La principal potencia asiática negocia, a nivel gubernamental y no empresarial, para fortalecer sus lazos energéticos con Moscú y adquirir el crudo que muchos países no quieren
Beijing, por tanto, ha optado por fortalecer sus lazos energéticos con Moscú, en un escenario en el que el veto por parte de Europa está encima de la mesa, pero no termina por concretarse debido a la oposición de algunos países. Así, parte del crudo ruso se usaría para llenar sus reservas estratégicas, ante la oportunidad por precio que surge a determinados países.
El precio de compra estaría muy alejado de los 108 dólares por barril a los que cotiza el Brent o de los 105,6 dólares del West Texas, puesto que se venderá con un gran descuento. ¿El motivo? Muchos compradores han optado por no comprar a Rusia para así no dañar su reputación o, sobre todo, permanecer ajeno a las sanciones que se apliquen a Rusia y no enfrentarse a los países más restrictivos con Putin.
Así, los productores de petróleo ruso han comenzado a utilizar barcos petroleros que todo el mundo no quería, en un escenario en el que su precio ha caído por debajo de los 70 dólares por barril. De hecho, Reino Unido ya se ha comprometido a prohibir las importaciones de crudo que provengan de Rusia.
Con este escenario, no solo China ha sacado partido. Otros países asiáticos, como por ejemplo India, han optado por comprar más crudo debido a los grandes descuentos ofrecidos. De hecho, el principal país asiático optó por este tipo de estrategia cuando se impusieron otras sanciones en el pasado, como fueron las aplicadas a Irán o Venezuela.
Desde Bloomberg señalan que las refinerías en China han estado comprando discretamente crudo ruso desde la invasión, incluso cuando los brotes de coronavirus y su política de ‘covid cero’ redujeron el consumo del mayor importador de crudo del mundo. De hecho, su demanda de petróleo el mes pasado se desplomó en torno a un 6,7% y el brote en sus principales ciudades ha aliviado, en parte, los precios del petróleo.
China no revela públicamente el tamaño de sus inventarios de crudo, pero varias empresas que utilizan herramientas como satélites para estimar los suministros, señalan que el país asiático tiene capacidad para almacenar más de 1.000 millones de barriles. «Todavía hay espacio para reponer las existencias y sería una buena oportunidad para que lo hicieran, si pueden obtenerse precios comercialmente atractivos», según señala Jane Xie, analista senior de petróleo en la firma Kpler, a Bloomberg.
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