#Opinión / Festival de Globos o como hacer del turismo y la cultura un botín político

Para la Prefectura de Pichincha organizar un festival, con un poco de sentido común, es como asegurar que existe una minería amigable con el medioambiente, un oxímoron.

A partir del 9 de diciembre, día en que un globo aerostático colisionó contra varios cables de alta tensión en el sector de Calacalí, fue la crónica de una muerte anunciada de lo que se venía con el denominado Festival de Globos Aerostáticos.

La ciudad Mitad del Mundo fue el escenario en el que público y feriantes fueron testigos de la pésima organización por parte de las autoridades de la provincia, que devino en la suspensión del servicio eléctrico en el sector.

El caos organizativo encontró su punto máximo la noche del viernes 9 de diciembre, en el concierto de la banda argentina Bersuit Vergarabat. El tumulto esperaba canjear sus entradas adquiridas en línea, pero la sorpresa fue que vendieron más del aforo permitido, por lo que cerca de las 20:00, mediante el sistema de altoparlantes ubicados en la explanada de entrada, se comunicó que: “Debido a las nuevas disposiciones del COE Metropolitano sobre el aforo a eventos masivos, se cerraban los accesos de ingreso”.

La gente enardecida tras sufrir el colapso vehicular, el cual, dicho sea de paso, no estuvo planificado, no hubo un sistema de parqueo, ni una correcta señalética.

La aglomeración de la masa estaba dividida en dos puntos: la boletería, en la que al menos cien personas hacían cola, esperando cambiar sus recibos de pago por las manillas de ingreso, pero que la amabilidad que caracteriza a la Prefectura fue impecable,«ya no hay manillas y no van a entrar”; y otro centenar de personas que estaban apostadas en la única -sí, leyó bien-, en la única puerta de acceso, para poder ingresar al concierto tan esperado.

La «pipol» estalló en gritos, en contra de la organización del festival. Empujones, gritos desesperados y de indignación, palabras subidas de tono y más empujones duraron aproximadamente quince minutos y al final lograron abrir el acceso. El estallido cumplió su cometido, parafraseando a una de las canciones de la banda argentina.

La estampida inició hasta llegar al escenario, a esta hora parecía que todo valió la pena, como decía uno de los asistentes, que en compañía de sus amigos y familiares asistieron al concierto. Pero lo peor estaba por venir: el sistema de sonido y amplificación, contratado por la Prefectura de Pichicnha, se movía como elefante en cristalería; tres veces se fue el audio, la paciencia de la gente estaba llegando a su límite y se iba transformando en indignación, incluso los integrantes de Bersuit, no pudieron ocultar su molestia. Una falta de respeto para el público (sus votantes) y los artistas.

Hasta el gobierno central recibió la dosis de indignación «Fuera Lasso» y varios insultos a la santa madre de quien funge como prefecta de Pichincha. Por otra parte, según denuncia de un usuario de Twitter, hubo gente que recibió gas lacrimógeno.

Hoy la noticia es que el evento fue suspendo, con el fin de «precautelar la seguridad de las tripulaciones, de las aeronaves y la integridad de la ciudadanía en general” asegura la Dirección General de Aviación Civil (DGAC), institución que revocó el permiso de autorización.

Además, que no existió un informe técnico que sustente que no existe riesgo o protocolos de salida y aterrizaje, ya que los globos aerostáticos son altamente afectados en su maniobra por el viento. Cualquier persona de este terruño o extranjera que haya pasado por ciudad Mitad del Mundo, sabe que es un lugar donde siempre existe fuertes vientos.

La ciudadanía, hasta el domingo 11 de diciembre, tenía incertidumbre de cómo serían devueltas sus entradas, la Prefectura confirmó a diario EL COMERCIO que no habrá reembolso de las entradas, ya que “el costo del boleto corresponde al mismo valor del ingreso normal a la Ciudad Mitad del Mundo”. Sin embargo, en un comunicado oficial, aseguran que ya han devuelto 700 boletos.

Lo que es verdad es que con este tipo de espectáculos, llámese globos o murales, ha perdido Pichincha, por hacer del turismo y de la cultura un botín político.

Como dice la canción de Bersuit, refiriéndose a toda la clase política, son todos narcos…

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Lector/cinéfilo/melómano. AnarcoGeek, habilidad en temas comunicacionales, estrategias digitales, datos abiertos,SGSI, social net, P2P

2 Comments

  1. ¡FARSANTES!

    ¿Acaso les paga Lasso para publicar tantas mentiras?

    Yo estuve en los eventos y disfruté sin ningún inconveniente.

    Mi familia y Yo quedamos agradecidos con la Ab. Paola Pabón Prefecta de Pichincha, por reactivar el turismo y apoyar a los emprendedores.

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