus principales empresas, de amigos cercanos o de familiares. Las listas de candidatos a las sucesivas elecciones en que participó fueron armadas a partir del mismo criterio patrimonial.

Alvarito es la expresión más representativa y descarnada de la descomposición del sistema de partidos en el país. En efecto, él terminó exponiendo su papel de membretes electorales que la vieja clase política todavía se encargaba de disimular. Y lo hizo de manera abierta y frontal. El hecho que ilustra con mayor desparpajo esta estrategia fue su paso por la Asamblea Constituyente de Montecristi, a donde llegó, gracias al voto popular, junto con su esposa Annabella Azín. Ambos asambleístas acudían al recinto parlamentario tomados del brazo, como si fueran a un almuerzo familiar

El objetivo estaba claro: ejercer el mayor control posible sobre las decisiones políticas, al igual que lo hacía dentro de su imperio económico. Los políticos experimentados, o los profesionales de la política, quedaban de más, porque siempre están expuestos a la tentación de montar agendas propias. En esta disyuntiva, es preferible la lealtad de la incompetencia.

Por razones tan obvias que no requieren de ninguna explicación, Daniel Noboa está repitiendo el libreto. Ha llenado las altas esferas de la administración del Estado con personas cuya mayor virtud es su afinidad social o empresarial con el primer mandatario.

Un caso especial es el de su esposa Lavinia, primera dama de la nación. Aunque no existe información técnica verificable, es muy probable que su intervención en la campaña electoral de 2024, en su calidad de influencer, haya inclinado la balanza a favor de su marido. Tener medio millón de seguidores en redes sociales no es pelo de cochino. Es más, los índices de aceptación de lo que aún goza Noboa podrían estar relacionados con este factor.

En concreto, Lavinia Valbonesi representa un capital político nada despreciable para el gobierno. No es descabellado, entonces, pensar que esté calentando motores para ser candidata en la próxima contienda electoral. Seguramente a la Asamblea Nacional. Nada raro considerando los antecedentes políticos de su esposo. Acceder al poder por escaleras diferentes constituye un gran negocio para la familia y para la gallada.

Junio 7, 2024

Acerca de Juan Cuvi 180 Articles
Miembro de la Comisión Nacional Anticorrupción (CNA), Master en Desarrollo Local. Director de la Fundación Donum, Cuenca. Exdirigente de Alfaro Vive Carajo, Parte de la Red Ecudor Decide Mejor Sin TLC.

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