China congeló el salario mínimo por primera vez en una década. Publicamos a continuación un artículo del sitio China Labour Bulletin que compara la situación actual con la que se vivió tras la crisis mundial de 2008 y la ola de huelgas que le siguió.
Por primera vez en más de una década, ninguna de las provincias y regiones de China anunció un aumento del salario mínimo este año, y varias regiones implementaron de hecho un congelamiento oficial.
Si bien tres provincias implementaron aumentos del salario mínimo este año, estos ajustes habían sido determinados por sus respectivos gobiernos en 2019, antes de la pandemia. Fujian lo aumentó a 1.800 yuanes (275 dólares) por mes, Ningxia a 1.660 yuanes (253 dólares) y Guangxi a 1.810 yuanes (276 dólares).
El Gobierno municipal de Beijing había anunciado en julio que, «basado en el impacto de la pandemia en la economía y la sociedad», el ajuste del salario mínimo programado se suspendería y se mantendría en 2.200 yuanes (336 dólares) por mes este año. Shanghai, que tiene el salario mínimo más alto de China de 2.480 yuanes (379 dólares) por mes, emitió un aviso similar en junio. Shenzhen recién anunció en diciembre que no habría cambios en su salario mínimo mensual de 2.200 yuanes.
La última vez que se congelaron durante al menos un año los ajustes del salario mínimo fue tras la crisis financiera mundial, cuando el Ministerio de Recursos Humanos y Seguridad Social anunció oficialmente en noviembre de 2008 un congelamiento temporal de todos los aumentos del salario mínimo.
Si bien no hubo aumentos del salario mínimo durante 2009, a medida que la economía se recuperó y la inflación comenzó a repuntar nuevamente, los trabajadores de todo el país exigieron aumentos salariales proporcionales. En ese momento la provincia costera oriental de Jiangsu anunció un aumento del 12 por ciento en el salario mínimo en febrero de 2010, y en septiembre de ese año, otras 26 provincias y regiones habían seguido su ejemplo.
Actualmente, la inflación aún se encuentra en un nivel muy bajo, por lo que no existe una gran presión para subir el salario mínimo. El índice general de precios al consumidor de China cayó en territorio negativo el mes pasado por primera vez desde 2009.
Aunque muy pocas protestas de trabajadores se han relacionado específicamente con demandas de salarios más altos en lo que va del año, los trabajadores de todo el país han protestado por retrasos y recortes salariales a medida que las empresas reducen la producción o cierran por completo.
Por otra parte el desempleo parece estabilizarse. La tasa oficial de desempleo urbano de China cayó al 5,2 por ciento en noviembre, la cuarta caída mensual consecutiva tras el nivel más alto del 6,0 por ciento que había alcanzado en la primera mitad del año. Sin embargo, el desempleo juvenil se mantiene en un nivel relativamente alto y millones de trabajadores están subempleados o no pueden ganar un salario suficiente para mantenerse a sí mismos y a sus familias.
Si bien las perspectivas macroeconómicas para los sectores manufacturero y de servicios parecen ser auspiciosas para el 2021, todavía no hay indicios de que los trabajadores de China acumulen algún beneficio real en el corto plazo. Si los trabajadores continúan sufriendo recortes salariales y condiciones de trabajo opresivas mientras que las ganancias de los dueños de negocios aumentan el próximo año, es posible, e incluso probable, que China vea una nueva ola de huelgas y protestas similares a la que siguió a la huelga de Honda en Guangdong en el verano de 2010.
La versión original de este artículo fue publicada en inglés en el sitio China Labour Bulletin
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