
Las uniones regionales demuestran su importancia y su potencial cuando deben enfrentar coyunturas difíciles o amenazas graves. Tal como ocurre con la guerra comercial desatada por Donald Trump. Más allá de una retórica historicista y cultural a propósito de un pasado y un idioma comunes, América Latina evidencia una total desunión. Cada país intenta responder desde su dinámica particular a los arrebatos del presidente de los Estados Unidos. Es más, ni siquiera al interior de cada país existen acuerdos respecto de las respuestas que se deberían dar para enfrentar conjuntamente la crisis. Aquí mismo hay discrepancias entre los sectores productivos.
La Unión Europea es una comunidad de naciones infinitamente más diversa que América Latina. No solo eso: durante siglos experimentaron conflagraciones devastadoras e irreconciliables que presagiaban una ruptura interminable. No obstante, en algún momento de su historia tomaron la decisión de proponerse un destinado común. Esto les ha permitido responder a los delirios imperiales de Trump desde una posición de fuerza y una agenda consensuada. Todos y cada uno de esos países están conscientes de que una réplica individual a la avalancha de arbitrariedades de Trump implicaría una sumisión vergonzosa y una derrota contundente.
¿Va el Ecuador a responder desde su pequeñez geopolítica a una guerra comercial que está poniendo patas arriba al mundo entero? Sería catastrófico. Por elemental principio de supervivencia nacional, deberíamos arrimarnos a un árbol que dé buena sombra, como dice el refrán. Ni siquiera México, con un potencial político y económico muy superior al nuestro, ha podido resistir íntegramente a la ofensiva de los Estados Unidos. Con suerte salvará los muebles.
¿Qué han dicho nuestros aspirantes a la Presidencia de la República a propósito de la situación mundial? Nada. Absolutamente nada. Al parecer, ni Daniel Noboa ni Luisa González tienen la más mínima idea no solo del conflicto, sino de las repercusiones que tendría para el Ecuador a futuro. Noboa se congratula insinuando que luego de su visita extraoficial a Donald Trump solamente nos han dado “un palito”. Luisa, en cambio, desempolvó la vetusta e inocua verborrea antimperialista para rechazar las medidas arancelarais de Trump. Solo le faltó añadir que, en caso llegar a Carondelet, respondería con nuestra capacidad nuclear a semejante agresión. La realidad es que ambos candidatos destilan una ignorancia que pone la piel de gallina.
En lugar de andarse diciendo vela verde y acusándose mutualmente de tener vínculos con el narcotráfico, Noboa y Luisa deberían tomarse un tiempito para revisar algunos artículos internacionales que dan cuenta de los motivos, los objetivos y los eventuales desenlaces de esta guerra comercial global. Al menos, para no meter la pata. Ya hay países donde los impactos han sido brutales.
Pero aquí, como buenos llamingos, nos estamos comiendo las uñas por el dramático empate técnico que el próximo domingo 13 de abril pondrá patas arriba al país.
Abril 8, 2025
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