
Se hacen los sorprendidos con la contracción de la economía el año 2024. Con todos los esfuerzos que hicieron para que eso suceda, qué otra cosa podría acontecer. Eso se venía venir. La cifra de caída del -2% del PIB -que la anticipamos- no refleja para nada la gravedad del problema. Y por cierto la complejidad de la crisis que atraviesa Ecuador, no se resolverá solo con el manejo económico.
El Banco Central centra en cuatro puntos el origen de la recesión. Algunos son evidentes, pero les falta contexto. La creciente inseguridad golpea a la sociedad entera y obviamente a la economía: un país en guerra interna, por decreto presidencial, no alienta nuevas inversiones, frena el consumo, incrementa costos de seguridad, ahuyenta el turismo… y todo sin que la violencia decrezca. Las elecciones presidenciales crean un ambiente de inestabilidad, sin duda alguna, pero está se agudiza con un presidente-candidato que atropella la Constitución y las leyes, abusando de los recursos del Estado para superar su status de pasante de Carondelet.
Otras explicaciones oficiales son poco sostenibles. Culpar de la caída de la economía al cierre de los pozos petroleros del Bloque 43-Yasuni-ITT- es inaceptable. No se cumple con el mandato de la consulta popular de agosto del 2023, que ahora está ratificado con la reciente sentencia de la CIDH: Corte Interamericana de Derechos Humanos. El año 2024 se cerraron apenas 10 de los 246 pozos existentes. Y ya desde hace varios años, concretamente desde el 2009 (en promedio unos 70 barriles diarios), viene cayendo la tasa de extracción de crudo en ese campo, que llega a apenas unos 44 mil barriles al día de un petróleo cada vez más viscoso y difícil de extraer. Y en este ámbito hidrocarburífero cabría mencionar la descapitalización de la empresa estatal PETROECUADOR, a la que le debitaron unos 2.000 millones de dólares a fines del año 2023, que bien pudieron sido invertidos para recuperar la tasa de extracción de crudo en los campos maduros, como Sacha.
Es evidente que los racionamientos de electricidad pasan factura. No podía ser de otra manera. Lo que les falta a las autoridades gubernamentales es reconocer que esa suspensión de energía era evitable. Se conocía que los estiajes se venían. Había un plan para tener a punto las plantas termoeléctricas. Y, para colmo había recursos para que la empresa eléctrica CELEC financie ese plan de acción urgente; recursos que le fueron retirados del Banco Central, unos 500 millones.
Basta de rodeos. La política de austeridad fondomonetarista explica en gran medida la debacle económica, inclusive gran parte de los problemas de inseguridad. A cuenta de poner la casa en orden, es decir reducir a como de lugar el déficit fiscal, se viene restringiendo año tras año, desde el 2014, pero sobre todo desde el 2019, la inversión del sector público. Ese ha sido una suerte de freno automático para el aparato productivo. Ya mencionamos el retiro de los depósitos de dos empresas públicas estratégicas. Cayó la inversión social. Ni los recursos presupuestados para combatir la inseguridad se libraron de estos recortes fondomonetaristas.
A lo anterior se suman otras medidas recesivas, tomadas para reducir el déficit fiscal. El incremento del IVA y el aumento de los precios de los combustibles en especial, que contribuyeron a mermar la capacidad de consumo en los hogares y eso, sin dunda alguna, impacta negativamente en la economía, frenando las inversiones del sector privado y de la economía popular y solidaria. Todo este complejo entramado, telegráficamente descrito, explica el creciente desempleo, el aumento de la pobreza, la ausencia de horizontes alentadores, los que, a su vez, repercuten en el desempeño de la economía.
Así las cosas, se logró reducir el déficit fiscal e incluso incrementar las reservas monetarias internacionales, sacrificando incluso el aparato productivo. Todo para sostener el servicio de la deuda externa, teniendo al FMI como una suerte de prestamista de última instancia, que, con sus condicionalidades de política económica, potencia de forma sistemática las tendencias recesivas.
Entonces, hablemos claro, la recesión se explica por la austeridad neoliberal.
Quito, 19 de abril del 2025
- Economista ecuatoriano. Presidente de la Asamblea Constituyente del Ecuador (2007-2008). ↑
Be the first to comment