Un guardia asignado a la Penitenciaría del Litoral reveló al medio de comunicación PRIMICIAS cómo ocurrió la última masacre y cuál es la realidad de trabajar en esa prisión.
La Penitenciaría del Litoral, ubicada en Guayaquil, fue escenario de otra masacre carcelaria entre el 22 y el 25 de julio de 2023.
De acuerdo con el reporte oficial inicial de la Fiscalía, tras concluir el conflicto, se encontraron 19 cuerpos de reclusos, pero la cifra aún podría aumentar.
La Penitenciaría del Litoral es conocida como la prisión más peligrosa del país. Hasta el 21 de julio de 2023, albergaba a 5.631 internos. En los últimos dos años, ha sido escenario de seis masacres que han dejado más de 220 reclusos asesinados.
Tras cada masacre, las autoridades informan que la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas (FF.AA.) han retomado el control del centro penitenciario. Sin embargo, esa afirmación tiene sus matices.
PRIMICIAS entrevistó a un agente de seguridad penitenciaria asignado a esta cárcel. El hombre narró lo ocurrido en la última masacre y las condiciones de trabajo en la prisión más peligrosa de Ecuador.
El testimonio
“Todo comenzó el sábado 22 (de julio de 2023) cerca de las 16:00. Estábamos de servicio normal en la Penitenciaría del Litoral. A las 15:45, los reclusos de los pabellones 8 y 9 comenzaron a enfrentarse arrojándose piedras.
En el pabellón 9 se encuentra la banda organizada de Los Lobos y en el pabellón 8 la banda de Los Tiguerones. En esta ocasión, Los Lobos -no sé por qué- atacaron a Los Tiguerones con piedras. Los Tiguerones respondieron con disparos de fusiles desde el pabellón 8.
Así comenzó el tiroteo que se prolongó toda la noche del sábado y continuó durante todo el día siguiente. Solo descansaban brevemente.
Ayer (lunes, 24 de julio de 2023), cuando me acerqué a una salida de emergencia, pude hablar con un recluso. Él mencionó que lo que sucede es que Fito (cabecilla de Los Choneros) ha alcanzado un acuerdo de paz con todas las bandas, excepto con Los Lobos.
Al no querer unirse a esa paz, Los Lobos se enfrentan al resto de bandas, y a medida que la confrontación se intensifica, se suman también los reclusos de Los Águilas, Los Latin Kings y Los Fatales contra Los Lobos. En resumen, todos contra Los Lobos.
Según él, hasta ayer (24 de julio de 2023), podría haber unos 50 muertos. Sin embargo, será difícil reconocerlos ya que sus cuerpos están desmembrados, les han cortado las cabezas y las piernas. Algunos están quemados. Las imágenes que circulan en redes sociales son auténticas.
Por precaución y para salvaguardar nuestra seguridad y vida, ese mismo sábado, los agentes de seguridad penitenciaria evacuamos hacia el exterior por la vía a Daule, junto a las cárceles Regional y La Roca. Otros salieron por la puerta principal.
No volvimos a ingresar a la cárcel. Solo realizamos el cambio de guardia con un acta de entrega, pero sin el conteo de PPL (personas privadas de libertad), lo que normalmente se hace.
Esta vez, incluso tuvimos un enfrentamiento con la Policía Nacional. Ellos cerraron la puerta y no nos dejaban salir. Incluso hubo enfrentamientos físicos y nos lanzaron gas lacrimógeno, ya que podrían poner en riesgo nuestras vidas. Hubo disparos, granadas, C4 y no nos dejaban salir.
En cada guardia, al igual que realizamos el conteo de reclusos al inicio, también lo hacemos al final. En días normales, cuando no hay masacres, hay cuatro agentes por cada uno de los 12 pabellones. Ellos se encargan de contar. Además, hay otros tres guías ubicados en las torres de cada pabellón.
También hay otros guías encargados de los ingresos de nuevos presos. Los llevan a los pabellones según sus elecciones, dependiendo de si alguien los está esperando para brindarles seguridad.
Para contar a los PPL diariamente, nuestros superiores se comunican con los líderes de las bandas para que nos permitan ingresar y hacer el conteo. No nos hacen daño, pero siempre es con la autorización de las bandas, ya que ellas controlan la cárcel. También nos autorizan para llevar a los presos a audiencias, al policlínico o cualquier traslado.
En el caso de esta masacre, la Policía tampoco ingresó, solo se mantuvo en el exterior, resguardando el perímetro. Eso siempre ocurre cuando hay conflictos, solo esperan a que se calme y se detengan los disparos y asesinatos para ingresar y afirmar que han retomado el control.
Recién hoy (25 de julio de 2023), policías y militares ingresaron, tal vez porque a los reclusos ya se les acabó el armamento y se calmaron. Nadie ingresa, pero se entiende porque los policías también tienen familias.
Esperan a que se calmen y que los delincuentes digan: ya no queremos seguir con la guerra, para entonces ingresar y supuestamente repeler. Pero eso es mentira, el poder lo tienen las mafias y nosotros solo estamos para aparentar.
Las afirmaciones que hacen en redes sociales de que han retomado el control solo son para la apariencia. Es mentira, solo para tranquilizar a la ciudadanía.
Siempre estamos solos, sin ayuda. Los que ingresaban en los nuevos turnos se dividían en grupos de 30 personas para resguardar las cuatro esquinas externas del centro carcelario y evitar alguna fuga.
Trabajar en la Penitenciaría del Litoral es vivir con incertidumbre. No sabemos si hoy, mañana o pasado habrá otro estallido como el del sábado. Esta es mi primera experiencia de enfrentar un tiroteo y solo nos queda protegernos.
No contamos con el apoyo del Gobierno. Deberíamos tener buenos chalecos, seguro de vida, algo que supuestamente se nos proporcionará en agosto. También dijeron que aumentarían nuestros salarios, lo ofrecieron después de que tres compañeras fueran asesinadas fuera del centro penitenciario.
En apariencia, a los presos aparentemente se les ha acabado el armamento. Pero ellos volverán a conseguirlo, porque la Policía y la dirección de la cárcel les autorizan a ingresar a la cárcel sin problemas. Mañana volverán a abastecerse”.
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