
El economista, docente y parte del equipo editorial de Ecuador Today, Alberto Acosta, reconocido por su defensa de los derechos de la naturaleza, visitó recientemente Argentina como Juez del Tribunal de los Derechos de la Naturaleza. Durante su estancia, en la provincia de Neuquén, el Tribunal emitió su veredicto sobre el caso “Megaproyecto Vaca Muerta,” un proyecto de extracción de petróleo y gas que ha generado debate por su impacto ambiental.
Acosta, quien fue ministro de Energía y Minas en Ecuador y presidente de la Asamblea Constituyente (2007-2008), donde se estableció por primera vez a nivel constitucional la naturaleza como sujeto de derechos, señaló que la lucha por la justicia ambiental debe ir de la mano de la justicia social. “No solo somos parte de la naturaleza, somos naturaleza,” afirmó Acosta, destacando la importancia de actuar en consonancia con una justicia que abarque tanto los derechos de los ecosistemas como los de las comunidades humanas.
El martes 4 de noviembre, Acosta presentó junto a su coautor Enrique Viale el libro *“La naturaleza sí tiene derechos. Aunque algunos no lo crean”*, publicado por Siglo XXI ediciones. Durante el evento, el economista analizó el contexto actual de Argentina y el fracking en Vaca Muerta, promovido por la estatal YPF y otras empresas transnacionales. Este modelo, según Acosta, busca únicamente extraer recursos del subsuelo, generando un inevitable impacto ambiental que compromete la salud de las comunidades locales, y subraya la necesidad de repensar los enfoques de desarrollo en el país y en la región.
Acosta enfatizó su propuesta de “democracia radical,” llamando a la creación de un “pluriverso” donde diferentes visiones de desarrollo puedan coexistir. Para él, el reconocimiento de los derechos de la naturaleza es un paso fundamental hacia una nueva perspectiva que valore al medio ambiente por su importancia intrínseca, no solo por su utilidad para el ser humano.
Su experiencia en Ecuador, donde se lograron avances constitucionales significativos en la protección del entorno natural, sirve como inspiración para otros países. Sin embargo, Acosta advierte que los desafíos persisten, y que es necesario un esfuerzo conjunto entre el activismo ambiental, las luchas sociales y la política para implementar efectivamente estos derechos.
En sus palabras finales, Acosta invitó a reflexionar y comprometerse en la construcción de un mundo más justo y sostenible, donde todos los seres vivos puedan convivir con dignidad y en equilibrio.
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